Pues sí. Como sabéis, voy a mi propio ritmo. La gente tiene prisa y yo no. Así que ahora, cuando hace apenas un par de meses que se estrenó, aunque para el mundo haya caído ya en el olvido por la voragine absurda en la que hemos entrado, donde todo es efímero, os traigo mi opinión sobre Hulka.
Pues eso, que una vez iniquitada She Hulk debo decir que ha sido un gustazo. Muy, pero que muy fiel al espíritu y la esencia de los comics. Una serie fresca y divertida, sin pretender ser lo que no es. Simpaticota, buenrrollera, juguetona, con un sentido del humor delicioso y que se ríe de si misma y sobre todo, se anticipa a sus haters y se chotea en su cara. Lo de las bromas internas, los personajes invitados, los guiños y referencias y lo de llevar el romper la cuarta pared a otro nivel ya ni lo menciono, porque es de perogrullo: puta maravilla.
Me he sentido super a gusto viéndola y con una sonrisilla tonta permanente. No puedo pedirle más. Me tienen ganado y con ganas de una segunda temporada.
Si nos fijamos solamente en su argumento, COCO, la última película de la Pixar, presentada con el amparo de Disney, es una película de miedo. Mejor dicho, de TERROR.
El argumento no puede ser más sencillo: un niño, nacido en una familia en la que la música está prohibida, sueña con ser el Mariachi más importante de todos los tiempos. Para conseguirlo, no duda en robar una guitarra en un mausoleo, la noche previa al día de los muertos, que le permita presentarse al concurso de talentos. Pero al empuñar el instrumento, es trasladado al Mundo de los Muertos. Y tiene solamente una noche para lograr regresar al suyo, con la bendición de sus familiares difuntos, si no quiere morir y permanecer para siempre encerrado en el Más Allá. ¿A que da mucho miedo?
Para nuestro talante occidental, en una sociedad en la que la muerte ser convierte cada día más en una enemiga, en algo molesto, y que da mucho miedo, es una perspectiva aterradora. Pero es que esta película precisamente no está pensada para los WASP, es decir, los blancos protestantes angloamericanos.
No. Está pensada para otro tipo de sociedad, en la que la muerte se convierte en parte de la vida, y en donde se celebra con toda normalidad el Día de los Muertos cada primero de Noviembre. Es decir, cualquier persona latinoamericana, pero sobre todo mexicana. Una cultura en la cual se venera a los antepasados, construyéndoles incluso pequeños altares, y que acude a los cementerios para depositar ofrendas e incluso celebrar pequeñas fiestas (tradición por otra parte que también se daba entre los antiguos egipcios, pero esa sería una historia totalmente distinta).
¿Y qué es lo peor que le puede ocurrir a un difunto, por lo menos en esta película? Que nadie se acuerde de él, condenándole a la segunda muerte, la definitiva. Los olvidados se reúnen en pequeños grupos, en los márgenes de esta sociedad altamente jerarquizada, y precisamente entre ellos encuentra desde el primer momento ayuda el pequeño protagonista de la historia.
COCO es, desde otro punto de vista, la mejor manera de explicarles a los niños que la muerte no es, ni mucho menos, el final, y que tampoco hay que tenerle miedo a los fantasmas. No en vano, durante las dos terceras partes de la película, los auténticos protagonistas son los difuntos. Están representados como esqueletos de calaveras y huesos decorados, vestidos casi todos ellos con lindos ropajes, y con un tremendo amor por sus parientes vivos. Por eso van a visitarlos en la noche de ánimas (el dichoso Halloween de los yanquis), para celebrar la vida.
Y otro gran protagonista es, por supuesto, la música, en concreto la de los Mariachis. Durante casi noventa minutos de pura orgía (¿se puede hablar de orgías aquí?) visual y musical, te dejas llevar por melodías desconocidas, que hacen vibrar por igual a niños y mayores. Uno de los últimos números, con la tatarabuela del protagonista cantando a Chavela Vargas, es sencillamente espectacular, emocionante en grado sumo. Vamos, que hasta me hizo llorar al acordarme de mis fieles difuntos, mi padre y mi abuelo.
