Buenas tardes, mis queridos Lectores Ausentes.
Hoy venimos con La Noche de Los Judíos Vivientes, de Igor Ostachowicz, una novela que me ha dejado con el culo torcido y cuya reseña va a suponer todo un reto, de los de verdad.
Si somos honestos, debemos admitir que de entrada, el título da miedito y no precisamente por los No Muertos. La mezcla no puede ser más rara y esperpéntica: ¡judíos y zombies!
Pero a veces, las apariencias engañan y descubrimos que no es bueno dar las cosas por sentadas. Porque la verdad es que tras esta aparente astracanada, bajo esa ridícula fachada, nos topamos con una novela original y divertida, muy pasada de rosca y difícil de clasificar.
Gamberra. Irreverente. Descarada. Son solo algunos de los adjetivos que se me ocurren a vuela pluma… Haciendo gala de una desfachatez impresionante, de un sentido del humor ácido y corrosivo que no respeta ni a Dios ni a su padre, el autor se lo pasa pipa montando un follón que pilla al lector completamente desprevenido, con el culo al aire y sin saber cómo reaccionar ante lo que tiene delante.
El amigo Ostachowicz tiene que ser un cachondo de la leche y no resulta difícil imaginártelo sentado frente a su ordenador, con una sonrisa cabrona en los labios mientras escribía esta novela. Y es que hacer que los judíos asesinados en el guettho de Varsovia se levanten de sus tumbas a causa del robo de una antigua reliquia mágica que le concede a su portador ciertos poderes, pues no es gran cosa por sí sola. Pero si le añades a un tipo malo que se convierte en demonio; a un Hitler mierdecilla que da asco/pena, paseándose por la ciudad en compañía de neonazis con intención de montar el IV Reich; a un abuelete cabrón, resentido, aprovechado y porculero; a una moza jachonda que se quiere tirar al prota; a la novia rara de este; a unos zombies que lejos de querer comer cerebros, lo que hacen es flipar con el mundo moderno y se convierten en víctimas de la moda y del consumismo exacerbado, y a un segurata del centro comercial que además de cobarde es imbécil, pues ya la tienes liada.
Los personajes son uno de los puntos más destacables de la novela. Esperpénticos, bizarros, pero muy bien construidos, con unas características muy definidas y bien dibujadas, que a pesar de lo desmesurado y excesivo de algunos de sus rasgos y reacciones, uno entiende que están hechos a conciencia y con toda la intención para que la novela funcione. La parodia, la exageración y el absurdo son un recurso, las herramientas que utiliza Ostachowicz para narrarnos la historia. De hecho, todo va de eso, de ponerse el mundo por montera y entre burrada y burrada, soltarte una coz. Porque no nos engañemos: Esto es pura crítica social. Es señalar con el dedo y mostrarnos la clase de personas somos, que clase de sociedad hemos creado y cuáles son los valores y prejuicios en los que se sustenta.
El ejemplo más obvio lo tenemos con nuestro protagonista, el más antiheróico de todos los antihéroes. Un fontanero que solo piensa en la pasta, un tipo egoísta, cobarde, misántropo, aprovechado y que solo mira por él, que se ve metido en un fregado que le viene grande y que le obliga a actuar, aun de mala gana y poniendo siempre reparos y excusas.
El estilo del autor me ha fascinado. A pesar de lo caótico de la narración, de lo absurdo e hilarante de la historia, hay un pulso firme, directo y contundente, que no se anda con tonterías y que entre tanto disparate y juerga padre, dispara con bala. Te hace sentir un placer culpable por pasártelo bien ante algo tan grotesco y sin sentido, algo que a primera vista resulta hasta ridículo, pero que en realidad te parece cojonudo por lo disparatado que es y la mala baba que se gasta.
El punto negativo llega al final, al llegar al desenlace. Me ha molestado, aunque después de lo leído, me pregunto si no será la última gamberrada que el autor incluye en el libro a posta, de forma consciente, riéndose de nosotros, los lectores, en nuestra propia cara… Sea como fuere, no me ha gustado. Me he sentido decepcionado, con la sensación de que no le hace justicia a todo lo anterior, como si hubiese elegido una salida fácil a algo que se le ha escapado de las manos y que no sabe cómo terminar.
Por lo demás, como ya he dicho, es un libro raro e inclasificable. Y como tal, no sé si me atrevería a recomendarlo, porque advierto que no será del agrado de todo el mundo. Requiere que el lector entre en esa ida de olla, la asuma como tal y se deje llevar. Habrá quien disfrute del viaje y habrá quien piense que el libro es una mierda y que yo soy gilipollas.
En todo caso, solo puedo decir una cosa: Yo me lo he pasado teta con él.
La Noche de los Judíos Vivientes
Igor Ostachowicz
Editorial: Nube de Tinta
ISBN: 9788415594116
Páginas: 288 pág.
PVP: 17,95€
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