Y pese a todo, aquí estamos, regresando a las andadas. Como polilla idiota, conocedora de su destino pero aun así, incapaz de evitar lanzarse suicida contra la luz.
Tres ingresos hospitalarios, intervenciones quirúrgicas fracasadas, infartos de miocardio y secuelas de por vida, todavía pendiente de ver como acaba, y uno se mira al espejo y no se reconoce. Mira perplejo al tipo que tiene enfrente, pues no sabe quién es, ni cuál es su lugar. No queda nada de su vida anterior, de aquel que fue, del camino que iba a recorrer. Se pregunta que hace aquí, por qué sigue vivo y para qué, pues ya no hay metas ni victorias posibles, solo tiempo prestado y camino polvoriento hacía ningún lugar.
Físicamente en ruinas, mentalmente confundido, espiritualmente desahuciado, solo queda aferrarse desesperadamente a los restos del naufragio, a lo poco que uno reconoce como propio, a lo que suena familiar. Apenas unos retazos, pedacitos pequeños y ceniza. Uno intenta recomponerlos, darles forma y aliento, pero son solo una sombra de lo que fueron, un simple recuerdo, un talismán del que negamos desprendernos, pues es todo lo que nos queda de nuestra antigua vida, de nuestro antiguo yo.
Amamos con apremio,con prisa, con agonía posesiva, con egoísmo y con dolor, pues necesitamos ver en quienes nos aman un reflejo que ya solo existe en sus ojos y que se apagará pronto a causa de nuestra propia obsesión.
Necesitamos ser amados, recordados, presentes en sus vidas , porque nos sentimos ajenos a las nuestras propias y con todo, no soportamos la idea de que vean en que nos hemos convertido, de su pena, su lástima, sus lágrimas a escondidas y su propio dolor.
Respiramos hondo, nos avergonzamos por pensar así, pero seguimos dándole vueltas a lo mismo, sintiendo autocompasión y odiándonos por ello.
Y fingimos que todo va bien, que nada ha cambiado, que todo volverá a ser como antes, que solo es cuestión de tiempo y perspectiva, que hay que adaptarse, que poco poco…
Estamos de vuelta. Ya veremos…
Para leer completo esa maravilla que es el dolorosamente acertado poema de Félix Grande, podéis hacerlo AQUÍ:
La atmósfera post-apocalítica de ‘Mad Max’ invade Sitges.
La actual edición del Festival mirará hacia el fantástico de 1979 y recuperará títulos de la exploitation italiana de ciencia ficción.
Un artículo de Cristina Béjar
Hola a tod@s incoherentes. Ya tenemos aquí novedades sobre la 52ª edición del Festival de Sitges:
Sitges 2019 respira polvo del desierto y hierro oxidado. La próxima edición del certamen –del 3 y el 13 de octubre– celebrará el 40 aniversario de Mad Max. Salvajes de la autopista, de George Miller. Una efeméride que ha inspirado el cartel, una retrospectiva y el libro oficial del Festival y que impregnará Sitges durante once días.
La primera entrega de la saga distópica más emblemática de la historia del cine protagoniza el cartel de Sitges 2019, con el sello de la agencia China. “En la imagen, aparece un coche destruido por el óxido, abandonado en medio de un desierto infinito, sin rastro de ningún personaje. Una composición enigmática, simple y contundente, que bebe de una iconografía tan inconfundible como la saga de Miller y su paleta cromática de naranjas, ocres y amarillos. Se trata de un homenaje a una obra con un universo gráfico único, que se presta como pocos al formato sintético e icónico de la cartelería”, explica el director creativo ejecutivo, Rafa Antón.
El fenómenoMad Max, llegado de Australia, se vivirá en cada rincón de Sitges con entusiasmo y también conmemorará los 40 años de un título icónico del cine de género de 1979: Alien, el octavo pasajero, de Ridley Scott, un film que marcó una época y que continua bien presente en la actualidad, reuniendo a una legión de fans. De la misma manera, otros homenajes a cintas esenciales del fantástico tendrán su espacio para el recuerdo en Sitges 2019.
Exploitation italiana
La retrospectiva Apocalypse domani recogerá títulos clave de la exploitation italiana de ciencia ficción desarrollada a finales de los años 70 como consecuencia del éxito de títulos estadounidenses como Star Wars, Alien o 1997: Rescate en Nueva York, pero sobre todo de las dos primeras entregas de Mad Max. Fueron productos pensados para el mercado internacional, que en algunos territorios –como España– alcanzaron un enorme éxito comercial, dirigidos por veteranos del cine de género como Enzo G. Castellari (1990, Los guerreros del Bronx, Los nuevos bárbaros), Joe D’Amato (Bronx lucha final), Sergio Martino (2019, tras la caída de Nueva York), Lucio Fulci (Roma año 2072: Los gladiadores) o Luigi Cozzi (Contaminación: Alien invade la Tierra). En los últimos años, muchas de estas cintas se han convertido en títulos de culto buscados por los aficionados de todo el mundo, generando un fenómeno de reivindicación y recuperando su importancia artística e industrial.
