A ver, gentuza querida: ¿Por qué razón nadie me había hablado de esta maravilla de serie de animación en Netflix?
Joder, menuda macarrada. El autor de la serie y protagonista de la misma es un punketo antisistema, cagón y frikazo, artista frustrado y pringao vocacional. Un indigente emocional, hablando de todo y poniéndose y poniéndonos en evidencia. Crítica social, recorrido vital y drama soterrado que se va deshilachando entre risas, disfrazado de historia de amor y humor. Tragicomedia existencial con litronas, porros, helados, insultos y palabrotas, wc’s atascados y un armadillo que habla, a modo de Pepito Grillo.
En fin: culta y soez, divertida y grosera, dura y realista, triste y sin filtros, dando hostias a mano abierta y muy, muy, muuuuy disfrutable.
Bajo un título tan extraño y extravagante, se esconde una de las mejores películas de este primer trimestre, y quizás de todo el año. Porque lo tiene todo para convertirse en una de las favoritas de cualquier amante del cine: un argumento sencillo, grandes dosis de humor negro, escenas muy divertidas, personajes memorables, una feroz crítica social… Y si a ello le añadimos el que está basada en una historia real, el resultado no puede ser más interesante.
Pero
mejor vayamos a los hechos. En la cinta se narran dos o tres años de
la vida de una escritora de biografías, Lee Miller, que pasó
de ser una celebridad en los años cincuenta y sesenta por sus
interesantes obras, que cosecharon un gran éxito, a convertirse, con
el paso del tiempo, en una especie de personaje maldito, que
no consigue ni tan siquiera llegar a fin de mes, y por quien no
apuesta ningún agente literario, ni tampoco ninguna editorial.
Además se enfrenta a un temor compartido por muchos escritores
actuales: el bloqueo producido por la página en blanco.
Con
su vida convertida en un desastre, no tiene un simple dólar,
le debe varios meses de alquiler a su casero (que vive en la planta
baja del edificio), tiene una plaga de moscas en su apartamento, se
le pone enferma su gata (y como no ha abonado los tratamientos
anteriores, se niegan a atenderla), pierde su último trabajo; lo
cual añadido a su alcoholismo, compone una situación de extrema
precariedad. Mientras trabaja en una biblioteca para intentar
terminar una nueva biografía, encuentra unas cartas
originales de una vieja estrella, y se le ocurre la feliz idea de
quedárselas para luego venderlas en una librería especializada. Por
la primera le ofrecen una pequeña cantidad, y le indican que es una
pena que no estuviera más personalizada; lo cual le hace pensar que
si añade a máquina, aprovechando el espacio disponible al final de
la segunda, un mensaje más personal, podría conseguir más dinero.
Y
eso es lo que hace, consiguiendo una buena cantidad. Esto la lleva a
plantearse la posibilidad de escribir cartas a máquina de personajes
célebres, como forma de vida. Durante varios años, se pone a
falsificar de manera sistemática los escritos de personajes
célebres (entre otras, a Marlene Dietrich), y a venderlas a una
selecta red de intermediarios, que trabajan para coleccionistas
especializados, hasta alcanzar las cuatrocientas falsificaciones, que
según Lee Israel fueron algunas de sus mejores creaciones
literarias de toda su vida.
Pero
evidentemente, el fraude se acaba descubriendo… La ponen en la
lista negra, incluso el FBI toma cartas en el asunto, y la llevan a
juicio.
Al
margen de las propias experiencias de la escritora, hay un personaje
muy singular, posiblemente su único amigo, un gay crepuscular,
alcohólico y drogadicto llamado Jack Hock, que va adquiriendo
importancia a lo largo de la cinta, y ejerce de magnífico
secundario, y cómplice en la vida real de la impostura. Es un ser
entrañable, muy humano, y con un peculiar sentido de la
justicia, que se adueña de la pantalla desde el primer momento.
La
selección de los actores protagonistas es una de las claves del
éxito de la película, puesto que resultan plenamente creíbles en
todos los momentos de la misma. Melissa Mc Carthy encarna a
Lee Israel, y ha participado en numerosas producciones tanto trágicas
como cómicas, siendo una de sus más recientes apariciones en la
cinta “¿Quién está matando a los moñecos?” (una
desternillante comedia, que parodia a las películas de detectives
americanas de los años ochenta), “La boda de mi mejor amiga”,
“Como la vida misma”… Richard E. Grant es un
secundario de lujo, a quien hemos visto entre otras producciones en
“Drácula de Bram Stoker”, “Retrato de una dama”,
“Su mejor historia” y “Logan”.
La
aclamada cineasta Marielle Heller, quien debutó con “The
diary of a teenage girl”, consigue crear una cinta de gran
interés, está encantada con Lee Israel, una antiheroína que
rompe con los moldes de los antihéroes masculinos. “Creo que
las películas tienen siempre unos personajes masculinos maravillosos
y complicados que pueden ser muy toscos y moralmente ambiguos. Tener
una historia con unamujer
que sea compleja, problemática, alcohólica, que cometa delitos,
pero que también sea luchadora, inteligente y ambiciosa, es muy
emocionante”.
Como
emocionante resulta toda la película, con un dúo protagonista en
estado de gracia, unas situaciones verosímiles, y que te deja
deseando tener en tus manos la biografía de Lee Israel, “Can
you ever forgive me?”, que desgraciadamente solo está
disponible en inglés, pero que ya he añadido a mi lista de lecturas
pendientes.