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Cosmografía profunda, de Laura Ponce

Tenía pendiente desde hace tiempo hablaros de esta pequeña maravilla, tanto en su formato como en contenido, que es Cosmografía profunda, de la argentina Laura Ponce. Se trata de una antología que funciona como una suerte de fix-up, relatos individuales y autoconclusivos, pero ambientados todos ellos en el mismo universo. 

La obra cuenta con la particularidad de reunir diez historias escritas por la autora a lo largo de diez años. Un dato curioso que ayuda a tomarla con una perspectiva distinta, intentando adivinar si se escribieron antes o después y dilucidar cuál ha sido el recorrido y evolución del estilo de la autora. Un estilo siempre pulcro, delicado y cercano, que se hace muy sencillo de leer (pese a su subtexto) y con un gusto exquisito en cuanto a las formas.

Estamos frente a una obra de ciencia ficción ambientada en un futuro distópico aterrador, en un universo donde el capitalismo ha sido llevado al extremo, corporativo y militarizado, en el que la autora nos ofrece dos perspectivas totalmente opuestas, pero complementarias, que nos permiten una visión global del mismo. Por un lado, la parte de exploración espacial, con una clara referencia al colonialismo y la pérdida de identidad, de escrúpulos, de rumbo, de sentido, pero a la vez al asombro, a la maravilla, lo imposible y la lucha por la supervivencia. Por otro,  la de la vieja Tierra, con ese Buenos Aires futurista, distópico, tecnológico y miserable, donde a la humanidad le cuesta discernir sobre lo que significa ser humano. 

Son evidentes las cuestiones que interesan a Laura, aquello que le preocupa, sobre lo que pretende hablarnos en realidad: las personas, en toda su complejidad, como individuos y como sociedad. Cómo reaccionamos ante aquellos retos que se nos presentan y si estamos a la altura de las circunstancias. El ser, el sentir, aquello que nos hace lo que somos, sea cual sea la situación y el escenario, en este mundo o en cualquier lugar recóndito de la galaxia.

Una obra muy, pero que muy recomendable, bien escrita y que va mucho más allá de ser una simple antología de ciencia ficción espacial.

La Serpent d’Ocean, en Nantes (Francia)

Entre la ciudad de Nantes y Saint-Nazaire, en la costa francesa orientada al Atlántico, se halla el estuario del río Loira, una amplia zona natural convertida en exposición de arte permanente que sorprenderá al viajero. Y de entre todas las obras expuestas, la que resulta más espectacular, por su increíble tamaño y por sus particularidades a la hora de disfrutar de ella, es sin duda la Serpent d’Ocean, el esqueleto una serpiente de 130 metros de largo, construido por completo de aluminio, que emerge del océano según sube o baja la marea. Esa forma cambiante de la escultura, según las condiciones de la mar o como incide la luz solar, dependiendo de la hora, en su reflejo sobre las planchas de metal, le otorgan una falsa sensación de realismo, de vida propia al esqueleto, de auténtico movimiento, que sorprende y estremece.

Autoría: MagicShoot Chaleil philippe

Su creador, el artista chino Huang Yong Ping, era un reconocido representante del movimiento avant-garde en su país de origen durante la década de los 80, pero fue justamente esa tendencia a ir por delante, desafiando las tendencias y el orden establecido con sus formas de activismo cultural, lo que le llevó a ser censurado por las autoridades chinas y a tomar la decisión de mudarse a Francia en 1989.

Autoría: Emmanuel Le Guellec

La Serpent d’Ocean no es el primer esqueleto de ofidio gigante de Yong Ping. El artista fue invitado en 2016 a participar en la macro exposición Monumenta, en el Grand Palais de París, donde expuso su obra Empires, que incluía una serpiente todavía más grande, una colosal escultura de 240 metros ,que se enroscaba rodeando 305 contenedores marítimos, en lo que se entiende como una mirada crítica al comercio mundial y la globalización. Pese a lo imponente de su tamaño, sin duda queda eclipsada por su sucesora, que si bien es algo más pequeña, hace de su maravillosa ubicación y la forma en la que se integra con el paisaje, en como interactúa y se percibe en medio de la naturaleza, algo imposible de superar.