Libro oficial
Apocalypse Domani. La década dorada de la exploitation italiana de ciencia-ficción (1977-1990) es el título del libro oficial del Sitges 2019 que, bajo la coordinación de Ángel Sala, verá la luz el próximo mes de octubre. Esta será la segunda colaboración entre el Festival y la Editorial Hermenaute, después de la publicación el año pasado del ensayoMichele Soavi. Cineasta de lo macabro. El libro analiza el fenómeno de la exploitation italiana desde la perspectiva del género de la ciencia ficción, repasando sus precedentes, sus contenidos y el impacto que suscitaron este tipo de producciones. Un recorrido didáctico a través de sus películas más representativas, cintas que aún hoy en día cuentan con miles de fans en todo el mundo. La publicación también quiere reivindicar la figura de un buen número de directores italianos, entre los que destacan Antonio Margheriti, Sergio Martino, Enzo G. Castellari, Luigi Cozzi, Ciro Ippolito o Joe D’Amat. .Apocalypse Domani recupera títulos centrados en ciudades distópicas, apocalipsis y cine de bandas; en sus pasajes el lector encontrará el análisis de películas influenciadas por peplum, el spaghetti western y el horror. Guerreros bárbaros, ciborgs, alienígenas, moteros, monstruos de todo tipo, émulos de Conan el Bárbaro o míticos héroes clásicos. Un mundo de fantasía que, durante una década, dio al cine italiano su versión más desinhibida y comprometida con el fantástico. El libro consta de las firmas de críticos de cine y especialistas en la materia como Violeta Kovacsics, Diego López, Ruben Lardín, Jesús Palacios, Xavi Sánchez Pons, Lluís Rueda, Mònica Garcia, Jordi Sánchez Navarro, Desirée de Fez, Manlio Gomarasca, Domingo López y el mismo Ángel Sala.
Fantastic 7
El Festival de Sitges ha creado Fantastic 7, conjuntamente con el Marché du Film del Festival de Cannes y el fundador de Blood Window, Bernardo Bergeret. Se trata de un foro destinado a fomentar el talento dentro de la industria del género y favorecer su conexión con socios comerciales potenciales. Fantastic 7 celebró su primera edición en la pasada edición del Festival de Cannes, con una numerosa asistencia de la industria del género llegada de todos los puntos del planeta. La sesión, apadrinada por el director J.A. Bayona, reunió a siete festivales internacionales: Bucheon International Fantastic Film Festival (Corea del Sur), el Cairo International Film Festival (Egipto), el Festival Internacional de Guadalajara (México), el International Film Festival & Awards de Macao (China), el South by Southwest d’Austin (Estados Unidos), el Festival de Toronto (Canadá) y el Sitges – Festival Internacional de Cinema Fantàstic de Catalunya. Cada festival defendió, a través de un pitching, una propuesta de género fantástico. Sitges presentó la nueva producción del cineasta vasco Juanma Bajo Ulloa, Baby. Al acto de Cannes asistió el Ministro de Cultura y Deporte, José Guirao; la directora del ICAA, Beatriz Navas el director del ICEC, Miquel Curanta; el director de su área audiovisual, Francisco Vargas, así como otros representantes de instituciones y organismos relacionados con la industria audiovisual.
Taboo’ks
Las vías confluyentes entre las industrias audiovisual y editorial volverán a coincidir en Sitges de la mano de Taboo’ks, la iniciativa del Festival de Sitges que acerca la literatura y el cine fantástico. El programa –que abrirá el periodo de presentación de candidaturas la primera semana de junio– selecciona de entre todos los proyectos recibidos cuatro obras (novela, teatro o novela gráfica) y un study-case de un proyecto en vías de adaptación para presentarlos a los productores asistentes al Festival, con la finalidad de promover los acuerdos de adaptación de obras literarias a proyectos audiovisuales. Aprovechando el marco del certamen internacional, Taboo’ks se convierte en un mercado de derechos especializado en el género fantástico. La actividad incluye una agenda de contactos y una masterclass impartida por una personalidad significativa del sector cinematográfico y literario.
Apoyo a la 52ª edición
Un año más, el Festival agradece el compromiso de las entidades y empresas colaboradoras: Moritz (patrocinador principal), Obra Social “la Caixa” y Mistinguett Sparkling (patrocinadores), Meliá Sitges (patrocinador y sede oficial), Deluxe (colaborador), La Vanguardia (diario oficial), TV3 (televisión oficial), SGAE, Iberia, Renfe, Fnac, Ediciones Minotauro, Fundació Japó, FX Animation y Cha-Chá (colaboradores). Sitges 2019 se organiza gracias a la implicación del Ayuntamiento de Sitges, del Institut Català de les Empreses Culturals del Departament de Cultura de la Generalitat de Catalunya, y cuenta con el apoyo del Instituto de la Cinematografía y de las Artes Audiovisuales del Ministerio de Cultura y Deportes, la Diputación de Barcelona y del Carnet Jove – Departament de Benestar i Família.
La última semana de agosto contaremos con el anuncio de la cartelera del festival, quedamos a la espera. Comienza la cuenta atrás.
Isla muerta es una novela que hará las delicias de los amantes de las historias de zombis en su vertiente más clásica, ya que el que se adentre en ella se encontrará con una trama plagada de sangre, vísceras y situaciones que pondrán al límite a los distintos personajes que protagonizan este título. Todo ello contado de una manera muy amena y fácil de leer, con una narración muy visual y cinematográfica, gracias al ritmo con el que el autor ha sabido dotar a la obra, donde no habrá ni un solo momento de respiro. La historia contiene mucha acción y tensión, logrando que la lectura se haga del tirón, cosa que se agradece.
