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En silencio, de Marin Ledun (Off Versátil)

Buenos días, mis queridos Lectores Ausentes.

Hoy venimos con un thriller que me ha dejado muy buen sabor de boca por su particular forma de tocar el género. Personal, en ocasiones tan intimista, que la historia que nos cuenta queda relegada a un segundo plano y lo que de verdad destaca es el tratamiento de la naturaleza humana y de la psicología de los personajes, de lo que sienten, de aquello que les empuja a actuar y comportarse como lo hacen, hasta el punto de que pese a mantener todos los elementos de una novela que encaja en lo de negra y criminal, yo la definiría, según las impresiones que me ha ido dejando durante su lectura, como un drama. Si, tal cuál. La fatalidad es una hija de perra que se cruza en nuestro camino de la forma más absurda y cuando eso sucede, sus consecuencias son imprevisibles. Cuando tu vida se derrumba, cuando has tocado fondo y no queda rastro de quien un día fuiste, cuando ya no tienes nada que perder, resulta imposible saber a donde te llevarán tus actos y cuáles serán sus consecuencias.

Admito que no había leído nada de Marin Ledun, y que fue esa sugerente y fantástica portada la que, junto a la breve sinopsis del libro, lo que me llamó la atención y ganas de hacerme con él. Una vez terminada su lectura, solo puedo decir que, pese a un apunte que mencionaré más tarde, me alegro de haberlo hecho, pues ha sido todo un descubrimiento. En él, se manifiesta de pleno La Gran Triada: Culpa, Castigo y Redención, algo que ya sabéis que me fascina, pues es uno de mis temas favoritos.

En Silencio, curioso título para una novela en la que el autor nos habla de un tema tan viejo como el mundo. La Venganza. En este caso, esta se manifiesta de forma violenta, no tanto a nivel físico como una vulgar vendetta a sangre y fuego (que también), sino de una forma retorcida, haciendo hincapié en el trauma psicológico de la estrella de esta función, Émilie, en su estado mental y en ese juego macabro y a ratos, absurdo, que se convierte en un vis a vis entre los protagonistas, un careo existencial a puerta cerrada en un escenario acorde para la ocasión, tan deprimente y desastrado que representa a la perfección su propia existencia. Una perrera, donde los animales gimen, ladran, muerden y se pelean, abandonados a su suerte. Un ambiente sórdido y decadente que refleja la propia condición humana de los personajes, enjaulados, cada uno a su manera, y enseñando los dientes, asustados y lanzando dentelladas como única defensa ante el miedo, confinados en una jaula que ellos mismos se han creado a medida.

Somos muchos los que pensamos que en ocasiones, cuando ocurren ciertas cosas, solo nos queda saldar cuentas, puro Talión. Ojo por ojo, diente por diente, que al resarcirnos encontraremos la paz. Para otros es todo lo contrario: la venganza no solo no cambiará nada, sino que nos cargará con una losa que arrastraremos para siempre, creando un vacío en nuestro interior que jamás seremos capaces de volver a llenar. Y es que la cuestión que se nos plantea la novela es trascendental: ¿Existe siempre un culpable o somos nosotros quienes decidimos que así sea?

Émilie es una joven que lo tenía todo. Vivía su vida como siempre había querido. Un presente maravilloso y un futuro todavía más prometedor. Ahora, es una discapacitada, alguien que depende de una prótesis para poder caminar, como resultado de un accidente de tráfico. Rota, hundida, ve como todo su mundo se desmorona. Su caída al infierno es absoluta. Se ahoga en un pozo de mierda existencial y cuando toca fondo, solo queda algo que la empuje a seguir viviendo: Ver arder el mundo.

Cegada por la amargura, Émilie necesita encontrar un culpable. En realidad, no es más que la búsqueda desesperada de hallar un motivo, de una explicación que responda a la gran pregunta:¿Por qué a mí? Una justificación, una razón. Algo a lo que poder exigir cuentas.
Ledun se vale de esta premisa para interrogar al lector: ¿hasta dónde seríamos capaces de llegar en un caso así, cuando nuestra vida cambia de una forma tan terrible e irreparable?
El autor, sin apenas esfuerzo, va tensando la cuerda, dándonos información sin prisas, generando de forma en apariencia sencilla, una sensación de asfixia, a medida que vamos conociendo a Émilie, quien se va descubriendo como alguien muy distinta a la idea preconcebida que teníamos de ella al principio. Una víctima, si. Pero no del modo que pensamos. Alguien ofuscado, incapaz de razonar, con tendencias autodestructivas, obsesionada por saldar deudas y terminar con todo de una vez, sea cual sea el precio a pagar.
Utilizando con gran acierto sus herramientas, el autor nos habla sobre la soledad, la derrota, la angustia, el miedo y la ira… La depresión, la autocompasión, la incapacidad de aceptar los hechos, ni la culpa. Una culpa que nos corroe por dentro, pero que necesitamos exorcizar, sacar fuera, ponerle un rostro. Encontrar contra quien dirigir nuestra rabia, nuestro odio, nuestra impotencia. Cuando nos golpea la tragedia, necesitamos un culpable sobre quien descargar todo el dolor y frustración que se aloja en nuestros corazones. No podemos señalar a Dios ni al Destino como los causantes de nuestra desgracia, ya que ellos hacen oídos sordos a nuestros gritos y lágrimas. Libre albedrío, ser consecuentes con nuestros actos: Una putada, vamos.

