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The Northman, de Robert Eggers

Pues a raíz de una conversación en Facebook con el autor Carlos Plaza, con el que estuvimos charlando sobre la película y quien me recordó que no había hablado de ella por aquí, hoy os traigo mi opinión sobre The Northman, de Robert Eggers, film que cuenta con un elenco excepcional, encabezado por unos increíbles Alexander Skarsgård, Anya Taylor-Joy y Claes Bang (los tres, espectaculares), acompañados de Nicole Kidman, Ethan Hawke y Willem Dafoe como actores destacados. Curiosa la presencia de la cantante Björk, en un pequeño papel que parece hecho a medida para ella y su particular estilo.

Ya entrando en materia, debo decir que aunque es una muy buena película (y eso quiero dejarlo claro desde el principio) , me ha generado sentimientos contradictorios y no terminó de satisfacerme como esperaba que lo hiciera, aunque apunto que cuanto más pasa el tiempo, mejores sensaciones me va dejando. Creo que sé cual fue el problema y es tan simple como el que, y me consta que no soy el único, íbamos con ideas preconcebidas a la sala, esperando una historia contada de un modo concreto y no nos esperábamos lo que nos hemos encontrado, que en absoluto es malo, sino distinto a lo que imaginábamos que iba a ser.

 Me gustó mucho, en serio. Me parece un peliculón,  pero tengo un problema con su ritmo. No por lenta, que en cierto modo lo es (tomándose su tiempo cuando toca, sin llegar a cansar), si no porque la narración me resulta un tanto deslavazada en algunas partes y se vuelve algo reiterativa en ciertos momentos que en apariencia, no es que aporten nada relevante, quitándole tiempo y espacio a otros pasajes que sí lo merecían y sobre los que me hubiera gustado profundizar. 

No sé si es intencional, que supongo que sí, visto el tono del film como un todo y teniendo en cuenta que el guión  está co-escrito por el novelista y poeta islandés Sigurjón Birgir Sigurðsson, más conocido como Sjön, con un gusto declarado por esa lírica narrativa, casi experimental en algunos momentos.

Quiero creer que esa es la razón y no un problema en el montaje, con decisiones no del todo acertadas en esos puntos, pero sea como sea y pese a todo, me parece una peli excelente, que tiene en contra la idea equivocada de los espectadores al ir a verla, con unas expectativas generadas por series como Vikings o The Last kingdom que no son ciertas ni lo que el público esperaba, ya que a pesar de ser una historia de venganza (no olvidemos que se trata del supuesto origen de la leyenda de Hamlet), los espadazos diría que son lo de menos y anda más cerca de obras como El último duelo o El Caballero verde, con esa cadencia, ese ritmo pausado, pero intenso y cortante. Iba a mencionar Valhalla Rising, por las evidentes semejanzas,  pero esa juega en otra liga, en mi opinión.

 No os equivoqueis: La peli es cruda, violenta, sucia y sangrienta, y el enfrentamiento final, épica pura. La parte más mística y onírica, con una absoluta importancia y peso en la historia, está muy lograda: extraña, misteriosa, reveladora e incomprensible a partes iguales, curiosa y muy bien tratada, al punto que logra meterte de lleno en esa experiencia lisérgica e inquietante.

En definitiva, si no la habéis visto todavía, ya tardais. Eso sí, id con la mente abierta y sabiendo que no es la típica historia contada como siempre,tal y como dan a entender de de forma errónea los trailers.

The Last Kingdom: Siete reyes deben morir.

Pues después de dejar pasar un par de días tras haberla visto, para que el fanboy que habita en mí tuviese tiempo de serenarse un poquito y ser algo más objetivo (va a ser difícil, siendo, como digo, un fan acérrimo de la serie), hoy os traigo mi opinión sobre Siete reyes deben morir, la película que sirve  de epílogo y cierre definitivo a las aventuras de Uhtred de Bebbanburg

Me resulta complicado poder valorar el film como una obra independiente, como lo harán aquellos que no hayan visto la serie, y no tengo muy claro si funciona por sí solo, ya que me resulta imposible verlo como tal. Para el profano, tiene su explicación inicial, escueta, pero suficiente para poner en situación al espectador casual, y cumple con su cometido de entretener como peli de vikingos y espadazos, tanto en ambientación como en las escenas de acción. Pero claro, no es lo mismo que cuando conoces el trasfondo y a los personajes, a quienes uno ha llegado a querer.

Para los que como yo, el film suponía el cierre de una historia que conocemos y del que esperábamos mucho, la percepción es distinta. En mi caso, me ha gustado. Me ha gustado MUCHÍSIMO. ¿Ha sido lo que esperaba? Solo en parte.

Tras un inicio un tanto confuso, en el que me ha costado entender que demonios pasaba, las cosas se ponen en su sitio y la película fluye. Te sientes cómodo, estás en terreno conocido, con tus viejos camaradas al otro lado de la pantalla haciendo lo suyo. Pero a medida que se desarrolla la trama, se siente todo un tanto apresurado, todo avanza muy deprisa, demasiado rápido, sin detenerse a profundizar en detalles, ni en los personajes ni sus razones, más allá de lo obvio, por lo que quedan algo desdibujados. Es algo lógico, si tenemos en cuenta que, según tengo entendido, el arco argumental que nos muestra resume las últimas tres novelas de la prolífica saga literaria (apenas voy por la primera), que se ven condensadas a la fuerza en esas dos horas que dura el largometraje. Es una pena que no se haya dado la ocasión de ofrecernos, como mínimo, una temporada más, para que la historia fuese narrada al ritmo que necesitaba.

Pero dejando eso a un lado, puedo aseguraros que no defrauda en absoluto y cumple con nuestras expectativas. Uhtred sigue siendo el tipo carismático al que seguirías al fin del mundo, pese a que los años pasan y la edad no perdona, ni para el Matadaneses ni para sus camaradas y aliados. Sus compañeros, tan leales, valerosos y sacrificados como siempre, aún con algunas ausencias importantes que no se explican. Las escenas de batalla, en la línea de la serie: más bien brutales escaramuzas, algo que a diferencia de lo que podría parecer,  no es algo negativo sino todo lo contrario, ya que eso permite un acercamiento a la violencia del Muro de Escudos, difícil de ver en las grandes producciones con ejércitos colosales en el campo de batalla, al punto de poder sentir el dolor de las heridas y la sangre salpicando.

 Siete reyes deben morir me parece un epílogo maravilloso, una despedida demasiado breve, pero digna de un rey, a la altura de lo que merecía esta pedazo de serie (para mi muy superior incluso a la de Vikings y ya podéis insultarme tanto como os apetezca, que me la trae al pairo y no cambiaré de opinión) y con un final que me ha puesto la piel de gallina y ha llegado a emocionarme, con esa escena que ya sabéis, nostalgia, complicidad y epicidad pura.

Me quedo huérfano de serie, pero por fortuna, tengo aún la suerte de tener por delante la colección de novelas que narran su epopeya. 

Ya os contaré.

 Y recordad: El destino lo es todo.