El
autor sabe en todo momento que teclas tocar para mantener el interés
del lector, en especial con las situaciones más impactantes y gore,
donde no le tiembla el pulso a la hora de mostrar con todo lujo de
detalles los ataques de los muertos vivientes, habiendo momentos que
da la sensación de que te van a salpicar la sangre y las vísceras
que irán diseminando a lo largo de la novela nuestros queridos
zombis.
Los
personajes cumplen su función bastante bien, pero sin que resalte
ninguno por encima de los demás. Lo cierto es que no destacan por
tener una fuerte personalidad, y en bastantes momentos caen en la
mayoría de tópicos y clichés del género, dando la
sensación de que podrían formar parte de muchas de las novelas de
zombis que hay en el mercado.
La
ambientación y las localizaciones están bien conseguidas. El
autor ha situado la acción en la isla de Tenerife, logrando en gran
parte de la novela que el lector se adentre de manera minuciosa en
los lugares que van apareciendo a lo largo de la historia.
La
novela no llega a las 250 páginas de extensión y eso juega a su
favor, ya que la trama no da para mucho más y el alargarla más de
lo necesario habría estado totalmente fuera de lugar. El autor no ha
necesitado más espacio para contar su historia. A pesar de que no es
una obra que destacaría por su originalidad, no es para nada un mal
libro de género zeta. Es una historia entretenida y
que recomendaría a los amantes de los zombis en su vertiente más
clásica, y también para los que se quieran adentrar en dicho
género. Pero si el lector busca algo más que eso, se le va a quedar
floja en ese aspecto.
En
definitiva, Isla muerta es una novela que cumple con su
objetivo, que no es otro que el de entretener, y eso lo hace con
buena nota, pero que no va mucho más allá.
A
pesar de sus fallos, que tiene unos cuantos, también tiene sus cosas
buenas, y estás prevalecen sobre las malas.
Sinopsis:
En
una cueva al norte de Tenerife un extraño gas es liberado durante
unas labores de mantenimiento. Este suceso hará que los muertos
regresen y ataquen a la población. La infección no tardará en
propagarse sembrando el pánico, y solo un pequeño grupo de
supervivientes logrará refugiarse en un lugar seguro mientras
planean de que manera escapar de la trampa mortal en la que se ha
convertido la isla.
Una
vez allí asistirán atónitos a como una recién nacida que uno de
ellos ha encontrado, podría cambiar el devenir de los
acontecimientos… podría cambiarlo todo.
El
caos ha tomado proporciones irreparables.
Y
la única esperanza de la humanidad acaba de nacer.
Bajo un título tan extraño y extravagante, se esconde una de las mejores películas de este primer trimestre, y quizás de todo el año. Porque lo tiene todo para convertirse en una de las favoritas de cualquier amante del cine: un argumento sencillo, grandes dosis de humor negro, escenas muy divertidas, personajes memorables, una feroz crítica social… Y si a ello le añadimos el que está basada en una historia real, el resultado no puede ser más interesante.
Pero
mejor vayamos a los hechos. En la cinta se narran dos o tres años de
la vida de una escritora de biografías, Lee Miller, que pasó
de ser una celebridad en los años cincuenta y sesenta por sus
interesantes obras, que cosecharon un gran éxito, a convertirse, con
el paso del tiempo, en una especie de personaje maldito, que
no consigue ni tan siquiera llegar a fin de mes, y por quien no
apuesta ningún agente literario, ni tampoco ninguna editorial.
Además se enfrenta a un temor compartido por muchos escritores
actuales: el bloqueo producido por la página en blanco.
Con
su vida convertida en un desastre, no tiene un simple dólar,
le debe varios meses de alquiler a su casero (que vive en la planta
baja del edificio), tiene una plaga de moscas en su apartamento, se
le pone enferma su gata (y como no ha abonado los tratamientos
anteriores, se niegan a atenderla), pierde su último trabajo; lo
cual añadido a su alcoholismo, compone una situación de extrema
precariedad. Mientras trabaja en una biblioteca para intentar
terminar una nueva biografía, encuentra unas cartas
originales de una vieja estrella, y se le ocurre la feliz idea de
quedárselas para luego venderlas en una librería especializada. Por
la primera le ofrecen una pequeña cantidad, y le indican que es una
pena que no estuviera más personalizada; lo cual le hace pensar que
si añade a máquina, aprovechando el espacio disponible al final de
la segunda, un mensaje más personal, podría conseguir más dinero.
Y
eso es lo que hace, consiguiendo una buena cantidad. Esto la lleva a
plantearse la posibilidad de escribir cartas a máquina de personajes
célebres, como forma de vida. Durante varios años, se pone a
falsificar de manera sistemática los escritos de personajes
célebres (entre otras, a Marlene Dietrich), y a venderlas a una
selecta red de intermediarios, que trabajan para coleccionistas
especializados, hasta alcanzar las cuatrocientas falsificaciones, que
según Lee Israel fueron algunas de sus mejores creaciones
literarias de toda su vida.
Pero
evidentemente, el fraude se acaba descubriendo… La ponen en la
lista negra, incluso el FBI toma cartas en el asunto, y la llevan a
juicio.
Al
margen de las propias experiencias de la escritora, hay un personaje
muy singular, posiblemente su único amigo, un gay crepuscular,
alcohólico y drogadicto llamado Jack Hock, que va adquiriendo
importancia a lo largo de la cinta, y ejerce de magnífico
secundario, y cómplice en la vida real de la impostura. Es un ser
entrañable, muy humano, y con un peculiar sentido de la
justicia, que se adueña de la pantalla desde el primer momento.