Ese dolor se convierte en furia y esta, en obsesión. Rabia contra todo y contra todos, incluso contra nosotros mismos. Debe haber un responsable, alguien a quien acusar, a quien hacerle pagar. Contra quien clamar venganza y ver derrotado, purgando sus pecados y pidiendo clemencia. El castigo que queremos infligir, vomitar sobre él lo que llevamos dentro, ese fuego que nos enloquece y con el que quisiéramos arrasar con todo, incluido el propio mundo. No sabemos si será suficiente, si servirá de algo, pero es lo único que nos queda. Lo mismo sucede con el perdón, una palabra que nos viene grande, que no somos capaces de contemplar, que no tiene cabida porque nos deja desarmados, sin argumentos, echando abajo todos nuestros planteamientos y a la que tememos, porque es sinónimo de nuestros propios errores, de nuestra debilidad, de la derrota que supone comprender que hagamos lo que hagamos, nada cambiará nuestra situación, ni nos devolverá nuestras vidas, ni nuestro pasado. Y por último, la redención, una quimera que no queremos alimentar por que nos parece imposible, fuera de lugar, pero que en secreto ansiamos sobre todas las cosas. Negamos con lágrimas en los ojos, confusos, perdidos y desorientados, pero esa necesidad palpita en nuestro interior, un deseo inconfesable de aferrarnos a algo que nos salve de nuestra propia destrucción, ser capaces de sobreponernos, de aceptar lo ocurrido, de ser honestos con nosotros mismos y de abrir un resquicio de luz que nos permita seguir adelante con nuestra vida, por dura que nos resulte y por mucho temor que sintamos ante lo que nos depare el futuro. De vivir con ello.

Una pequeña joyita, más que recomendable, aún con sus defectos. Brillante, hermosa, aunque imperfecta, al menos en su desenlace. El cierre , aunque correcto y comprensible (y no digo que no sea acertado), me ha parecido flojo. Se queda en tierra de nadie, no se decanta ni se atreve, ni para bien ni para mal. Y a mi entender, lo que necesitaba la obra al finalizar era justo eso, uno de los dos extremos, sin medias tintas.
Salvo ese detalle, que como siempre digo es una simple observación personal según mi propio criterio y gustos, considero que es una novela muy, muy interesante y que deberíais tener en cuenta. Si queréis algo más que un simple thriller o una historia de venganza al uso, con esto disfrutaréis, os lo aseguro.

Echadle un tiento y ya me contaréis.

En silencio

Marin Ledun

Off Versatil

https://www.casadellibro.com/libro-en-silencio/9788494819155/6445798

 

 

 

 

Tan tuyo como tu muerte, de Emili Bayo

Buenos días, mis queridos Lectores Ausentes.

Hoy quiero hablaros de Tan tuyo como tu muerte, el último trabajo de Emili Bayo,  autor leridano y paisano mío, quien después de varias publicaciones en catalán se ha lanzado con su primera novela en lengua castellana y que ha sido publicada por Off Versátil hace apenas unas semanas.

Bajo ese peculiar título, el autor nos ofrece un thriller intenso, oscuro y fatalista, que funciona como una suerte de matrioska, al encontrarse el lector con tres historias distintas, una dentro de otra, que confluyen formando un elaborado rompecabezas en el que cada elemento está colocado al milímetro, con un dominio envidiable del arte de crear incertidumbre, jugando con los cliffhanger y logrando que el lector se mantenga interesado en todo momento, pendiente y ansioso de saber más.

TTCTM1“Una asesina convertida en víctima, un moribundo dispuesto a salvar una vida, el odio de la mano del amor…

El sargento Abel Claramunt aspira a acabar sus días como policía en un retiro tranquilo, pero el pasado familiar y la pasión de una joven compañera le complican la existencia. Deberán esforzarse por salvar una vida, atrapar a una asesina e investigar un secuestro. Mucho para alguien a quien solo le quedan unos meses de vida.”