Autoría: AFP VIA GETTY IMAGES

Todas las chicas descalzas, de Nieves Mories

Hoy quiero hablaros de Todas las chicas descalzas, un recopilatorio de relatos de Nieves Mories que me ha parecido una verdadera delicia, por bien escritos y por lograr un equilibrio casi imposible, siendo a la vez tan delicados como demoledores.   Unos textos que son pura emoción y sensibilidad,  realidad de la que hiere y duele, con una intencionalidad evidente y no por ello impostada, al contrario, mostrándose con una honestidad brutal y libre de etiquetas y condicionamientos, más allá de la voluntad de su autora por darle voz a quién  por norma, no la tiene.

Relatos crudos, descarnados, perversos, donde el amor, el dolor, la muerte y la expiación son moneda de cambio, motivo, consecuencia. Y culpa, siempre más de unos que de otros. La vida es una tragicomedia y Nieves nos lo recuerda con sus textos, en los que uno entiende que a veces se dice más por lo que se calla que por lo que se habla y que hay que temer los silencios. Una veces, son la calma y la tranquilidad. Otras, las más,  el preludio de la tormenta, de la explosión, del punto de inflexión en que todo cambia y la rabia acumulada, el resentimiento justificado, las ganas de gritar, las lagrimas más amargas o la carcajada desquiciada, son lo único que queda. Palabras. Silencios. Mujeres, que sufren y ríen, que retan al destino, pero aceptan su condición y no se rinden, pese a todo, pese a todos.

La forma en que se nos narran sus historias nos atrapa, juega con nosotros, nos hace sentir, creer y querer,  para burlarse en nuestra cara, por mezquinos. Y es que es imposible no sentir el dedo acusador de la autora, quien con una sonrisa cínica y socarrona y toda la mala hostia del mundo, se limita a exponernos frente a la realidad de un mundo en que permitimos que pasen cosas. Cosas que no deberían ser ni ocurrir, mientras disimulando, miramos hacia otro lado. 

Las chicas descalzas, las que no tienen ni siquiera nombre, pero a las que Nieves les ha dado voz y a las que mi querida Alicia Pérez Gil se encarga de presentar, mientras hurga en las heridas y mete el dedo en la llaga. 

Una antología imprescindible. Dura, incómoda, bellísima, cruel y necesaria. Que bien escribe, la muy cabrona. Mención a parte sobre la cuidadísima edición que se ha currado Dilatando Mentes, en tapa dura y unas ilustraciones preciosas de la propia autora.

El último juego, de J. D. Barker

J. D. Barker cosechó un merecido éxito a raíz de su trilogía El cuarto mono y  su trabajo posterior junto a James Patterson, Los crímenes de la carretera, que le convirtieron en uno de los autores de referencia dentro del thriller psicológico y policial. Con El último juego, Barker se mantiene en ese estatus, pero lo cierto es que este título, sin ser un mal libro en absoluto y habiéndome gustado, NO está a la misma altura que sus obras anteriores. 

El autor parece haber querido escribir el libreto de una serie de televisión para HBO o el de una peli palomitera, más que una novela al uso.  Y eso se nota cuando te enfrentas a un tocho considerable, de más de quinientas páginas, al que le sobra mucho material y se enreda sin necesidad, pero que se lee a toda leche gracias a sus capítulos cortos y un ritmo frenético, pese a que como digo, peca de exceso (en todos los sentidos) y le cuesta arrancar. Creo que esas son sus pegas, la extensión y el formato, sacrificando profundidad por espectáculo y pirotécnia.

Con todo, es una buena lectura y admito que tiene uno de esos finales de infarto que te dejan buen sabor de boca y hacen que el viaje haya valido la pena.

Descubriendo a Heinrich Lossow, el artista obsceno y su obra “El pecado” (1880)

Esta pintura hace referencia al Banquete de las Castañas, la famosa orgía celebrada, supuestamente en el Vaticano, el 30 de octubre de 1501. El banquete fue organizado por el ex cardenal Cesare Borgia, hijo del Papa Alejandro VI.