La
selección de los actores protagonistas es una de las claves del
éxito de la película, puesto que resultan plenamente creíbles en
todos los momentos de la misma. Melissa Mc Carthy encarna a
Lee Israel, y ha participado en numerosas producciones tanto trágicas
como cómicas, siendo una de sus más recientes apariciones en la
cinta “¿Quién está matando a los moñecos?” (una
desternillante comedia, que parodia a las películas de detectives
americanas de los años ochenta), “La boda de mi mejor amiga”,
“Como la vida misma”… Richard E. Grant es un
secundario de lujo, a quien hemos visto entre otras producciones en
“Drácula de Bram Stoker”, “Retrato de una dama”,
“Su mejor historia” y “Logan”.
La
aclamada cineasta Marielle Heller, quien debutó con “The
diary of a teenage girl”, consigue crear una cinta de gran
interés, está encantada con Lee Israel, una antiheroína que
rompe con los moldes de los antihéroes masculinos. “Creo que
las películas tienen siempre unos personajes masculinos maravillosos
y complicados que pueden ser muy toscos y moralmente ambiguos. Tener
una historia con unamujer
que sea compleja, problemática, alcohólica, que cometa delitos,
pero que también sea luchadora, inteligente y ambiciosa, es muy
emocionante”.
Como
emocionante resulta toda la película, con un dúo protagonista en
estado de gracia, unas situaciones verosímiles, y que te deja
deseando tener en tus manos la biografía de Lee Israel, “Can
you ever forgive me?”, que desgraciadamente solo está
disponible en inglés, pero que ya he añadido a mi lista de lecturas
pendientes.
Este libro es uno de los más siniestros y macabros que haya tenido en mis manos. Si tuviera que definirlo de alguna forma, supera con creces lo que podamos entender como terror, tendríamos que buscarle otro calificativo más allá de esa palabra.
Esta
historia nos lleva al interior de la mente de Quentin,
un asesino calculador de treinta y un años, que se entrega a
nosotros en primera persona con su diario. Un diario acompañado por
pequeños y simples dibujos, pero que junto a lo narrado, deja un
poso siniestro que no lograremos quitarnos en toda la lectura.
Llegamos a conocerlo íntimamente a través del uso del lenguaje
donde pronto descubriremos, entre gestos escritos y rarezas, un
trastorno
mental que le afecta tanto en las relaciones con su familia como con
la sociedad. En su intento por crear un muerto viviente, un zombi,
seguiremos horrorizados los procesos quirúrgicos y de tortura con
unos métodos y
herramientas que nos llevan a querer aparatar la vista de la lectura.
Terror psicológico, necrofilia, terror real, secuestro,
mutilaciones, gritos… Hay
escenas que no tuve valor para leerlas. Deciros
que algo así sólo me había ocurrido en una ocasión, con las
torturas del libro del maestro Jack
Ketchum, ”La
chica de al lado”.
Sin
embargo, seguimos leyendo, queremos saber más acerca de sus
creaciones monstruosas. Estamos atrapados en sus pensamientos más
íntimos. Nos
hace sentir privilegiados, lectores de su confianza, narrándonos
tales secretos, pero nos condena a estar en primera línea de su
locura.
Admiramos la inteligencia de Quentin
mientras nos horrorizamos por la forma en que utiliza a las víctimas.
Somos meros espectadores, viendo una historia horrible, pero
impotentes para impedir que continúe. Sus anotaciones en el diario
son espeluznantes,
con esa pérdida de compasión y de humanidad cuando sus experimentos
no salen
como él espera.
Joyce
Carol Oates realiza la tarea casi
imposible de crear una realidad de miedo palpable
a través de la historia, validada por las palabras de su
protagonista. Dejó un libro soberbio, con
lobotomías
y crueldad extrema, sobre todo en esas escenas cuando busca con el
picahielos el punto exacto del cerebro. Excelentemente bien escrito y
donde nuestra autora nos recuerda que la
maldad humana no tiene límite y para eso se introducirá en la mente
de un criminal.
La
historia se basa en la vida de Jeff
Dahner (que sentía placer matando),
pero una cosa debéis
tener clara: el psicópata creado por la autora es de lo más
abominable que he leído nunca. En verdad debéis leer esta joya
literaria que nos trajo una vez más La
biblioteca de Carfax.
Decir
que esta historia es aterradora es
como intentar explicar que el universo es simplemente grande.
Sólo puedo animaros a que leíais este libro y lo experimentéis por
vosotros mismos.
Estamos ante una novela muy intensa, que te mantiene en tensión desde la primera página y que logra mantener al lector enganchado en todo momento. Despiértame para verte morir es una historia adictiva, que se lee del tirón, gracias al ritmo ágil con el que el autor ha sabido dotar a la trama, y también gracias a estilo de narración tan visual y cinematográfico como el que tiene esta novela, que ya es marca de la casa en la mayoría de las obras de Miguel Aguerralde.
El autor ha
sabido crear una historia que bebe mucho de la novela negra
(género donde se mueve como pez en el agua), pero también ha
sabido integrar en la trama elementos del thriller y
unas cuantas pinceladas de terror. Todo ello mezclado da como
resultado algo como esta obra, que hace que sus poco más de 250
páginas supongan para el lector toda una experiencia plagada de
acción, tensión, de momentos muy impactantes, donde al autor no le
tiembla el pulso a la hora de contar, con todo lujo de detalles, los
horribles crímenes que se irán sucediendo a lo largo de la
novela, en especial a partir de la segunda mitad de la historia.
