Diseña un sitio como este con WordPress.com
Comenzar

Cuentos entre el sueño y la vigila, de Mar Goizueta

Por Soraya Murillo.

Son dos cuentos muy cortos del universo «Reina en el mundo de las pesadillas” escritos por la misma autora y premiado por Amaltea. Fue reseñado por mí en este MISMO blog.

En ambos relatos aparecen protagonistas del anterior libro, sin que por ello se desvele nada de la trama, ya que son de lectura independiente. Contiene unas hermosas ilustraciones en blanco y negro de AnHer.

La autora nos dice que esta clase de historias parecen seres vivos que van desarrollándose, haciendo su camino. Las de este libro son un ejemplo, sus ramas rebasan sus cubiertas y entran en nuestra propia vida. A medida que los personajes se desarrollan, sus deseos o decisiones dan alas para que otras historias puedan tomar el vuelo. Mar, con su bella prosa, crea un efecto mariposa, donde un pensamiento dará lugar a toda una trama. Es una maravillosa forma de introducir mundos dentro de mundos.

Estoy convencida de que sus cuentos son hermosos porque ella cree en ellos. Los narra con un lenguaje de ensueño, dando la sensación de que ella misma está en ese lugar, dejándonos la esencia y el temor del otro lado. En verdad, cuando veo una imagen suya por las redes creo ver a una mujer que se niega a abandonar ese otro mundo que, como diría el escritor Lord Dunsay, “se encuentra más allá de los campos que conocemos”. Lleva la sabiduría, la tranquilidad y la paz de esos lugares que nosotros sólo conocemos por los libros, por eso estoy segura que pocas escritoras pueden narrar como lo hace ella.

El primer cuento se titula “El nacimiento de un hombre en el mar”. Nos habla de ese mar que a su manera, rinde un homenaje a un recién nacido. Pues desde siempre es sabido que el mar reconoce a los suyos.

Su segundo cuento se titula “ El último viaje”. La nieve y el miedo en un lugar invisible para los ojos humanos, donde viven unos personajes que nos enseñan el mayor sacrificio que puede hacerse por amor.

Os animo a leer la novela y estos cuentos porque ambos son sencillamente hermosos y necesitamos de la fantasía de esta escritora, su imaginación, sus bellas palabras, para evitar que sucumbamos ante tanta realidad.

Doble sesión, de David G. Panadero

Por Soraya Murillo.

Antes que nada, mencionaré el trabajo de edición de la editorial Vernacci. Lo que recibieron en un primer momento fue Sin contraseñas. La editorial entendió que se podía sacar algo más y ahí es donde entra El último vagón. Esa unión de relatos criminales terminó siendo Doble sesión, tras darle algunas vueltas.

Nuestro autor es un gran enamorado de la novela negra. Aunque él sigue viviendo la vida con todo lo que esta le ofrece, son sus recuerdos los que le empujan a escribir. Aquí podemos contar las veces en que aparece el barrio de Vallekas junto a calles que tantas veces lo vieron caminar con o sin rumbo fijo. Música, libros, películas… Incluirá un poco de todo en su obra, porque, aunque mueva a sus personajes, en el fondo también nos deja parte de su persona.

Empezaremos con Sin contraseñas y continuaremos con El último vagón. Leyéndolos tenemos la extraña sensación de que no estamos en un libro de dos historias, sino ante una enorme pantalla de cine viendo una suerte de grindhouse nacional y género negro, con dos películas cortas donde el autor se sienta a nuestro lado y nos las va contando…

Ahí tenemos a José Tascón (bueno, uno de sus tantos nombres), un confidente de la policía que se infiltró en un centro social con los supervivientes que quedan de aquel 15-M. Allí conocerá a Gloria. Aunque todo empezó mucho más atrás, allá por los primeros años de la transición, la estrenada democracia. Los años en que la droga mataba sin compasión. Esa juventud que no terminaba de encontrar su camino, buscando sus sueños con una jeringuilla colgada del brazo. Por entonces nuestro protagonista era joven, tenía otro nombre y, desde luego, no soñaba con ser un confidente policial. La vida es así de cabrona; te da lo que ella quiere, no lo que tú le pides. 

Entre letras de Obus, canciones tristes de Triana, canutos y botellines de Mahou, nos irá relatando cómo terminó en ese nuevo mundo de las sombras, viviendo en el límite de esa frontera de la legalidad. Nombres, disfraces, haciéndose pasar por docenas de personas que, poco a poco, se comen su propia identidad. El saber infiltrarse bien, adoptar otra personalidad, mimetizarse para que no huelan el miedo. David G. Panadero, sabe cómo manejar a su personaje emocionalmente, olvidando quién fue, adaptándolo a su nuevo papel. Sí, hizo un buen trabajo, muy creíble. Una historia, un viaje, en el cual encontré mucho, incluido lo que no pensé encontrar.

En el segundo relato, El último vagón, conoceremos de la mano de su protagonista Antón, lo que es el mundo del graffiti y las pintadas en las calles. Regresaremos a los barrios de Madrid, de nuevo entraremos en Vallekas. Canciones en cintas, Metálica, Barricada, Bloque…

De pequeño se sentía intrigado por esas firmas que dejaban en las paredes. Cada vez que dejaba su firma nos da la sensación de que ya no es solo por divertirse, si no también una forma de sentirse vivo. Eso lo iremos entendiendo cuando sepamos que, en realidad, nunca ha dejado de perseguir un fantasma. Ya se sabe: nadie muere del todo si otro lo recuerda.