Lo acontecido en el banquete fue registrado por el Obispo Bucardo en el Liber Notarum, una de las más importantes fuentes de la epoca, que recoge información  sobre la vida de los distintos Santos Pontífices del Renacimiento en la corte. 

Según dichas crónicas, el banquete tuvo lugar en el Palazzo Apostolico. Medio centenar de prostitutas o meretrices se dedicaron a colmar de atenciones a los invitados. Según las propias palabras del obispo:

En la noche del último día de octubre de 1501, Cesare Borgia organizó una fiesta en sus aposentos del Vaticano con“ cincuenta prostitutas honradas ”, llamadas cortesanas, que bailaron por la tarde con los sirvientes y otras personas presentes, primero con sus ropas y luego desnudos. Después de la cena, se retiraron de las mesas candelabros con velas encendidas y se colocaron en el piso, y alrededor se esparcieron castañas, que las cortesanas desnudas recogieron, arrastrándose a cuatro patas entre los candelabros, mientras papá, Cesare y su hermana Lucretia miraban. a quienes pudieran realizar el acto a menudo con cortesanas. Los ganadores fueron premiados con túnicas de seda, zapatos y otras cosas. «

El cuadro, como es obvio, causó una gran conmoción en su momento, criticado tanto por la Santa Iglesia como por la plebe, quienes se sentian escandalizados ante lo explícito de la escena, por otro lado soberbia y de una belleza, fuerza y talento innegable, pese a lo lujurioso de su temática o justamente por ello. 

Hay que tener en cuenta que Heinrich Lossow fue un artista muy peculiar, un gran pintor e ilustrador de renombre, que en su tiempo libre daba rienda suelta a su vena más viciosa y libertina, con una extensa colección de obras personales y fuera de encargo de temática pornográfica, con cierta obsesión por el tema.

Guardianes de la Galaxia Vol. 3, de  James Gunn 

Pues ayer nos fuimos la familia al completo a ver Guardianes de la Galaxia Vol. 3 y resumiendo, nos lo hemos pasado teta y la hemos gozado como enanos. Creo que es la franquicia más disfrutable del UCM, la que mejor sabe compensar comedia, drama y acción, con muchísimo sentido del humor, pero en las dosis adecuadas y cuando toca. En ese aspecto, es la  “saga” más equilibrada, en cuanto a diversión, aventura, drama, emoción, buen rollo y espectacularidad. Un modo genial de finalizar la trilogía y cerrar el ciclo. Una delicia y en mi top 5 de pelis de Marvel.

¿Y la banda sonora? Una maravilla, como siempre. Empezar con una versión de Creep de los Radiohead ya os puede dar una idea de como va a ser el resto.

Mini SEMI-SPOILERS

No son siquiera spoilers, sino opiniones finales, pero por si alguien quiere llegar limpito de polvo y paja, así me evito que nadie se queje.

1- Los orígenes de Rocket están tan bien tratados, empatizas y sufres tanto, que se convierte en uno de los personajes más queridos y que mejor comprendes de Marvel desde el momento en que sale de su jaula. Y el Alto Evolucionador, es un villano de la leche, con una presencia en escena imponente y  que lo clava con esa total ausencia de escrúpulos por conseguir sus demenciales propósitos.

2- Me ha gustado mucho como lo han dejado todo cerrado, aunque admito que en cuanto aparecen los niños y Drax hace lo suyo, me ha resultado evidente cómo iba a terminar y me ha encantado.  Por cierto, por fin le dan cancha al personaje, que en esta ocasión sí demuestra su poder, aunque siga nerfeado, y aguanta lo que le echen mientras reparte hostias como panes. En cuanto a Nébula, no me ha chirriado, pero sí que es cierto que la evolución del personaje desde que le conocimos por primera vez hasta el final de la historia, ese cambio tan radical, puede resultar chocante, que no inadecuado.