Ambientada en Lérida y en los pueblos aledaños, en lugares que he frecuentado centenares de veces, la novela convierte los escenarios en elementos clave  para el desarrollo de la trama. La propia ciudad es un reflejo del estado de ánimo del protagonista y los bosques donde se suceden los hechos, dotan a la obra de una atmósfera oscura y salvaje, donde el abandono y la naturaleza en estado puro  nos muestran la antítesis de aquello que consideramos habitual y cotidiano, de lo normal y civilizado. No es casualidad que esos mismos bosques oculten secretos inconfesables, deseos ocultos y malas intenciones.

Abel, el personaje principal, es un hombre abatido, hastiado de todo y condenado. Sabe que va a morir, no tiene motivos para pelear y su primer impulso es simplemente dejarse llevar. Pero  resulta curioso comprobar como aun cuando sabes que cualquier intento de lucha es inútil, cuando da igual lo que hagas, uno se aferre a hacer algo de provecho con el tiempo que le queda, aunque sea de mala gana y a regañadientes. Es esa misma certeza, la de saber que sea como sea, nuestro personaje no va a salir de esta, la que le confiere ese toque tan especial, esa característica que lo hace brillar con luz propia ante nuestros ojos, a su pesar.

Azucena, su compañera a la fuerza,  es su contrapunto. Joven, vital, motivada y optimista. Libre aun de desengaños, creyendo todavía en el sistema y en que se puede cambiar el mundo. Ese contraste generacional y de perspectiva funciona a la perfección. Aparte de compañera y confidente, es la pieza clave que da pie a tratar otro tema de gran peso en la novela como lo es la familia, como concepto. De la importancia de saber quién eres, de dónde vienes. De echar la vista atrás a ese pasado que todos tenemos y que creíamos conocer. De buscar la verdad, de destapar secretos. De los pecados de nuestros padres y de los nuestros propios, de las cuentas pendientes, de hacer justicia.

ttctm2Dos líneas narrativas distintas que se alternan entre lo que ya sucedió y lo que está ocurriendo ahora mismo, lo que nos permite anticipar ciertos  acontecimientos o al menos, eso es lo que el autor quiere hacernos creer. Nada está claro, tenemos cierta idea de lo que está pasando, pero nuevas revelaciones no dejan de sorprendernos y todas nuestras cábalas quedan en nada, obligándonos a seguir indagando y haciendo conjeturas a medida que vamos leyendo. He de insistir en que Emili Bayo domina a la perfección este juego y lo hace parecer sencillo, llevándonos de la manita por donde quiere.

En definitiva, un thriller de calidad, donde hay más sombras que luces y en el que la fatalidad es la nota dominante. Con un tono agridulce, donde las únicas sonrisas son por cinismo o ironía frente a lo inevitable.  Los personajes hacen aquello que creen que deben hacer, pese a la certeza de que la muerte se mueve a sus anchas, sabiéndose vencedora pase lo que pase.

Muy, muy recomendable.

 

Tan tuyo como tu muerte

Emili Bayo

Editorial: Off Versátil

ISBN: 9788416580637

Páginas: 356 págs.

PVP: 17,50€

http://www.ed-versatil.com/fondo/tan-tuyo-como-tu-muerte/

 

 

El suicida impertinente, de Juan Luis Marín

Hoy quiero hablaros de El Suicida Impertinente, de Juan Luis Marín, una novela publicada por Off Versátil y cuya lectura ha resultado toda una experiencia.

esi2IMAGINA QUE UN DÍA RECIBES UNA CARTA. IMAGINA QUE QUIEN ESCRIBE ESA CARTA TE CONOCE MEJOR DE LO QUE CREES. MUCHO MEJOR.Y QUE VA A CAMBIAR TU VIDA PARA SIEMPRE. SIN QUE PUEDAS HACER NADA PARA EVITARLO.ABSOLUTAMENTE NADA. Así comienza una pesadilla que llevará al protagonista de esta historia más allá de la cordura en un viaje donde pasado y presente se conjuran para crear un futuro tan negro como el secreto que ha mantenido oculto durante diecisiete años. Un secreto que comparte con alguien que, incluso después de muerto, hará todo lo posible porque salga a la luz. Sin importarle quienes mueran en el camino…

Es una obra bastante difícil de definir, ya que lo que en un primer momento es un thriller con todas las letras (solo hay ver cuál es su premisa),  se convierte en una tragicomedia donde el humor más cínico, mordaz y corrosivo, negro como el carbón, es la voz dominante. Sin dejar nunca el misterio y los tintes de novela negra (muy marcados esos personajes protagonistas), la mala baba que desgrana la novela solo es comparable a la cuestión que nos plantea, su verdadero leit motiv, con un poso tan trágico y deprimente como existencialista.