Los personajes
están bien desarrollados y perfilados, desde el principal, Marcus
Crane hasta los secundarios. Todos y cada uno de ellos tienen
entidad y personalidad propias.
Aunque la
historia que se cuenta en Despiértame para verte morir no
es la más original del mundo, cosa harto difícil ya que todo (o
casi todo) está inventado, el autor sabe dotarle con la suficiente
personalidad y de su estilo propio, para salir muy bien parado.
Aguerralde sabe apropiarse muy bien de los elementos clásicos
de la novela negra para crear una trama que no te deja soltar en
ningún momento el libro hasta acabarlo. Y solo me queda hablar del
desenlace, un final que siendo sincero, me ha encantado, me ha dejado
muy buen sabor de boca y está a la altura del resto de la novela.
Demostrando que no hace falta ser el más innovador ni inventar la
pólvora para hacer que el lector queda atrapado y se sumerja en las
páginas de Despiértame para verte morir. Estamos ante
una lectura adictiva, llena de grandes momentos, que hacen que esta
novela no tenga que envidiar para nada a los títulos que nos llegan
de autores internacionales.
En definitiva, esta obra es absolutamente recomendable para todos los
amantes de la novela negra, y para todo aquel que disfrute de las
buenas historias. Entretenida en todo momento. Otra prueba del buen
hacer de Miguel Aguerralde, un autor que es siempre garantía
de calidad, como demuestra su amplia trayectoria, con un buen puñado
de novelas y de relatos en su haber.
Sinopsis:
Richie
Santoro terminó sus días en la silla eléctrica jurando venganza
contra el abogado que logró su condena. Todos decían que lo que
había hecho a esa niña no tenía perdón de Dios.
Han pasado dos
años y el entonces abogado Marcus Crane ha dejado de ejercer. Vive
atormentado por la crueldad y la inmundicia con la que tuvo que
lidiar al hacerse cargo del caso Santoro.
Ahora que se
cumple la efeméride, una ola de crímenes parece cebarse con los
allegados de Crane, obligándole a contemplar las imágenes de cada
uno de los asesinatos. Asesinatos que llevan la peculiar firma de un
viejo conocido.
Soy fan de Clint Eastwood desde casi antes de mi nacimiento, ya sea en su faceta como actor, con auténticas joyas del western (la famosa “Trilogía del Dólar”), o las impresionantes y siempre recomendables secuelas de “Harry el Sucio”; sin olvidarnos por supuesto de su crepuscral interpretación en “El gran Torino”, o la magnífica “Los Puentes de Madisson”. Como director, también he seguido sus películas, aunque algunas de ellas me han parecido un poco irregulares. Quizás porque a medida que ha envejecido, esto se ha notado en su personalidad o en su talento.
Pero
lo que está claro es que no me ha dejado nunca indiferente. Aunque
es la primera vez que casi me duermo en el cine, en mitad de una de
sus obras. Y digo dormirme, hasta el punto de casi caerse la baba y
empezar a roncar, no la cabezadita de rigor, por ejemplo en medio de
una ópera de Mozart. Hablo de dormirme en el sentido literal.
He
leído críticas muy variadas sobre “Mula”, su más
reciente creación en su doble vertiente de actor y director, con su
productora Malpaso. Hay quienes la ponen por las nubes,
destacando hasta qué punto se mete en el personaje, o su ritmo
sosegado en la dirección, situándola incluso entre sus mejores
creaciones. Otros la critican desaforadamente.
Yo
pienso que ni lo uno ni lo otro. Es sencillamente prescindible, es
más, podría convertirse en un final de carrera no demasiado
glorioso para un magnífico actor.
Quizás
uno de los problemas sea el personaje protagonista, encarnado por
Clint Eastwood, como un veterano de la guerra de Corea, que
vive separado de su ex mujer en una pequeña granja donde cultiva
extrañas variedades de orquídeas y otras plantas exóticas. Hasta
que en la fiesta de compromiso de su nieta se entera de sus problemas
de dinero, y uno de los invitados le da un número de teléfono, por
si necesita un dinero extra. Agobiado por las deudas, decide llamar,
poniéndose en contacto con el representante de un peligroso cártel
de narcotraficantes mejicanos. A cambio de llevar de una ciudad a
otra (en este caso, el destino es Chicago) un cargamento de drogas,
recibirá una cantidad de dinero.
Es
decir, se convierte en mula, y de aquí el título de la película, y
la mayor parte de su argumento. Quitando un par de detalles
costumbristas (como la primera aparición en el taller de los
traficantes, o la fiesta de los veteranos), la película se reduce a
una serie de viajes, en los que se ve a Clint Eastwood conduciendo,
primero a bordo de su vetusta furgoneta, luego en una rutilante
pick-up negra. Son trece viajes.
Afortunadamente
hay dos tramas secundarias, que animan algo la cinta. Por una parte,
la investigación del agente de la DEA (agencia anti drogas
americana) Colin Bates (magistralmente interpretado por
Bradley Cooper). Se pasan un buen rato jugando al gato y el
ratón, intentando localizar a la esquiva mula, recurriendo a
múltiples medios, desde el confidente hasta los controles de
carreteras o el uso de helicópteros y vehículos camuflados. La
segunda trama es la enfermedad de su ex mujer, y de qué manera les
va uniendo al final de su vida, lo cual genera un par de escenas
francamente interesantes.