En definitiva, que los motivos por los que se disuelve la Compañía del Anillo… digo, la formación de Los Guardianes que conocemos, me han parecido acertados y correctos, muy bien pensados y como decía, se veían venir de lejos con las pistas y evidencias que va arrojando la peli, pero sí que es verdad que me hubiera gustado quizás que las decisiones que toman no fuesen tan ”porque sí” y hubieran sido algo más justificadas (lo de Mantis me ha descolocado por completo),  en el sentido de que se vieran de algún modo obligados a tomarlas, en lugar de hacerlo un poco por capricho, que no es tan así, aunque puede dar esa impresión.  Pero lo dicho, eso ya es cosa mía y mis manías. Por lo demás, peliculón, puro entretenimiento y emoción. Más pelis así, por favor y no churros como Eternals o el “quiero y no puedo” de Love and Thunder.

The Northman, de Robert Eggers

Pues a raíz de una conversación en Facebook con el autor Carlos Plaza, con el que estuvimos charlando sobre la película y quien me recordó que no había hablado de ella por aquí, hoy os traigo mi opinión sobre The Northman, de Robert Eggers, film que cuenta con un elenco excepcional, encabezado por unos increíbles Alexander Skarsgård, Anya Taylor-Joy y Claes Bang (los tres, espectaculares), acompañados de Nicole Kidman, Ethan Hawke y Willem Dafoe como actores destacados. Curiosa la presencia de la cantante Björk, en un pequeño papel que parece hecho a medida para ella y su particular estilo.

Ya entrando en materia, debo decir que aunque es una muy buena película (y eso quiero dejarlo claro desde el principio) , me ha generado sentimientos contradictorios y no terminó de satisfacerme como esperaba que lo hiciera, aunque apunto que cuanto más pasa el tiempo, mejores sensaciones me va dejando. Creo que sé cual fue el problema y es tan simple como el que, y me consta que no soy el único, íbamos con ideas preconcebidas a la sala, esperando una historia contada de un modo concreto y no nos esperábamos lo que nos hemos encontrado, que en absoluto es malo, sino distinto a lo que imaginábamos que iba a ser.

 Me gustó mucho, en serio. Me parece un peliculón,  pero tengo un problema con su ritmo. No por lenta, que en cierto modo lo es (tomándose su tiempo cuando toca, sin llegar a cansar), si no porque la narración me resulta un tanto deslavazada en algunas partes y se vuelve algo reiterativa en ciertos momentos que en apariencia, no es que aporten nada relevante, quitándole tiempo y espacio a otros pasajes que sí lo merecían y sobre los que me hubiera gustado profundizar. 

No sé si es intencional, que supongo que sí, visto el tono del film como un todo y teniendo en cuenta que el guión  está co-escrito por el novelista y poeta islandés Sigurjón Birgir Sigurðsson, más conocido como Sjön, con un gusto declarado por esa lírica narrativa, casi experimental en algunos momentos.

Quiero creer que esa es la razón y no un problema en el montaje, con decisiones no del todo acertadas en esos puntos, pero sea como sea y pese a todo, me parece una peli excelente, que tiene en contra la idea equivocada de los espectadores al ir a verla, con unas expectativas generadas por series como Vikings o The Last kingdom que no son ciertas ni lo que el público esperaba, ya que a pesar de ser una historia de venganza (no olvidemos que se trata del supuesto origen de la leyenda de Hamlet), los espadazos diría que son lo de menos y anda más cerca de obras como El último duelo o El Caballero verde, con esa cadencia, ese ritmo pausado, pero intenso y cortante. Iba a mencionar Valhalla Rising, por las evidentes semejanzas,  pero esa juega en otra liga, en mi opinión.

 No os equivoqueis: La peli es cruda, violenta, sucia y sangrienta, y el enfrentamiento final, épica pura. La parte más mística y onírica, con una absoluta importancia y peso en la historia, está muy lograda: extraña, misteriosa, reveladora e incomprensible a partes iguales, curiosa y muy bien tratada, al punto que logra meterte de lleno en esa experiencia lisérgica e inquietante.