La comedia negra siempre me ha fascinado. Esa capacidad de sacarle punta y reírse de las desgracias que les suceden a otros, de  darle ese toque de humor  a situaciones que en realidad son de todo menos divertidas, que sacan al cabroncete sádico que todos llevamos dentro mientras disfrutamos de la hostia ajena, es todo un arte y más cuando el autor no se queda solo en eso, en el morbo, sino que es capaz de otorgarle un trasfondo, una profundidad que te deja poso.

La venganza puede adoptar muchas formas y poner en evidencia a aquellos a los que se la tienes jurada, sacar sus trapos sucios, descubrir sus secretos en público, es una de ellas, nada de especial. La cosa cambia si resulta que estás muerto porqué decidiste suicidarte y quien revela y pone a la vista toda esa mierda es alguien que recibe una carta que le enviaste y en la cual, le obligas a leer en tu funeral,  delante de tus amigos y familiares, todo lo que les tenías reservado, so pena de que en caso de negarte, tus propias miserias saldrán a la luz. No me digáis que no es bonito y refinado. Y os podéis imaginar las caras de los presentes en el sepelio al verse señalados y descubiertos, mientras  sus secretos más inconfesables salen a la luz frente a los del resto, delante de todo el mundo. ¡Es tan deliciosamente perverso!

A raíz de este suceso, nuestro protagonista, (obligado lector de la misiva) verá como su vida se complica hasta niveles absurdos, amenazado por parte de los ofendidos allegados del difunto. Pero aquí hay un punto muy interesante y es el comprender que su vida ya era un jodido desastre antes de ese episodio. Y es que además de compartir un secreto con el suicida, comprendemos que el protagonista, al igual que este, ha elegido ser así. Se consideran unos perdedores, no por el hecho de serlo realmente, sino porque se saben mediocres. Y eso, la MEDIOCRIDAD, es para ellos el peor de los fracasos. La generación JASP (Jóvenes Aunque Sobradamente Preparados) fue un timo. Sus expectativas eran tantas, sus metas tan altas, que se convirtieron en inalcanzables y el saber que jamás llegarán a ellas no solo es motivo de frustración, sino que les amarga la existencia. Se sienten estafados, se sienten menospreciados e infravalorados, como si el mundo que les rodea no fuera capaz de ver sus innegables méritos. Incapaces de vivir una vida vulgar, de aceptar el lugar donde les ha conducido su vida, sin destacar por encima de la media o al menos, no  dentro del margen de sus  exageradas pretensiones, les hace sentirse unos PERDEDORES a quienes ya nada les motiva y que en el caso del protagonista, le lleva por una senda de autodestrucción  disfrazada de inmovilismo, de  inercia vital. Para tipos como ellos, La mediocridad es peor que la muerte y no soportan esa imagen de sí mismos.

esi1Por muy alejados que estemos de su forma de pensar y de enfrentarse a la vida, es imposible no empatizar con los personajes, un reflejo exagerado, pero evidentemente real de ciertos aspectos de nuestra sociedad donde todos tenemos que ser los mejores, los más guapos, los más productivos, los más divertidos, los más felices. Y el rumbo que toman los acontecimientos, a medida que vamos conociéndolos, descubriendo más de ellos, de su pasado y de un secreto compartido que supuso el punto de inflexión en sus vidas, acaba por meternos en sus motivaciones y forma de actuar, que si bien no compartimos, si llegamos a comprender. El éxito no es más que vivir según tu propio criterio y disfrutar de la vida, de aquello que se te ofrece entre hostia y hostia de las que suele arrear el destino. Y eso, nuestros protagonistas, no lo comparten. A saber quién de nosotros tiene razón y quién está equivocado.

En definitiva, una novela distinta, donde el soñar con lo mejor nos hace ser de lo peor. Un buen thriller con toques de novela negra, mucha mala folla, humor cabrónido y un fondo filosófico para rematar. ¿Acaso se puede pedir más?

 

El suicida impertinente

Juan Luis Marín

Editorial. Off Versátil

ISBN: 9788416580514

Páginas: 272 pág.

PVP: 18 €

https://www.casadellibro.com/libro-el-suicida-impertinente/9788416580514/4712154

 

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Cazadores en la nieve, de José Luís Muñoz

Buenos días, mis queridos Lectores Ausentes.