También hay personajes secundarios divertidos y entrañables, una historia de amor rota por el paso del tiempo, maldiciones imperdonables, incluso un malo malísimo asesino… En definitiva, COCO es una película para todos los públicos… que nos ayuda a perderle el miedo a la muerte…
Un artículo de Cristina Béjar aka Mitsuko Cinéfila
Muy buenas Incoherentes, feliz año y todo eso. Sí, lo sé ya hace mucho que estamos en 2016 y mucho que no me pasaba a escribir por aquí. No puedo mentir, desde el final del festival de Sitges que no he parado y es que todos somos humanos, tenemos momentos mejores y momentos peores. Pero por fin, he logrado sacar unos minutos para desconectar de todas mis tareas, preocupaciones y quehaceres y escribir un poco sobre lo que más me gusta: CINE.
Pensaréis, que como acabé un poco saturada de tanta película en Sitges, pues que no he visto nada… Pues nada más lejos de la realidad, ya que el primer fin de semana que pasé en Barcelona, me fui al cine a ver “La Cumbre Escarlata”, después “The Martian”, “Sinister 2”, “En el Corazón del Mar”, “Los Odiosos Ocho”, “Insidious 3”, “Star Wars: El Despertar de la Fuerza”, “Los Juegos del Hambre, Sinsajo 2”, “Steve Jobs” (no tiene porqué ser ese el orden :D)… y pensando mientras escribo, no recuerdo qué más he podido ver. Así que os haré un pequeño resumen-barra-opinión de las susodichas, por orden de visionado. Algo rápido ya que acaban de salir los premios de los Globos de Oro (gala que no pude ver) y ya tenemos los nominados a los Oscar.
¡Ah! Y también acudí a un preestreno: “Don’tSpeak”, un film que se ve que hay mucho esfuerzo y trabajo detrás, pero que francamente no me gustó nada. Era como si estuviera viendo una de esas pelis que salen directamente en DVD pero en una sala de cine, producto nacional rodado en inglés que se nutre del floklore japonés en ciertos momentos y de la mente de Lovecraft o al menos, así me llegó a mí, pero me acabó de cuajar.
Este director no defrauda, sabes que vas a ver un cuento, algo onírico y él cumple. Un vestuario, recreación y escenografía deliciosos para una historia de “hadas”. Es completamente visual, aunque con un ritmo algo lento y trama previsible, no deja de ser una de esas pelis que hay que ver para echar la tarde.
Después de ver esta película, dejé una opinión en la página de la Fox, comentando que me había parecido una muy buena cinta. Divertida, con una buena banda sonora, que incluso me sorprendió la investigación que llegó a realizar Scott para la recreación de ciertas escenas y que creía que incluso, Matt Damon, se llevaría alguna nominación. Bueno, como poco fui vapuleada por la crítica profesional que me mandaron a ver películas de verdad como “Metropolis” de Frtiz Lang, y que no perdiera mi tiempo ni el de ellos, diciendo que un film de tal calibre era bueno.
Vamos a ver, para mí es bueno si me entretiene y por lo pronto Matt Damon se ha llevado el Globo de Oro a mejor actor de comedia. Con esto no quiero decir que yo tuviera razón en aquel momento, sólo quiero dejar patente, que no hace falta ver expresionismo alemán para apreciar el entretenimiento del séptimo arte.
Cuando aprieta el gusanillo del cine de terror, vas a lo que puedas, así que arriesgamos con la franquicia de James Wan (que estoy muy a la espera de Expediente Warren 2). Aquí encontramos otro director, pero siguiendo la misma estética, y el mismo rollito fantasmagórico.
Quizá es que yo ya me he hecho mayor, pero para que algo me dé miedo, como que necesito algo más, pero no puedo decir que no me lo pasara bien, al contrario, siempre hay algún fotograma desagradable, o algún otro que te arranca una carcajada por lo inverosímil.