En definitiva, si no la habéis visto todavía, ya tardais. Eso sí, id con la mente abierta y sabiendo que no es la típica historia contada como siempre,tal y como dan a entender de de forma errónea los trailers.

Fototexto: El mito de la caverna

¿Quién dijo que la oscuridad es mala? ¿Por qué no considerarla hogar, un lugar seguro y tranquilo, cuando el verdadero horror aguarda ahí fuera, tras el cristal? Desde la asimetría del ventanal, la luz nos tienta, nos invita a abrirle las puertas y dejarla pasar. Con ella, lo desconocido, la incertidumbre y el miedo. La realidad, un mundo absurdo, enfermo y cruel. ¿Quién abandonaría las sombras, pudiendo elegir?

*Todas las fotografías y textos de esta sección son propiedad del autor del blog, Athman M. Charles.

El vacío, de Daniel Aragonés

Como ya adelanté por Facebook hace un par de días, tenía muchísimas ganas de hablaros de esto, lo último que se ha sacado de la manga esa oveja descarriada, ese caminante irredento del lado turbio de la realidad, llamado Daniel Aragonés.

Quiero hablaros de El Vacío, una obra cuya lectura me ha llegado tanto, me ha sido tan satisfactoria, que me cuesta encontrar las palabras para expresar lo que me ha hecho sentir sin caer en  vulgaridades como que me la ha puesto dura.

Con Daniel  tengo una afinidad muy especial, sobre todo cuando se mete en este tipo de historias tan oníricas y surrealistas, logrando en apenas unas setenta páginas, crear un lore tan complejo como logrado, completo y creíble, que hace que nos metamos de lleno, que nos adentremos en esos parajes limítrofes que nos muestra y que nos sintamos como una más de esas almas perdidas que habitan en el pantano. Y ojo, que por ponerle alguna pega que no es tal, diré que hasta podría haber reducido el texto incluso un poquito más, de no ser por cierta reiteración en los pensamientos del protagonista, que le da vueltas en varias ocasiones a las mismas ideas que nos quiere transmitir sobre la sociedad.

El Pantano, un territorio que parece al margen del mundo, con sus propias reglas establecidas. Un paisaje que es a la vez físico y mental; real, pero sin una barrera tangible ni definida con el Otro Lado (sea este lo que sea), hermoso en su decadencia, terrible e incomprensible, pero extrañamente familiar. 

Derry o Castle Rock, de Stephen King. Simetría, de Darío Vilas.  Joder, ¿cómo no mencionar Bright Falls o Silent Hill, para los que también disfrutamos de los videojuegos?

Siempre han existido lugares así, zonas que parecen estar entre dos mundos y que de algún modo extraño, son una especie de faro, que al igual que un foco con las polillas, parecen llamar a lo extraño y perverso, a gente muy especial y a otras cosas que no deberían estar ahí, que no son de este mundo y a los que ese lugar reclama con urgencia. Daniel sigue esa premisa, pero de un modo todavía más crítico, cercano y desesperanzador. Puro fatalismo y terror existencial.

El Vacío lo engulle todo. Un sumidero cósmico. Encontrarse con él es perderse, caer y ser devorado por un agujero negro que ha de llevarte a la nada, consumirte y hacerte desaparecer.

A menos que seas un habitante del Pantano, un renegado del mundo, alguien que SABE y que VE, y unicamente si estás dispuesto a asumir tu función, a cumplir tu papel en la historia, lo que no significa en absoluto que vayas a salir indenme, porque eso es imposible. Y es que al final, no hay tanta diferencia entre el Vacío y el Pantano. Ambos se tragan vidas, ambos son eso, un vertedero de almas, y la única diferencia, si la hay, son el Propósito y la Elección

No puedo, ni quiero contar nada más. Dadle un tiento a la novela, dejaos llevar, entrad en el juego que propone. El pájaro, la caja, la llave, la iglesia y el niño… Son símbolos, son realidades, son objetos de poder, son la muerte y la destrucción, son el fondo del ataúd, son la tabla de salvación.

Leedlo y entenderéis.