Hoy venimos con Cazadores en la nieve, de José Luís Muñoz, novela ganadora del XVI Premio de Novela corta de la Diputación de Córdoba, que si en algo destaca, es lo polémico de varios de los temas a los que hace referencia y sobre los que construye la historia que nos quiere contar, la de dos hombres enfrentados a  su pasado y con un destino ineludible.

celnEth Hiru es una pequeña población del valle de Arán próxima a Francia. Marcos, un forastero, aterriza en él cuando ETA declara su alto el fuego unilateral e irreversible. Un día, en el bar del pueblo, que es su centro social, Marcos coincide con el teniente de la Guardia Civil Antonio Muñiz, jefe del puesto, y cree reconocer su voz, lo que le llevará a revivir su pasado. La estancia del recién llegado a esa pequeña localidad  rural coincide con una escalada de tensión entre sus pobladores, en la que afloran rencillas que dan paso al deseo de venganza y a la violencia. La aparente paz de ese enclave idílico se ve perturbada y todos se preguntan quién es el forastero y a qué ha venido.

Cazadores en la nieve es una novela negra telúrica que brota de las entrañas de la tierra y tiene como escenario el ámbito rural y, como trasfondo, el terrorismo, la lucha antiterrorista y sus abusos en uno de los enclaves más espectaculares y bellos de España que el autor conoce bien por vivir allí: el valle de Arán. Paisaje y trama se entrelazan en este thriller vigoroso y crudo en el que los personajes arrastran su dolor y buscan redimir su pasado

 Et Hiru, en el Valle Arán,  es un paraje tan bello como inhóspito, tan idílico como duro para vivir en él,  a menos que seas de una pasta especial. Gente dura, ruda, acostumbrada a cuidar de sí mismos. Una pequeña comunidad en la que todo el mundo se conoce, en donde no hay lugar para los secretos y las miserias de cada casa andan de boca en boca en forma de susurros y rumores, pero en las que nadie se mete por el simple hecho de que no le atañen. Hacer la vista gorda, mirar hacia otro lado y que cada cual se apañe como pueda, sin dejar de guardar las formas y mantener las apariencias. Buenas vallas hacen buenos vecinos y permite la convivencia, aunque sepas que el vecino de enfrente es un borracho o que el de dos calles más abajo pega a su mujer…

Un paraje como este, perdido en la montaña, es el lugar idóneo para desaparecer, para intentar huir de tu pasado y empezar una nueva vida. Eso es lo que piensa Marcos, que ha dejado atrás su lucha y quiere borrar la sangre que mancha sus manos y ahogar los malos recuerdos en la nieve. Pero el ayer insiste en regresar de la forma más inesperada y las consecuencias de nuestros actos serán inevitables. Las viejas deudas siempre quieren ser saldadas.

Resulta sorprendente todo lo que el autor consigue en apenas poco más de doscientas páginas.  A través de una suerte de western moderno,  Muñoz nos ofrece una historia en la que cinco elementos clave definen su naturaleza. El pecado, la culpa, el odio,  el castigo y la redención.

Personajes intensos, con un enorme trasfondo y  ricos en matices. La escala de grises es vasta y compleja. En la vida real no hay héroes ni villanos, no hay buenos ni malos. Seres humanos incapaces de reprimir aquello que sienten, que se dejan llevar. Individuos que cometen errores, que han vivido condicionados por aquello en lo que han creído y cuyos ideales, si alguna vez existieron, han ido desmoronándose por el camino, transformándose , deformándose, hasta convertirse en poco más que una excusa con la que intentan convencerse a sí mismos.  Esa excusa es la que guía sus pasos, la que los mantiene en pie un día más y con la que intentan convencerse de que lo que hacen es lo que deben hacer, que todo el camino recorrido, aunque errado, tiene una razón de ser. De una forma u otra, siempre huyendo hacia delante, sin poder evitar mirar hacia atrás.

El odio y la venganza nublan la mente, ciegan los ojos inyectados en sangre. No se valora lo que se tiene, no se admiten razones y justifican cualquier cosa, lo que sea, incluso el habernos convertido en algo despreciable, ruin y mezquino.

Personas que se perdieron y se echaron a perder, con una gran carga en las espaldas e incapaces de ver más allá, de olvidar lo que una vez fueron y  soltar lastre. Convertidas en algo que en el fondo odian, pero imposibilitados de cambiar quienes son, pese a lo repugnantes que se saben.