Cuando vi la primera parte, me declaré fan incondicional de Scott Derrickson y de la fantástica banda sonora que utilizó en aquella (Aghast Manor). Aquí vemos que el hilo conductor de la historia viene por uno de los personajes anteriores y que se intenta imitar el estilo, pero no me acaba de cuajar. Todo es demasiado explícito y previsible ¿terror?, más bien no. Una secuela que poco tiene que dar.
Los Juegos del Hambre, Sinsajo 2, de Francis Lawrence.
Seguidora de la saga, esta me ha parecido la peor de todas con diferencia, si la disparidad con los libros ya era notable, aquí todo es un sin sentido. Aburrida, larga y espesa con un final desolador que no gusta a los fans. No repetiría ni harta de vino.
¿Cómo no acudir a la gran sala para ver lo nuevo del director Willow? Pues fue una agradable sorpresa. En un principio, pensé que vería la adaptación de Moby Dick, pero no, la trama explica el origen de la historian en qué se basa el escritor para relatar esa alegoría.
Planos conocidos por los seguidores del director que nos guía por una epopeya mágica, valerosa y tremebunda a la vez.
Star Wars: El Despertar de la Fuerza, de J. J. Abrams.
Esta ha sido la deseada, la esperada, la ansiada, la que se compran las entradas con mes y pico de antelación, la que quedas con los amigos para cenar, hacerte unas fotos con los Stormtroopers, comprarte algo de merchandising y entrar a la sala con las palomitas menú “Star Wars” y tus ropajes frikis.
Emoción hasta que salen las letras de hace mucho tiempo en una galaxia muy, muy lejana… Y ves que Disney metió la mano “muy mucho”. Bueno, no puedo decir que esté decepcionada, creo, pero han habido cosas que no me han convencido, por ejemplo no me ha gustado que se le vea la cara a Kylo Ren o que queden tantas cosas en el aire para ver en las siguientes entregas, algunos diálogos, algunas explicaciones o falta de ellas… Me ha parecido un refrito de las tres originales. Sólo puedo decir que esperaba más, pero hasta que no se cierre la nueva historia no podré decir nada más. Eso sí, tiene 5 nominaciones para los Óscar.
Me moría por ver a Fassbender encarnando al excéntrico fundador de Apple y más siendo Boyle el director, pero entonces la vi y no pasó nada en esas dos horas y media. NADA, NADA. Se tratan de cerca tres momentos de la vida de Jobs, pero es que no nos lleva a ningún lado, me ha parecido tremendamente aburrida y muy injusto que Michael Fassbender esté nominado a mejor actor por esta película y no por “Macbeth”.
La octava película de Tarantino ¡chanchán!, fabulosa fotografía y banda sonora de la mano de Enio Morricone (premiado con el Globo de Oro), un guión tremendo por lo que llegan a hablar durante esos 168 minutazos (¿pero qué ha pasado con las películas de hora y media?), un Kurt Russell que me enamora, una duda acerca de porqué el personaje de Tim Roth parece que esté hecho a la medida de Christopher Waltz e incluso se haya puesto al mismo doblador y fan incondicional de Jennifer Jason Leigh.
“Los Odiosos Ocho” ha sido calificada como una película machista y/o misógina… A veces me pregunto si todos vemos la misma grabación o a unos nos ponen una y a otros otra. Es hiperviolenta y SÍ como siempre es algo que ya hemos visto anteriormente de mano de otros directores y en este caso, de mano del mismo Quentin. Un batiburrillo de Django – Malditos Bastardos – Pulp Fiction y Reservoir Dogs con un puntito de spaghetti western de antaño, de aquel que también ponía la música Morricone.
Y es que esto es lo que tiene Tarantino, no inventa nada, no hace nada nuevo, pero gusta, ¿porqué? Pues en mi caso porque me gana con los diálogos desenfrenados y la falta de compasión de sus personajes.
Pues hasta aquí puedo llegar por hoy, ya que han salido los nominados a los Oscar, debo darme prisa para visionar todo lo que pueda antes del 28 de Febrero, porque… DiCaprio QUIERE SU OSCAR… Dádselo a Fassbender por favor XD. Nos vemos en breve, lo prometo.