Los primeros cigarrillos liados, los amigos, los amores de verano. La vida sigue, aunque una película le marcará para siempre: La ley de la calle.

Siempre he dicho que me encanta cuando un libro me lleva a otro libro, pero algo en mí se paraliza cuando nombran esa película que pensaba que solo yo adoraba. 

La historia de Antón es una vida de recuerdos y sueños, que un buen día sin más, se encontrará de cara y se cuestionará, acariciará esa pared preguntándose quién es en realidad.

He disfrutado leyendo estos dos relatos, creo que me han gustado por su sencillez. Bien podrían ser dos historias de la calle, de esas que se viven sin llegar a molestar a nadie, como si no existieran. Barricada dijo una vez en una de sus canciones «Estás asustado, tu vida va en ello, pero alguien debe tirar de gatillo«. David G. Panadero lo entendió, dejándolo escrito de forma maravillosa. Entrad con él a esta Doble sesión. Permitid que se siente a vuestro lado en este cine improvisado. Tiene mucho que contaros…

https://www.edicionesvernacci.com/producto/doble-sesion/

 

 

Reina en el mundo de las pesadillas, de Mar Goizueta.

Por Soraya Murillo.

«Creed que Pasífae se unió al toro de Creta:

Lo hemos visto, se confirmó la leyenda.

No se extrañe, César, la secular antigüedad:

Lo que proclama la fama, te lo muestra la arena»

Marcial. Libro de los espectáculos, epigrama 6

Cada cultura puede tener ideas distintas sobre los sueños. Por ejemplo, en un poblado de la India está prohibido pintarle la cara a una persona mientras duerme, porque piensan que cuando su alma regrese del lugar a donde viajó, no reconocerá el cuerpo y permanecerá perdida en el mundo de los sueños para siempre. Los romanos y griegos, en cambio, que son la base de nuestra cultura, así como de la percepción intelectual que tenemos del espectro onírico, no creían en desunión de alma y cuerpo durante el sueño. Vemos, por lo tanto, que el fenómeno del sueño ha dado pie a innumerables creencias y corrientes filosóficas. Actualmente, sabemos que son producto de nuestra corteza cerebral, de nuestra mente, del quién y el qué.

Nuestra historia comienza con una niña capaz de viajar ese lugar “interior” donde toman forma las pesadillas; el hogar de los monstruos que llevamos dentro. Cuando una de estas creaciones la siguió en su viaje de regreso, aprendió a entrar en nuestra realidad y dejó el umbral abierto. Toda una horda de estas criaturas aprovechó la brecha entre ambos mundos, criaturas capaces de hacernos caer en la locura con su aspecto.

Os preguntaréis si esto es todo. No, jamás comentaría un libro si fuese así de simple. Ahora es cuando empiezo. La autora nos ofrece un mundo real y onírico a la vez, rozando estados febriles. Nos adentra capítulo a capítulo en tiempos en que los hombres adoraban a sus dioses. Cuando las sacerdotisas se entregaban a antiguas celebraciones en las que el Rey Toro lamía con una lengua áspera los jugos que drenaban sus cuerpos llenos de placer, dando pie a la orgía de los presentes. Regresaremos a la isla de Santorín en sus últimos momentos, poco antes de que el estallido de un volcán la hiciese desaparecer del mapa y dejase una enorme caldera (algunos sitúan ahí la famosa Atlántida). Con un lenguaje suave y tranquilo, que te permite deleitarte con cada palabra y elemento de la obra, llegaremos a saber que la niña del principio del relato creció y ahora es una mujer; es una durmiente que viaja al «mundo delirante», al igual que un hombre llamado Dolor. Mientras tanto, en un hotel ha sido encontrada una pareja en estado comatoso. Ángel cuidará de ellos en la planta especial de un hospital al que han sido trasladados. También, conoceremos a una cantante con el poder de tejer destinos con sus canciones. Todas las almas están destinadas a encontrarse. Y esto es sólo el principio: bares llenos de espíritus, diosas que olvidaron lo que una vez fueron, una estirpe de brujas con el deseo de recomponer el equilibrio roto entre los mundos de la realidad y los sueños; monstruos nacidos de la tristeza del durmiente, sueños dentro de sueños, donde la Muerte hace sonar sus huesos mientras Vida, su hermana, patea la tierra y hace crecer hermosas flores.

Leyendas ya olvidadas por la memoria humana; personajes entrelazados, importantes para la resolución de la historia. Niñas valientes, mujeres valientes, hombres tristes, hombres buscando un amor perdido… Leer algo como esto, tan bellamente escrito además, es una oportunidad que pocas veces llega a nuestras manos, un raro placer. El prólogo del libro tenía razón, la originalidad está sobrevalorada…

Como dijo una vez otro monstruo: «He cruzado océanos de tiempo para encontrarte».

Ahora os tocará a vosotros cruzar ese océano y adentraros en una novela que sólo puedo aplaudir.

https://www.edicionesvernacci.com/producto/reina-en-el-mundo-de-las-pesadillas/