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Desesperación, de Daniel Aragonés (Novela mínima)

«Vamos a meterle mano a esta cosa, a ver si me espabila ni que sea a bofetadas, que me han dicho que esto es mierda de la buena, de la que no te deja indiferente, de la que te golpea en el hígado y te patea la entrepierna con tan solo 65 páginas de mala hostia disfrazada de ciencia ficción». Estas fueron mis plabras. No me equivocaba en absoluto.

Cuando Daniel presentó su nuevo proyecto de literatura breve, en esa curiosa alianza llamada Tres Clavos y formada junto a Francisco Santos Muñoz y Javier Cabezuelo, supe de inmediato que me iba a hacer con su pieza, ya que es un autor con el que me encuentro en sintonía y reflejado con su estilo directo, transgresor, tan cuidado y bello como crudo y sin tapujos.

Una distopía aterradora en su aséptica, calculada y enloquecedora perfección. Una máquina de producción en cadena y sistema de castas, donde todas y cada una de sus piezas y engranajes deben estar en su sitio, cumpliendo su función, sin lugar a la duda, la vacilación, emociones o sentir. Y Dani, el elemento divergente, el disrruptor, no por sentido del deber, no por heroicidad, no por valores ni por la libertad. Solo la rabia, el asco, el hastío, el querer ver el mundo arder para sentirse de ese modo humano de nuevo, pues esa es la verdadera naturaleza del hombre, y el arte y la creatividad sus armas más poderosas y destructivas. El odío como fuerza motriz, como generadora del cambio, como escape a la locura o como una muestra de ella.

Psicología, mitología y metafísica se dan la mano en este nuevo renacer tras el apocalipsis, en una suerte de falso maniqueismo inevitable. No hay bien ni mal, son constructos. Lo que vemos es al Logos frente al Pathos. Cerebro y corazón. Impulso y razón.

Una jodida delicia, breve, dura, intensa y sangrienta. La necesitáis, creedme. Estáis vivos, demostradlo y vivid.

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Desde casa, de Raúl Ansola

Por Soraya Murillo.

Siempre es una alegría leer al autor Raúl Ansola. En esta ocasión nos trae una novela  titulada «Desde casa«, de ciento ochenta páginas que yo aconsejo leer con calma, pues sus palabras siempre esconden momentos que lo cambian todo.

Nuestro narrador después de una ruptura sentimental decide encerrarse en su casa un tiempo. Hace la compra a domicilio, pide en su empresa el teletrabajo mientras cuida de sus bonsáis e incluso siente lástima por un joven pandillero. Esta preocupación por algo vivo lo sigue manteniendo dentro de lo humano y pisando el suelo. La irrealidad entrará en su vida cuando queriendo llenar las horas, empieza a escuchar un programa de misterio, emitido hace años. Aquí nuestro autor saca de la baraja la carta que mejor sabe mover, la línea del otro lado. Porque esa emisora llevada por tres locutores con voces inquietantes relata historias que no se escuchan en ningún otro sitio…

Historias que se suponen reales de ovnis, viajeros en el tiempo que podrían ser los criminales perfectos o un especial de Jack el Destripador, rituales satánicos, la historia del prisionero torturado… Raúl logra, con la destreza de sus palabras, introducirnos en esa habitación como si fuéramos espectadores en la sombra. Poco a poco, junto al protagonista nos percatamos que la temática del programa se va volviendo más inquietante y lúgubre.

Él (no sabremos su nombre) simplemente disfrutaba escuchando podcast y, ahí es donde radica la genialidad de la obra, en qué algo tan normal se transforma en una tragedia. Un audio de una chica asesinada, una película enigmática que nadie fue a verla… ¿cómo matar la bestia que vive dentro de la cabeza?

Fue un acierto de parte del autor utilizar esa primera persona en una narración sin diálogos, acercando al lector a los pensamientos y acciones de nuestro protagonista. Entenderemos que las escuchas desencadenaron un auténtico terror al mundo exterior. Experimenta sensaciones sin un peligro aparente pero muy reales para él, que le va llevando a perder el control distorsionando los hechos.

No es sencillo crear pánico usando una vivienda con un solo habitante. Hay que tener un dominio de la tensión haciéndote entender que hay motivos para estremecerse, usando ideas, descripciones, sugestionando al lector sin mostrar ningún monstruo. “Desde casa” logra transformar la vida de un hombre normal en una auténtica pesadilla psicótica, a vivir en una ansiedad constante sin que le haya ocurrido nada, sin la presencia del mal, simplemente utilizando la herramienta más poderosa que existe: el miedo.

Una novela sobre el confinamiento, sirviéndose de las fobias que no podemos controlar, de los temores que nos acechan, sean o no reales. Un protagonista despersonalizado pudiendo ser cualquiera, incluso tú…

Bien escrita, usando capítulos cortos y manteniendo una atmósfera inquietante junto a la duda de sí todo lo que cuenta es real o no. Me maravillan esos instantes de incertidumbre, de querer saber cómo lectora en qué minuto dejé de estar en el mundo que conozco, de la mano de este gran autor.

Un final que dejará temblando vuestra alma.

Grande, Raúl Ansola, muy grande.

Autobombo: HAMISTAGAN

Pues ya teneís acceso de manera totalmente GRATUITA a nuestro último proyecto literario: Hamistagan, una antología de relatos donde os invitamos a descubrir que secretos aguardan en este enigmatico lugar. Una idea original de un servidor, coordinada por Toluuuu y yo mismo, publicada de la mano de James Crawford Publishing y ya disponible en Lektu.