Rememorar a través de una novela como esta lo que fue una de las caras más oscuras de nuestra historia, ETA y sus acciones, es una apuesta muy arriesgada por las susceptibilidades que se pueden generar. Tratar los abusos, el maltrato y la violencia de género tampoco es un tema sencillo. Y dejar patente la indolencia de la gente frente a ello, escudándose en que no es asunto suyo y que no son quien para meterse en casa ajena (algo que es plato de cada día a nuestro alrededor), tampoco, ya que no nos deja en buen lugar a ninguno, siendo esa pequeña comunidad un reflejo de la sociedad en general y una forma de pensamiento muy arraigado.

celn1Con una prosa templada, segura de sí misma y que brilla por sus descripciones, Muñoz crea un paralelismo entre la crudeza del lugar y sus protagonistas, ahonda en la psique de sus personajes, profundiza en aquello que los mueve, aquello que temen, les duele y arrastran consigo. Sus decisiones y sus actos  son fruto de quienes son, manteniendo el autor esa postura imparcial en todo momento, sin caer en el error de decantarse a favor de uno u otro y sencillamente mostrarnos quienes son y porque hacen lo que hacen, sin posicionarse. Algo que sería absurdo y que echaría a perder  toda la novela. Se agradece esa honestidad, el dejar que sean ellos quienes hablen por sí mismos y evidenciando lo que decía antes: No hay buenos ni malos. Todos tienen deudas que saldar. Todos arrastran consigo sus propios monstruos  y deben convivir con ellos.

Bien escrita, con un estilo perfecto para lo que nos quiere contar y demostrando conocer muy bien el escenario donde se desarrollan los hechos, es una novela que se lee del tirón, que nos deja un buen sabor de boca y que cierra todos los frentes abiertos sin dejar nada en el aire, después de darnos una bofetada de realidad, que falta nos hace.

Una obra casi perfecta que, pese a no ser redonda (el desenlace tiene toda su razón de ser, pero después de todo lo leído, esperaba algo más contundente y explícito, quizá por el tono de toda la novela, y me ha faltado no sé exactamente el qué, pero ahí me ha quedado algo pendiente), es una lectura que vale muchísimo la pena y que os recomiendo sin dudar.

Si tenéis ocasión, echadle un ojo, porque no os dejará indiferentes y la disfrutaréis.

 

Cazadores en la nieve

José Luís Muñoz

Editorial: Versátil

ISBN: 9788416580439

Páginas: 208 pág.

PVP: 16€

http://www.ed-versatil.com/web/tienda/cazadores-en-la-nieve/

 

 

La memoria de la lluvia, de Pedro Feijoo

Buenas noches, mis queridos Lectores Ausentes.

En esta ocasión, quería hablaros de La memoria de la lluvia, la última novela del gallego Pedro Feijoo,  ganadora del Premio Arzobispo Juan de San Clemente.  La novela, publicada inicialmente en gallego, ha sido una de las propuestas más interesantes que ha sacado Off Versatil  en lo que llevamos de año y es que reúne todos los requisitos para enamorar al lector.

lmdllCuando Xosé Carneiro, conocido psicoanalista y polémico colaborador televisivo, aparece asesinado en su piso de la calle República de El Salvador, dos son las cosas que llaman la atención del periodista Aquiles Vega. La primera es la brutalidad, la violencia extrema con la que el crimen ha sido llevado a cabo. La segunda, ese detalle que no encaja en la escena: una extraña pieza de hierro clavada en el corazón.

Pero la de Carneiro no es más que la primera de una serie de muertes, que dará comienzo a una carrera contrarreloj en la que, ayudado por la profesora Sofía Deneb, Aquiles tendrá que dar respuesta a muchas cuestiones:

¿Cuáles son los verdaderos motivos ocultos tras cada crimen? ¿Qué relación guarda cada una de las piezas que componen este peligroso rompecabezas con la enigmática figura de  Rosalía de Castro? Y, sobre todo, ¿quién es Adriano?

A medio camino entre la novela negra y el thriller más retorcido, cuenta con un elemento clave para hacerla destacar: su fidelidad y el respeto por una figura tan emblemática como es Rosalía de Castro.  La poetisa  recibe aquí un homenaje inusual  que,  pese al contexto en el que se manifiesta, evidencia un cariño y admiración absolutos por su obra y su persona por parte del autor, que se  demuestra con una magnífica ambientación y un trabajo de documentación exhaustivo.

Feijoo utiliza con enorme acierto todo el peso y el simbolismo que rodea la figura de la autora para entremezclar realidad y ficción, tejiendo una tela de araña a su alrededor  en la que el lector será incapaz de escapar. La madeja se desenreda lentamente, recorriendo oscuros rincones y siempre con una coherencia interna que nos gana por completo. Sin prisas, dejándonos arrastrar primero por el horror y después por la sorpresa.

Una prosa ágil, directa al grano, pero siempre manteniendo el pulso necesario, sin caer en el error de anticiparse o descubrir sus cartas demasiado pronto. Curiosa resulta esa cualidad de crear una atmósfera tan lograda, donde la nostalgia cobra cuerpo con esa lluvia mencionada en el título, con esas calles pavimentadas y grises y su belleza sosegada, para alterarla de forma salvaje a través de la brutalidad de los crímenes que se suceden y la perversa genialidad del asesino, que se ciñe de un modo obsesivo a esa estética macabra, fiel de una forma descarnada al imaginario de Rosalía y su representación escénica, convirtiendo el lugar del crimen en un decorado a medida, reproduciendo con total exactitud la escena perfecta.

