Buenos días, mis queridos Lectores Ausentes.
Hoy venimos con Sangre Fría, de Claudio Cerdán, autor por el que como ya sabéis, siento gran devoción y al que considero como uno de los máximos exponentes del género negro en nuestro país. Es por ese motivo por el que me sorprendió muchísimo enterarme de que su último trabajo iba a ser publicado en la Línea Z de Dolmen. ¿Un autor de hard-boiled hispano escribiendo sobre zombis? Pues sí, pero no.
Tras salir de la cárcel después de un golpe fallido y ser atrapado con varios kilos de droga, sin delatar a tu antiguo jefe, no es plato de buen gusto descubrir que lejos de agradecértelo te exige una compensación por la droga perdida más los intereses de demora de cuatro años. Y menos aún tener que volver a reunir a tu banda para volver a trabajar para el capo, y que se desate un apocalipsis zombi al mismo tiempo. Claro que si eres un buen profesional, ni todos los muertos vivientes del mundo impedirán que continúes con tu actividad. Género policiaco, zombis y mucho humor negro. Si Terry Pratchett y Chuck Palahniuk hubiesen escrito una novela Z se parecería mucho a esta.
Y es que Sangre Fría es una novela que esconde mucho más de lo que aparenta y en la que Claudio no deja de hacer aquello que tan bien se le da: El retratar a su manera las miserias y el día a día de esa parte de la sociedad que preferimos obviar, con esos ambientes que evitamos conocer de primera mano. Escenarios y personajes dignos de aparecer en Callejeros, habitantes del extrarradio y carne de presidio. Gitanos, quinquis, canis y poligoneros. Yonquis, matones, polis corruptos, asesinos, gogós y traficantes. Los bajos fondos, el submundo que vive aquí al lado y que es tan real como el nuestro propio. Tratado con ese particular estilo del autor, que en esta ocasión nos presenta una obra gamberra, cafre y muy pasada de vueltas, con grandes dosis de humor negro y mala baba, en la que mezcla el género negro con el más puro western crepuscular y todo ello en medio de un escenario repleto de podridos.
La historia sorprende y no se parece a nada visto con anterioridad. Si bien uno puede encontrar ciertas similitudes con la trama de esa peli tan cojonuda que es La Horde, en la que un grupo de policías corruptos y otro de delincuentes ajustan cuentas a base de plomo en un edificio en ruinas justo cuando se inicia el apocalipsis zombi de turno, estas se limitan al hecho de utilizar como personajes a esta clase de sujetos de mal vivir y el que se sorprende al espectador al pasar de una historia de venganza y tiros a un survival horror con todas las letras. A partir de ahí, terminan los parecidos. La razón es simple: Claudio, pese a ese tono cáustico y pasado de rosca, pese a ese humor negro, a las exageraciones y lo gore, le da profundidad a sus personajes. Les da un motivo, una causa, una razón para hacer lo que hacen y nos permite descubrir quien se esconde bajo las apariencias. Aquí no hay buenos ni malos. Todos son unos cabronazos de cuidado. Pero cuando hay un motivo, que no una justificación, nos resulta imposible evitar elegir bando y que Perrolobo y su patética cuadrilla lleguen a caernos bien y crucemos los dedos para que sobrevivan, o por lo menos, logren darse el gusto antes de palmarla.
Un detalle curioso y que pone una sonrisa cómplice en labios del lector es la gran cantidad de guiños, homenajes y menciones a otras tantas obras y autores de este subgénero NoMuerto que encontramos en sus páginas. Todas ellas tratadas con mucha coña, pero con gracia, sin caer en lo obvio ni en el chiste fácil. Odio cuando el humor es usado de forma zafia y chabacana. Aquí se hace de forma sutil o en su defecto, cargado de ironía, de crítica. De sátira mordaz y mala hostia a raudales, pero siempre manteniendo el equilibrio y evitando eclipsar la trama.
Claudio no es que le dé una vuelta de tuerca al género Z. Es que lo patea sin miramientos, lo desguaza pieza a pieza, recoge todos los tópicos y clichés como el que recoge escombros con una pala y vuelve a montarlos según le sale del escroto, para deleite absoluto de este que suscribe. Todo ello sin que ni por un momento se le vaya de las manos y que ello suponga restarle ni un ápice de credibilidad a la historia y a sus protagonistas.
En la contraportada se dice que si Terry Pratchett y Chuck Palahniuk hubiesen escrito juntos una novela Z, se parecería mucho a esta. Yo discrepo y mucho, pues en mi opinión, nada más lejos de la realidad. Pero si la comparación fuese con el Tarantino de los buenos tiempos, aquel que se sacó de la manga esa jodida obra maestra que fue Pulp Fiction, no podría estar más de acuerdo, porque es algo innegable y son muchos, pero muchos, los aspectos en los que ambos coinciden , tanto en forma como en fondo.
En definitiva, estamos ante una historia que es puro entretenimiento, con un trasfondo social y una crítica salvaje, con mucho humor negro como la tiña y mala folla a capazos, donde un grupo de antihéroes inadaptados se batirán el cobre por escapar de las garras de los zombis y poder saldar cuentas con los villanos de turno, sea cual sea el precio a pagar con tal de lograrlo.
Muy, muy, muy recomendable.
Sangre Fría
Claudio Cerdán
Editorial: Dolmen. Línea Z
ISBN: 978-84-16436-14-9
Páginas: 352 pág.
PVP: 17,95€
http://claudiocerdan.com/sangre-fria