Buenas tardes, mis queridos Lectores Ausentes.
Hoy venimos con Las Puertas de Anubis, de mi idolatrado Tim Powers, uno de esos títulos imprescindibles que cualquier aficionado al género debería tener en su biblioteca y que ha sido reeditada por Gigamesh en su colección Omnium.
Brendan Doyle, un profesor de literatura especializado en el romanticismo inglés, es invitado a dar una conferencia sobre Coleridge y a viajar al Londres de 1810 para encontrarse con él. Pero su viaje se complica de forma inesperada y acaba varado en el pasado, prisionero de una compleja red de intrigas que transforman su vida en una pesadilla. Las puertas de Anubis, verdadera obra de culto de la fantasía, es una de las historias de viajes en el tiempo más elegantes jamás contadas, así como una prodigiosa novela de aventuras repleta de acción, imágenes inolvidables y continuos destellos de un finísimo sentido del humor.
Los viajes en el tiempo han sido siempre uno de esos temas que fascinan a los amantes del fantástico y buena muestra de ello es el innegable éxito que ha tenido esa pequeña joyita que es El Ministerio del Tiempo, serie española que ha creado un fenómeno fan sin precedentes y que le debe muchísimo a la obra que tenemos entre manos.
En Las Puertas de Anubis, Tim Powers nos propone un viaje al pasado en el que nada sale como se esperaba, con esa fórmula que tan bien le funciona como es mezclar rigor histórico, escenarios reales y personajes reconocidos de la época con la magia más oscura y ancestral. Y siempre esa suerte de ejercicio metaliterario que es ya inherente en sus historias, en esta ocasión de un modo más evidente todavía.
Brendan Doyle, nuestro protagonista, es un profesor de literatura inglesa que se embarcará en una inesperada aventura en la que se suponía iba a conocer a uno de sus autores románticos más admirados, Samuel Taylor Coleridge . Lo que desconoce es que en realidad, va a ser víctima de un complot por parte de alguien que quiere cambiar el curso de la historia y que para ello, se valdrá de antiguos y oscuros poderes para traer de vuelta a los viejos dioses. Doyle se verá atrapado en una época que no le corresponde y va a conocer de primera mano ese Londres victoriano del que hablaba en sus clases, con sus maravillas y sus miserias.
Y es ahí, en la elaboración de ese Londres decimonónico donde Powers lo borda, aunque eso es algo que ya sabíamos. La descripción de la ciudad, de sus gentes, de sus callejones y tugurios, de sus claroscuros, de su faceta más deprimente y miserable, donde solo los oportunistas y los pillos logran sobrevivir.
Como en Gangs of New York, salvando las distancias, veremos como esos pequeños grupos de rateros, pordioseros y criminales se unen en bandas, casi hermandades, tomando el control de las distintas zonas de la ciudad, rapiñando y creciendo mientras mantienen las distancias con la competencia, en una guerra encubierta. Esas bandas, son aquí retratadas con acierto y se convierten en un elemento fundamental para conocer la realidad de una metrópolis demasiadas veces idealizada. Con innegables reminiscencias a Dickens cuando se trata de conocer los laberínticos empedrados de la ciudad, de sus callejuelas más estrechas, sus alcantarillas, tejados, muelles y cementerios,los abusos de la ley y el ingenio de los mendigos y delincuentes, así como sus peculiares reglas y sentido del honor, resulta una verdadera delicia sentirse transportado a ese lugar, en ese momento. Personajes bien construidos y con carisma, que he de decir que en algún momento me han parecido mucho más interesantes que el propio héroe y que merecían tomar más protagonismo o incluso ser aprovechados para nuevas historias. Me ha fascinado como el autor se vale de ellos para tejer ambos aspectos: La realidad más cotidiana y el elemento terrorífico, a través de algunos de sus miembros. Criaturas con rasgos humanos, pero que son verdaderos monstruos, seres aterradores, figurados o reales. Lo que en principio podría parecer casi una caricatura (el ejemplo más evidente es el de cierto payaso titiritero que después se muestra como un autentico monstruo o esas pálidas y deformes criaturas, espectros femeninos habitantes del submundo, bajo los cimientos de la ciudad), dota a la lectura del mejor horror gótico, aunque a la vez también de una pátina de sutil e inteligente sentido del humor, que casa a la perfección con el tono de la novela. Es difícil conjugar esos distintos aspectos (el costumbrismo de la época, el terror y el humor), pero Powers lo logra sin aparente esfuerzo. Y la magia, el elemento paranormal, como excusa, como causa y como herramienta para contarnos las andanzas de un pobre diablo que al final, irónicamente si cumplirá su sueño, aunque no del modo que creía.
Desde el misticismo del Antiguo Egipto a nuestros tiempos, pasando por magos, doppelgängers y maquiavélicas confabulaciones e intrigas, acecha la eterna pregunta sobre si el destino está ya escrito o podemos cambiar las cosas, si acaso somos nosotros quienes lo escribimos con nuestros actos y decisiones.Esos son los ingredientes de una maravillosa aventura que solo puedo recomendar a todo el que me pregunte. La considero una obra imprescindible.
Por cierto: Los Beatles molan. Y la pedazo ilustración de cubierta del maestro Corominas, todavía más…
Las puertas de Anubis
Tim Powers
Editorial: Gigamesh
Páginas: 439 pág.
PVP: 8 euros (Ómnium)
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