En cuanto a los personajes, contamos con un perdedor nato, Aquiles Vega, que no deja en ningún momento  el rol asignado. Cínico, poco escrupuloso, autodestructivo por naturaleza. La horma de su zapato será la profesora Sofía Deneb, inteligente, refinada, un tanto altiva y que no conoce la crudeza del mundo real.  El contraste entre ambos es tan radical, que se hace difícil verlos como un solo frente, como un equipo.  Quizás aquí se encuentre la única cosa que me ha chirriado un poquito, el hacerlos encajar en mi cabeza como pareja,  al menos de entrada. Ambos pasan de personajes a narradores según el momento y eso permite al lector comprender mucho mejor los motivos de cada uno de ellos. Es en los pequeños detalles, en los apuntes personales, donde toman riqueza y cuerpo.

En cuanto a Adriano,  todo es un misterio hasta el último momento, pese a que en alguna ocasión sea él mismo quien se convierta en el narrador. Admirable su sentido de la estética y su brillante forma de actuar. Un villano sin rostro aparente, que deja que sus acciones hablen por sí mismas, en una muestra de innegable talento y genialidad, tan poética como atroz.

lmdll2Y Rosalía de Castro, la estrella de la función. Causa y efecto absolutos. A través de la investigación y las revelaciones, se nos descubre su verdadera historia, una historia trágica e intensa, cargada de secretos e interrogantes, con lugares oscuros y tristes que nos recuerdan que tras su obra y su figura, olvidamos al ser humano, con sus alegrías y tristeza, que por desgracia queda eclipsado por su propia grandeza.

He de reconocer que no solo he disfrutado de esta lectura, sino que en mi opinión, estamos ante uno de los mejores finales que he leído en mucho tiempo. La crudeza que destila la obra en algunos momentos, la forma en que el horror se manifiesta de forma abrupta, sin concesiones,  mientras recorremos callejones sin salida, con nuestros pasos resonando en el empedrado y la lluvia cala nuestros huesos,  es una delicia.

Si tenéis oportunidad de haceros con ella, aprovechad. No os defraudará.

 

La memoria de la lluvia

Pedro Feijoo

Editorial: Off Versátil

ISBN: 9788416580248

Páginas: 528 pág.

PVP: 22€

http://www.ed-versatil.com/web/tienda/la-memoria-de-la-lluvia/

 

 

 

 

La caricia de Tánatos (La Trilogía del Mal I), de María José Moreno

Buenas tardes, mis queridos Lectores Ausentes.

Hoy venimos con La Caricia de Tánatos, primer volumen de la Trilogía del Mal,  de María José Moreno.  Avalada por el éxito de ventas en Amazon, estamos ante una de esas obras afortunadas que llamaron la atención de una editorial con renombre hasta el punto de hacerse con los derechos y publicarla en papel bajo su sello. Off Versátil ha decidido apostar no solo por ella, sino también por El Poder en la Sombra y La Fuerza de Eros, los dos siguientes volúmenes, toda la trilogía al completo.

lcdtUna coincidente cadena de sucesos viene a enturbiar la rutinaria y tranquila existencia de la psicoterapeuta Mercedes Lozano.

Inquietantes llamadas telefónicas anónimas y cartas; el inicio de una relación afectiva con Miguel Vergara, un psiquiatra que ejerce de médico forense, con una traumática infancia de la que no termina de desprenderse; un complicado tratamiento psicoterápico de una paciente, Marina Daroca, y la aparición en escena de un hombre que solicita su ayuda profesional y cuya mirada «hiela la sangre», ponen su vida boca abajo y la sitúan al borde del precipicio emocional.

Siendo uno de los más acérrimos seguidores de la editorial, constatando la acertada selección de títulos que ha publicado hasta la fecha y viendo las referencias de la propia novela,  le tenía muchísimas ganas a este libro y mis expectativas eran muy altas ante lo que  prometía ser todo un pelotazo. Y ahí es donde quizá, se encuentre  el motivo de mi decepción tras su lectura.

La caricia de Tánatos es una historia interesante y bien escrita que profundiza sobre un tema  que resulta aterrador por su naturaleza real, cotidiana y en gran parte, desconocida. Por desgracia, estos argumentos, al menos en mi caso, no son suficientes para  compensar los problemas que arrastra y que me han impedido disfrutar de ella tanto como esperaba.

La novela adolece de dos grandes hándicaps: El primero, y el más evidente, sus personajes.