Pero
ya está. Es decir, Clint Eastwood interpreta el papel de un
personaje decrépito, de andares lentos, casi sin voz, a quien
prácticamente no se le entiende cuando habla en múltiples ocasiones
de la película (por lo que es muy recomendable verla en versión
doblada). Su deterioro físico y psicológico durante la cinta es muy
evidente. No tiene nada que ver con sus otras interpretaciones de
personajes de edad avanzada, como el protagonista de “El gran
Torino”; ni siquiera con el bastante romántico fotógrafo del
National Geographic.
No.
Es
un paso más en la decrepitud de un gran actor, que me ha dejado
seriamente preocupado, al no ser capaz de distinguir los límites
entre el personaje que interpreta y la realidad. Si se encuentra así
de mal, sería de lo más recomendable que esta fuera su última
película, tanto como actor (da pena verle en todos los sentidos),
como director (me ha parecido infumable).
Por
una vez, y sin que sirva de precedente, aconsejo a quien tenga
interés en verla que se ahorre el dinero del cine, saque de su
colección de películas cualquiera de las que he mencionado
anteriormente (las de Harry el Sucio, por ejemplo), y disfrute
durante dos horas de una dosis de buen cine. Y dentro de seis meses,
por ejemplo, la vea en streaming, que le resultará
incomparablemente más barato y satisfactorio. Sobre todo porque
podrá interrumpirla cuando quiera para echarse la siesta.
Una de las cosas buenas que tiene el `caralibro´ es poder descubrir a autores de los que no has leído nada. A veces hay que arriesgarse y apostar por ellos, ya que te puedes llevar una muy agradable sorpresa. Y Oscar Ryan y su Luz en el lado oscuro ha sido un enorme sorpresón. Una novela que no da tregua al lector, con una prosa muy fluida, sin adornos innecesarios y donde no sobra ni falta de nada. Una trama que te engancha desde el principio. Muy buenos personajes. Con una historia que puede parecer algo típica y sonar a algo que has podido leer anteriormente, pero que en manos de este autor acaba siendo muy distinta de lo que parecía a priori, siendo original en muchos momentos.
Oscar
ha sabido darle la vuelta al clásico enfrentamiento entre ángeles y
demonios, alternando el presente con el pasado en forma de
flashbacks, donde el
lector irá conociendo más a Luzbel, un personaje lleno de
matices y con una fuerte y marcada personalidad. Los personajes
secundarios también tienen sus dosis de protagonismo, estando muy
bien perfilados.
El
ritmo de la novela no decae en ningún momento, convirtiéndola en
una lectura muy adictiva. ¿Y que decir del final? Me ha sorprendido
y de qué manera, hacía tiempo que un final no me impactaba tanto,
siendo totalmente inesperado, dándole un giro radical a toda la
trama. Una historia que podría encajar perfectamente en la Línea
Vértigo de DC Cómics, ya que no tiene nada que envidiar
a las mayoría de series de ese sello. Una obra muy visual y con un
estilo bastante cinematográfico.
En
definitiva, un título absolutamente recomendable y un autor muy a
seguir. Toda una muy agradable sorpresa.
Sinopsis:
Luzbel
se rebeló contra el modo tiránico en que Yahvé gobernaba el Cielo
y la Tierra. Pero perdió y fue expulsado del cielo, condenado a ser
el príncipe del inframundo por toda la eternidad. Desde entonces, y
cada sesenta y seis años, ejecuta una venganza cíclica contra el
caudillo celestial. Momento conocido como ofrenda.
La
nueva ofrenda no parece una tarea sencilla, pues el arcángel San
Gabriel intentará impedírselo a cualquier precio, caiga quien
caiga. Defender la ley y el orden, los dogmas que la iglesia impone.
El buen nombre de Yahvé es prioritario.
¿Deberíamos escuchar lo que Luzbel tiene que decirnos al respecto?
¿Cuál es la realidad? Aquí encontrareis una fiesta literaria de lo macabro, lo extraño y lo inusual. Te preguntarás en qué momento se traspasó esa fina línea que hay en el otro lado. El autor inclina la realidad y el tiempo, retorciéndolas en sus propias creaciones. No estáis ante una antología como tantas otras, aquí hay una calidad incuestionable, una prosa cultivada que busca y consigue diferenciarse de otros autores. No imita, no busca, no intenta… es él, y su imaginación. Todas estas historias os afectarán profundamente por ese motivo, por ser especiales. Vuestro subconsciente, al igual que hizo el mío, retendrá estos magníficos relatos, porque Ramón Merino, no sé de qué manera, logra introducirnos estos cuentos en nuestro ADN, logrando incluso una vez cerrado el libro, que sus historias nos visiten en los sueños o pesadillas…
No es una antología para esos lectores que se entregan sólo superficialmente al mundo de la lectura, en busca de llenar su momento de ocio. Estos relatos son para los aficionados al verdadero miedo. Nuestro autor se permitirá jugar en muchas ocasiones con el tiempo y el espacio, dominando en todo momento su narración. Seréis vosotros los que deberéis adaptaros a los asombros creados por su mente. Historias dentro de otras historias, sueños dentro de sueños.
