VERYOVER, de Javier Viadero

El barrio. Los bares de siempre. Los yonkis, con sus mierdas, sus lágrimas y sus trapicheos. La gente común, de a pie. Gente que siente, que sufre, que ama y se duele. Que se lame las heridas y sigue p´alante. Y otros que se hunden sin remedio, algunos luchando hasta el último momento y el resto simplemente dejándose llevar.

La vida. La calle. La gente como tú y como yo. Y diálogos, muchos diálogos. La gente habla mucho. Discute. Exagera. Miente más que parpadea o dice verdades como puños. Verdades que duelen, que hacen sangre. También hay silencios, espacios vacíos que dicen más que mil palabras para quien sabe leer entre líneas. Lo que no se dice, lo que callamos, puede ser mil veces peor.

Resignación, rabia y hastío. También hay esperanza. Frágil, débil y puede que ilusoria, pero viva, como las ascuas de un fuego apagado que uno intenta reavivar soplando como un imbécil, con los ojos llorosos.  Viva y palpitante  aunque le quieran echar el lazo al cuello y colgarla de una farola. No hay ganadores, solo supervivientes y vencidos.

El barrio. Los bares de siempre. Los yonkis y las gente corriente. 

Eso es Veryover: costumbrismo crudo, visceral, trágico y hermoso. Como la vida misma, como se siente.

Esta pequeña maravilla es una obra con fines solidarios, cuyos beneficios serán destinados a SBQ Solidario, una asociación sin ánimo de lucro con proyectos en Perú, Senegal y Gambia.

Autor: Athman M. Charles

Pagano y jubilado, montañero retirado, boxeador vapuleado, fotógrafo desenfocado, jugón manco Old School, lector empedernido, juntaletras de medio pelo, casado y con hijos, calvo y barbudo. Legítimo heredero de la Casa de Cal Gallo de Montagut.

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