Cuando conocemos al villano y a medida que avanzamos con la lectura, nos da la impresión de que la autora ha querido enfatizar tanto en su maldad, ha insistido tanto en  ello, que sus rasgos se han desdibujado hasta convertirse casi en una grotesca caricatura. No dudo de que haya individuos así, tan malvados y tocados, pero esa insistencia en describirlo y la forma en que lo hace, me han sacado de la historia.  Es un cabrón redomado, un manipulador, un perfecto embustero y un perturbado  violento en esencia. Hasta ahí, correcto. No hace falta entrar en bucle, en reincidir, en  caer en la monótona repetición ni llevarlo hasta un extremo cansino que lo único que consigue es restarle credibilidad.

Algo parecido sucede con el resto de personajes, pero de otra forma. En mi opinión, TODOS ellos sufren una bipolaridad absurda que roza lo hilarante. Sus diálogos, sus formas, su modo de tomarse las cosas y actuar en consecuencia, me ha resultado absurdo e inexplicable en la mayoría de casos. Casi hasta el punto de llegar a creer que quienes necesitan ayuda profesional son ellos y no los pacientes de la terapeuta. Ególatras, habitando un mundo hecho  medida y que nada tiene que ver con el del resto de los simples mortales que vivimos en este paneta, tienen nula capacidad de asumir la frustración, convirtiendo hasta el hecho más mundano en algo trascendental y digno de análisis y estudio.  Cualquier vivencia que les saque de su rutina se convierte por defecto en un trauma.  Incapaces de simplemente vivir, de sentir y de seguir con lo suyo, como cualquier hijo de vecina, no hay hecho en su vida, por nimio e insignificante que parezca, al que no le den mil vueltas buscado «cómos´´ y «porqués´´… Esta gente no es real, no vive ni experimenta de forma natural,  ni son ellos mismos, sino aquello que les dicta una especie de manual de uso, condicionados por el hecho de darle a las cosas más relevancia que la que en la mayoría de ocasiones tienen.  Eso lleva a que en todo momento, uno tenga la impresión de que en última instancia, deberían salir de su nube, de esa burbuja en la que están viviendo y que de una puñetera vez bajasen a la tierra, al mundo real, con sus penurias, dramas y miserias cotidianas y mundanales, asumiéndolas como algo natural en cualquier experiencia vital y afrontarlas como cualquier adulto.  Seres egocéntricos y ridículos que no entienden lo que significa vivir y que no se han llevado un palo real en su vida.  La sensación de artificialidad, de dramatización, de incapacidad de llamar a las cosas por su nombre y sentirlas como tales, hace que resulte imposible creérselos ni mucho menos, llegar a empatizar con ellos. Reacciones desmesuradas ante lo que no dejan de ser decepciones y pequeñas derrotas cotidianas, tratándolas del mismo modo que a los verdaderos problemas. Drama Queen 100%…

lcdt2La segunda pega, y en este caso quizás recaiga más en el tipo de lector que en la propia obra, es  que me ha resultado difícil de calificarla como un thriller. Tiene las formas y la intención, pero se pierde en el camino y le falta algo para poder considerarlo como tal. Puede que la causa sea tan simple como que para los lectores más avezados en el género, nos falte sustancia para lo que solemos estar acostumbrados. De hecho, estoy seguro que entre un público más generalista y no tan especializado, la novela va a calar hondo y va a resultar una lectura satisfactoria, que quedará encantado con ella, salvo por los detalles que comentaba en el punto anterior o incluso con ellos.

En definitiva, estamos ante una novela cuyo argumento y trama  prometen mucho, pero no aprovecha todo lo que podría haber dado de sí. Que se esfuerza tanto en  describir y clasificar a sus personajes que peca de exceso, convirtiéndolos en caricaturas de si mimos.  De todos modos,  considero que al margen de ello, la autora nos muestra esa realidad terrible que existe en nuestra sociedad, de forma que hace visible un problema para muchos quizás desapercibido y eclipsado por los casos de abuso y maltrato físico (mucho más tangibles y evidentes) y  que puede de ser de gran ayuda para concienciarnos de su existencia. Convertir una novela en algo más que una simple lectura, hacer con ella una herramienta de denuncia y divulgación, me parece espléndido y  más cuando todo el tema profesional, adentrándose en la psicología y en los vericuetos de la mente humana, viene de manos de una profesional en esas lides, que conoce de primera mano cual es esa realidad. Creo que en ese aspecto, la obra si es muy recomendable.

 

La caricia de Tánatos (La Trilogía del Mal I)

María José Moreno

Editorial: Off Versátil

ISBN: 978-84-943582-6-5

Páginas: 512 pág.

PVP: 19,50€

http://www.ed-versatil.com/web/tienda/la-caricia-de-tanatos/