Incluye relatos de José Antonio Campos, José Luis Carbón Tirado, David Quesada, Juan Antonio Oliva Ostos, Antonio Matiola, Esteban Dilo, Cristina Bejar (Mitsuko), Úna Fingal, J. Javier Arnau, Oscar de Marcos Escriña, Julieta P. Carrizo, Joan Álvarez Durán, Carlos Plaza Calzada, A.L.O. , Maria M. Cirujano, Mar Goizueta, Santiago Sánchez (Korvec), Beatriz T. Sánchez, Elvira Torres, Alex Puerta y un servidor, Athman M. Charles. La ilustración de cubierta, es obra de Alberto Góngora, un viejo y querido conocido de esta casa.

«…Es un viejo parque infantil, comido por el óxido y las malas hierbas. El arenal, donde deberían erguirse castillos y puentes, es más bien una fosa común, en la que fueron sepultados ilusiones y sueños, cubiertos con zarzas. Más allá, unos columpios desvencijados. De nuevo el tiempo, cruel y despiadado, ha dado cuenta de ellos. Ha confiscado sus colores y su razón de ser, transformándolos en algo inútil, sin un sentido, salvo convertirse en una suerte de túmulo funerario donde nadie depositará flores ni se arrodillará jamás…»

PODÉIS DESCARGÁRLA DE FORMA GRATUITA EN LEKTU, MEDIANTE PAGO SOCIAL (compartiendo enlace desde la plataforma)

https://lektu.com/l/james-crawford-publishing/hamistagan/19312

La cabaña del fin del mundo, de Paul Tremblay

Pese a que fueron varios quienes me la recomendaron, me ha costado mucho ponerme con ella y creí incluso que se quedaría aparcada indefinidamente, pero al final encontré las ganas y el momento adecuado y reconozco que ha valido la pena.

Con un estilo narrativo con un toque muy teatral, la novela juega todas sus cartas apostando por la ambiguedad, sembrando dudas, tanto por parte del lector como de los propios protagonistas, haciéndole partícipe de esa encrucijada: la de creer lo que parece imposible o negarse a aceptar una realidad que nos aterra. Suele ser arriegado dejar una historia abierta a la libre interpretación de los lectores, pero aquí Tremblay sale victorioso en ese aspecto.

Buena lectura, aunque se vea lastrada por su excesiva extensión. Y es que sin ser realmente larga, se hace a veces un tanto pesada y repetitiva en algunos tramos. La historia yerra en formato, pues como relato largo hubiera resultado mucho más redonda y efectiva.

No es una obra maestra ni mucho menos, pero ni maldita falta que le hace y con todo, resulta una lectura de lo más disfrutable.

Mención a la, como siempre, excelente labor de traducción de Manuel de los Reyes.

La cabaña del fin del mundo

Paul Tremblay

ISBN: 978-84-17834-89-0

Fecha de publicación: Enero 2021

Páginas:328

Precio: 16,50 €

Nocturna Ediciones

Zombi, de Joyce Carol Oates. (Premio Bram Stoker en 1995)

Por Soraya Murillo.

Este libro es uno de los más siniestros y macabros que haya tenido en mis manos. Si tuviera que definirlo de alguna forma, supera con creces lo que podamos entender como terror, tendríamos que buscarle otro calificativo más allá de esa palabra.

Esta historia nos lleva al interior de la mente de Quentin, un asesino calculador de treinta y un años, que se entrega a nosotros en primera persona con su diario. Un diario acompañado por pequeños y simples dibujos, pero que junto a lo narrado, deja un poso siniestro que no lograremos quitarnos en toda la lectura. Llegamos a conocerlo íntimamente a través del uso del lenguaje donde pronto descubriremos, entre gestos escritos y rarezas, un trastorno mental que le afecta tanto en las relaciones con su familia como con la sociedad. En su intento por crear un muerto viviente, un zombi, seguiremos horrorizados los procesos quirúrgicos y de tortura con unos métodos y herramientas que nos llevan a querer aparatar la vista de la lectura. Terror psicológico, necrofilia, terror real, secuestro, mutilaciones, gritos… Hay escenas que no tuve valor para leerlas. Deciros que algo así sólo me había ocurrido en una ocasión, con las torturas del libro del maestro Jack Ketchum, La chica de al lado”.

Sin embargo, seguimos leyendo, queremos saber más acerca de sus creaciones monstruosas. Estamos atrapados en sus pensamientos más íntimos. Nos hace sentir privilegiados, lectores de su confianza, narrándonos tales secretos, pero nos condena a estar en primera línea de su locura. Admiramos la inteligencia de Quentin mientras nos horrorizamos por la forma en que utiliza a las víctimas. Somos meros espectadores, viendo una historia horrible, pero impotentes para impedir que continúe. Sus anotaciones en el diario son espeluznantes, con esa pérdida de compasión y de humanidad cuando sus experimentos no salen como él espera.

Joyce Carol Oates realiza la tarea casi imposible de crear una realidad de miedo palpable a través de la historia, validada por las palabras de su protagonista. Dejó un libro soberbio, con lobotomías y crueldad extrema, sobre todo en esas escenas cuando busca con el picahielos el punto exacto del cerebro. Excelentemente bien escrito y donde nuestra autora nos recuerda que la maldad humana no tiene límite y para eso se introducirá en la mente de un criminal.

La historia se basa en la vida de Jeff Dahner (que sentía placer matando), pero una cosa debéis tener clara: el psicópata creado por la autora es de lo más abominable que he leído nunca. En verdad debéis leer esta joya literaria que nos trajo una vez más La biblioteca de Carfax.

Decir que esta historia es aterradora es como intentar explicar que el universo es simplemente grande.  Sólo puedo animaros a que leíais este libro y lo experimentéis por vosotros mismos.

Sí, sí, sí, y sí lo recomiendo.

https://labibliotecadecarfax.com/tienda/es/joyce-carol-oates/14-zombi.html