Fantasmas que ni siquiera saben que lo son; un detective privado intentando resolver un caso sin saber que el mayor misterio es él mismo. Libros que se abren para salvar librerías antiguas; una historia de ciencia ficción del año 3034 d.C. que nos deja una gran pregunta: ¿Y si toda la vida humana fuese una gran mentira? Relatos que nos advierten de no ser leídos… Lo sé, yo también me sonreí ante ese detalle, buena forma de hacer que lo leamos. Pero, ¿y si os dijera yo, como lectora, que en verdad no lo leías? Nunca hacemos caso a los escritores. Nunca…
Y más y más cortos que os llevarán a un espectáculo inconcebible. Tal vez algunos penséis que se pasa de descriptivo, pero a mí es que me gusta mucho cuando el autor crea un ambiente lleno de detalles. El libro dice que en sí es una ventana a nuestros sueños, una mirada penetrante a las inquietudes humanas… Y no puedo hacer otra cosa que darle la razón. ¿Dónde van los libros que no son leídos? No lo sé, pero me alegro que este llegara a mis manos.
¿Cuál es la realidad? La realidad es que después de leer estas historias vais a responder a esa pregunta con otra pregunta. Ya veréis como sí, ya lo veréis…
Buena semana a todos, muchas gracias de nuevo al Tito Athman por abrirme su bitácora, y espero que os guste esta nueva entrega crítica de lo que he comenzado a llamar “Palomitas” o “Qué grande es el cine y qué alto suben los equilibristas”.
Life. Me flipa la horror cifi con bicho alienígena weirdo e hijoputa, de herencia Lovecraftiana, más cabreado que una novia cuando no te fijas que se ha depilado las cejas. Ese escenario asfixiante mezcla de gótica casa encantada y submarino. Un cliché que casi (digo casi porque hay algunas precursoras) comenzó con “Alien: el octavo pasajero“, referente de este género. Debo admitir que prefiero cuando el ambiente tira hacia nave oscura y aceitosa con mil recovecos digna de un camionero espacial mas que a ese profiláctico y blanquito de misión NASA, donde todos son lumbreras hiperpreparados y megainteligentes, que se sacaron la carrera de astronauta en sus ratos libres como modelos de pasarela. Life no te engaña: esto es canibalizar su referencia casi al dedillo y eso, en el fondo, se agradece. Tiene sus fallos garrafales de cargarse coherencias narrativas en beneficio del espectáculo, tan previsible como melodramático, los supervivientes finales son caucásicos angloparlantes y se añade el tufillo de que, como Ryan Reinolds cobra a doblón, lo matamos pronto pero aparece de reclamo en el cartel. Aún así, como sabes que compras de imitación, la disfruté mucho por entretenida y me parece superior a otras copias que van de renovadoras y originales. Blockbuster de usar y tirar, como un kleenex con dibujitos de Batman.
Clown Otra de payasos. Aunque no me dan mucho miedo sino más bien penilla. Está basada en una historia de Stephen King, con todo lo que implica… Eh, perdona, que no, no es de Stephen King. Sólo lo fusila. Pero descarado y con menos vergüenza que meterte en un sex shop a tumba abierta. Vale, aceptamos barco pero oye, ¡la peli mola! Es rapidita, se deja ver, tiene momentos divertidos y escalofriantes. Pasas un buen rato. Lo del traje maldito y el homenaje a “It” se acepta porque es simpática. Es lo típico y tópico pero casi casi no te das cuenta. Aprobado largo.
Clinical Resumiendo: más molesta que un herpes. No me vendas una de miedo y me enchufes el tópico thriller melodrama de Antena 3 al que le falta el “basado en hechos reales”. De vergüenza. De vergüenza absoluta.
Creep Mi gran sorpresa de esta tanda. No me gustan las pelis de psicópatas. Tengo que admitir que me dan el mismo miedo que los payasos. Entiendo ese vértigo de que un asesino, un ser humano, quiera quitarte la vida y no atienda a súplicas ni llantos. Que realmente los disfruta, disfruta causando dolor. Pero debo de admitir que este pseudo “found footage” es una gran película. Rodada con un bajo presupuesto, el actor principal es también el guionista. Se nota que ha puesto verdadero amor en su obra, con una premisa sorprendente de un asesino en serie que busca confraternizar con su víctima y hacerse amigo de ella. El tipo es inquietante a paladas, como esa sensación de meter la pata porque tu interlocutor extrae toda una teoría de una frase sin importancia que nada tiene que ver con lo que estás hablando y se molesta porque generalizas. Hay momentos de verdadero espeluzne como el baile ante la puerta con la máscara lupina o la llamada a la hermana desde el baño. Una joya, de verdad. Merece la pena.
Creep 2 Secuela de la anterior que mantiene el tipo dando un giro radical y nos presenta a nuestro adorable psicópata en plena crisis existencial de los cuarenta invitando a una YouTuber en horas bajas y que está casi peor que él para que protagonice su última gran obra. Entre los dos se genera una anti química de almas gemelas unidas por sus transtornos mentales que provoca muy buenos ratos e incluso divertidos y tiernos. Es como esa novia que no para de burlarse de ti y te ayuda a mejorar con eso. Aunque se deja ver muy bien es cierto que le falta mucha de la frescura de la primera parte y mucha de la tensión por lo que creo que la saga debe terminar aquí. Como me dijo una vez alguien especial, terceras partes nunca fueron buenas.
Family Blood Una de vampiros con casi todos los topicos del género (salvo lo de la dentadura postiza para esconder los colmillos y la falta de higiene bucal). Creo que pretenden hacer una especie de alegoría crítica respecto a cómo se puede sentir un hijo cuando la madre soltera se echa un nuevo novio además del eterno paralelismo conectado entre vampiro/yonki sangre/droga. Pero no logra ni una cosa ni la otra y se queda mas pobre que la WiFi gratis de un hotel. Pero es de vampiros. Hace mucho que no veia una de vampiros.
