Descubriendo a Matthew J. Levin: El bizarro hecho arte

La belleza y el horror son términos subjetivos. Dependen únicamente de los ojos de quien mira. En ocasiones incluso pueden llegar a ser una misma cosa. Ese es el caso en lo que a la obra de Matthew J. Levin se refiere, tan bizarra como maravillosa.

Las esculturas de este artista desafían lo establecido y se adentran en el terreno de lo escabroso y pesadillesco, de una forma similar a como lo hacían las ilustraciones de Zdizslaw Beksiński, dando forma y cuerpo a criaturas tan espeluznantes como sugerentes, que por algún motivo nos atrapan, logrando calar en nuestra psique y hallar un extraño vínculo, algo que creemos reconocer en ellas, quien sabe si el reflejo algo inherente en el subconsciente colectivo, figuras arquetípicas representación de nuestros más antiguos temores, miedos arcaicos que todos compartimos por igual y que reconocemos de forma intuitiva al estar frente a ellas. La carne como elemento a moldear, la deformidad. Esas reminiscencias a La Cosa, de Carpenter, a los relatos de Clive Barker o la filmografía de David Cronenberg son evidentes y nos repugnan y subyugan por igual.

Su talento creativo y sus diseños son tan originales como inquietantes y se han ganado la admiración de gente como el propio Guillermo del Toro, que quedó fascinado por su obra.

Las piezas, hechas de un material moldeable a base de polímeros, destacan por su presencia, así como los pequeños detalles que uno puede observar en ellas y que les dotan de una fuerza visual inusitada.

Os animo a que investiguéis sobre él, os adentréis en su obra y os maravilléis ante el resto de sus bizarras y evocadoras creaciones.

Autor: Athman M. Charles

Pagano y jubilado, montañero retirado, boxeador vapuleado, fotógrafo desenfocado, jugón manco Old School, lector empedernido, juntaletras de medio pelo, casado y con hijos, calvo y barbudo. Legítimo heredero de la Casa de Cal Gallo de Montagut.

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