Buenos días, amigos.
Hoy vengo con una recomendación que creo que os puede interesar: Caminarán sobre la Tierra, de Miguel Aguerralde.
«En 1655 unas controvertidas reliquias fueron robadas de la Catedral Primada de Santo Domingo y llevadas a un lugar oculto en la selva haitiana para realizar con ellas un rito vudú. El ritual no salió como se esperaba.
350 años después, un buscador de tesoros ha encontrado un pecio hundido frente a las costas de Gran Canaria con un misterioso cofre abandonado en su bodega. Un avaricioso francés, un profesor de Historia y una joven sin pasado comienzan la búsqueda de una explicación a un enigma oculto durante siglos, una maldición que ha viajado por los mares del tiempo para despertar a los muertos y desatar un infierno en la tierra.
Ahora es tarde para volver atrás, las tumbas acaban de abrirse.´´
Es de sobra conocido por los seguidores de la web, que Miguel Aguerralde es un autor de referencia para mí. Le sigo desde hace mucho tiempo, prácticamente desde sus inicios en el mundillo y ya con sus primeros trabajos nos demostraba que era alguien que tenía muchas y muy buenas historias por contar.
Su estilo es inconfundible, con unos rasgos tan característicos que ya se han convertido en su sello personal. Amante de la novela negra y del género policiaco, su forma de narrar, de construir sus historias, sigue el modelo clásico de una investigación al uso, en la que los personajes van descubriendo nuevas pistas al mismo tiempo que el lector.
Una prosa directa, sin aspavientos ni adornos innecesarios, pero cuidada, precisa y acorde con lo que nos quiere contar. Un estilo ágil y fluido, que invita a seguir avanzando en la lectura. Y lo más destacable. Su total falta de consideración respecto a sus personajes, a los que parece que disfruta haciéndoselas pasar canutas.
Siguiendo fiel a esas características que le definen como escritor, Aguerralde nos presenta una novela de zombies muy peculiar, en la que nos ofrece una versión bastante alejada de lo que estamos acostumbrados a día de hoy cuando pensamos en estas criaturas y que, de algún modo, los devuelve a sus orígenes, a sus raíces haitianas y a ese Muerto Viviente creado a través de la magia y el vudú. Para ello, Miguel no duda en arremangarse la camisa y construir una trama que me ha sorprendido por la mezcla de géneros, muy lograda y que convierten a esta novela en una excelente elección.
Lo que comienza como una novela de aventuras en toda regla, en una línea muy similar a las aventuras de Dirk Pitt o incluso del inefable Robert Langdon, con buscadores de tesoros, enigmas históricos, barcos hundidos, empresarios sin escrúpulos, leyendas de piratas y secretos de la Iglesia – en este caso por parte de los Jesuitas-, se trasforma página a página en una novela de terror apocalíptica, donde los muertos se levantarán de sus tumbas para devorar la carne de los vivos. Zombies de verdad. No infectados. Aquí son cadáveres, algunos tras varios siglos enterrados. Cuerpos putrefactos, agusanados, en ocasiones poco más que piel y huesos, que salen de sus sepulcros, levantados por un ritual que nunca debió llevarse a cabo.
Conociendo a Miguel, me esperaba que su debut en el género iba a ser algo más que un simple survival horror y no me equivoqué. Los Zetas invadirán las calles de las islas, por supuesto, y el elenco de personajes sufrirá lo suyo en su intento por escapar de la masacre y lograr sobrevivir. Pero hay mucho más que eso. La historia que nos cuenta, el cómo se originó todo, las causas que llevarán a la humanidad a su extinción, es tan elaborada, tan bien narrada, que suponen todo un acierto y la hacen una lectura que se disfruta desde la primera página.
Me ha encantado el tratamiento que les da a los personajes. Son humanos, por lo que tienen sueños, secretos, virtudes y defectos. Sangran, ríen, sufren y lloran como cualquier hijo de vecina. Y sus motivaciones personales, lo que les hace actuar como lo hacen en cada ocasión, tienen una razón de ser. Son como son, para bien o para mal y sus decisiones y sus actos dentro del grupo de supervivientes supondrá la diferencia entre vivir o morir. Personajes que en ocasiones, uno llega a odiar a muerte, otros que simplemente se dejan llevar y unos pocos que hacen lo que pueden para seguir adelante. Como la vida misma. Nadie está a salvo de caer. Nunca sabes quién será el siguiente. Miguel no tiene reparos en hacer que uno de ellos nos interese por algo y darle matarile dos páginas después. Uno se queda un tanto perplejo, impactado, pues no ha terminado de saciar su curiosidad sobre él. Pero la muerte es así, no avisa. Esperanzas truncadas y sueños rotos. No hay futuro y en cualquier momento, llega la Parca y el grupo se reduce. A ella no le importa si tenías algo que hacer. Eso es algo que me gusta y que me ha recordado a Última Parada: La Casa de Muñecas, donde el autor te presentaba a los personajes que en breve se iban a convertir en las víctimas del asesino, para que conectases con ellas y entendieses el horror que supone que alguien te robe la vida, una vida llena de proyectos y cosas por hacer, sin importarle lo más mínimo.
Miguel juega con eso. La muerte de un desconocido apenas nos afecta. La muerte de alguien a quien conocemos, del que sabemos cosas, del que esperábamos saber más, nos afecta y nos deja hechos polvo. Eso es arte, señores. Y mala leche, no nos vamos a engañar.
El único punto negativo, en mi opinión, viene por parte de dos de los personajes. El brasileño y el policía, cuyo comportamiento me ha resultado bastante incomprensible y que supone un punto de inflexión dentro de la historia. No entiendo sus razones ni porque hacen lo que hacen, en medio de todo el follón.
Salvo ese detalle, que no desmerece en absoluto el resto del conjunto, por lo demás me ha parecido una muy buena novela de género. Entretenida es poco y esas pinceladas de mala leche que destila el autor son otro punto a su favor. Mucha acción, sensación de desesperanza, intriga y tensión a raudales. Y una historia elaborada, por encima de lo que suele ser habitual, con una ardua tarea de investigación y documentación por parte del autor en la parte que concierne a los detalles históricos. Aventura clásica y terror del bueno. ¿Alguien da más?
Lo mejor: La escena del mercado, por lo gore, aunque muy bien escrita y que nos permite contemplar el horror que se desata en todo su esplendor.
Caminarán sobre la Tierra
Miguel Aguerralde
Editorial: Dolmen
ISBN: 9788415932031
Páginas: 320 pág.
PVP: 17, 95€