Temple Terror japonés con americanos de solemnidad que trata de ser polémica sobre tríos amorosos y confesión de verdades ocultas. Todo es muy japonés: el ambiente, los bosques, el kitsune, el pueblecito, las mandarinas, los niños raritos, las tiendas caóticas polvorientas en las que encuentras tanto una adaptador de enchufe como un libro de ocultismo prohibido que debería permanecer guardado por sacerdotes, el sake y las abuelas borrachas… Le falta una escena de cerezos en flor cayendo sus hojas agitados por la brisa con musica triste para el triste pagafantas. Solo le veo un problema a esta película y pesa demasiado, es una mierda y los protagonistas ayudan comportándose como retrasados metepatas. Bastante tostón. Si encima cuentas que a mi me cuesta distinguir a un oriental de otro y todos me parecen el mismo, se hace confusa, el ataque de los clones.
XX Ya he comentado que me encantan las películas episódicas, formadas por pequeños capítulos independientes. Esta venía con el sello del hilo conductor de los femenino y lo feminista. Me considero feminista y me interesa muchísimo la creación realizada por mujeres. Pero lo que no perdono es aburrirme y esta película es profundamente aburrida. Tampoco perdono, ya lo sabéis, pasarse de intelectual extraño y no resolver con la excusa barata de “es para que te haga pensar”. No se salva ni un solo capítulo y lo mejor que tiene es el excéntrico teatro de marionetas de los interludios: inquieta y remueve. Vamos, un fracaso total. Esa no es la manera.
El apóstol Lo que podría haber sido una interesante historia de miedo primordial se queda en nada porque tratar de abarcar mucho: sectas, cultos primigenios, magia, crueldad, raptos, trama detectivesca, luchas de poder dentro del culto y fuera del mismo, castigos victorianos, tortura, chica adelantada a su tiempo que se enamora de un protagonista con menos expresividad que una rueda pinchada. Todo al final es demasiado confuso y tienes la sensación de que algo no funciona como si hubiera un piloto del coche encendido continuamente que no te permite mantener la atención adecuadamente. Roza el larguero pero no culmina. Una pena.
Don’t knock twice A priori, interesante. La leyenda urbana de la casa de la bruja del barrio que aquí entronca con el de la Baba Yaga y la cultura rusa, los demonios y las maldiciones heredadas. Pinta bien y tiene algunos sustos verdaderamente buenos para la media. Pero no aporta nada nuevo y es tan previsible, el malo que no es el malo sino la chica buenorra que parece buena y ese tipo de giros más pesados que una tarde en urgencias. Quiere, además, introducir cierta tensión con el asunto de la madre ex adicta que recupera a su hija. La recupera ahora que está forrada de pasta, claro. No termina de haber buena química entre las actrices. Por cierto, también hay ciertos huecos de guión que dan algo de penilla, a mi me resulta simpático el padrastro que deja a su mujer e hijastra en clara situación de tensión y tras admitir que están “teniendo visiones” y se larga de viaje de negocios pasando de su familia en un salto circense y no dar señales de vida ni preocuparse por la persona que ama hasta que llega para terminar, con justicia, troceado en el maletero. Esta es mi tipo de peli: sirve para desconectarte el enchufe de la mente y no pensar en nada. Evadirte. Aprobado general, venga.
El exorcismo de Emily Rose Buenos actores, buen tempo, buena dirección pero… vamos a ver, afirma que es una peli de miedo y no es cierto. Es una de abogados. Daría lo mismo si el caso fuera un exorcismo o que el cura se ha metido en una pelea de bandas del Bronx. La cosa es una de abogados con sacerdote. Todo muy de aquellas producciones de los ochenta donde el propio letrado hacía de detective y el asunto se basa en convencer a un jurado de un caso en el límite entre lo legal y lo moral. En un momento, el asunto parece animarse pero al final el exorcismo se queda en gatillazo. Y, para aún dar más vergüenza, se recurre al buenismo melodramático “made in USA” ¡con apariciones marianas! Tan edulcorado como mezclar helado con piña colada. ¡Señoría, protesto!
El exorcismo de Anna Ecklund Otra de exorcismos, casi con el mismo nombre. Hay un montón por ahí. ¿Para cuando un Exorcismo de Mickey Mouse? Creo que se están pasando de exorcismos y mira que me gustan las pelis con demonio. En esta el sacerdote está continuamente estreñido y nos ahorramos el juicio pero mantenemos el trasfondo mesiánico. Pero es tan mala que al final termina en una orgía en la que tienes que hacer un esfuerzo para encontrar al que NO está poseído. Monjas haciendo karate, chicas que se erigen en elegidas de Cristo… Todo más baboso que te traigan un Banana Split preparado hace media hora: se derrite y derrama por los lados del cuenco y deja un charco en la mesa. Admito que, durante un buen rato, creo que me dormí. Así que la recomiendo para irse a la cama y que mañana sea otro día mejor.
El amanecer de los muertos Nuevo remake (oh, sorpresa, un remake) del clásico de zombis. Pero tengo que admitir que está hecho de forma simpática y cumple con todos los tópicos así que ya he visto un par de zombis que me han gustado. Al final, voy a hacerme aficionado al género: algunas merecen la pena. Me encanta, por cierto, el juego con los carteles en las azoteas.