Institucion Psiquiatrica Arkham Asylum- Zaragotham.
11/06/2010 22:00h.
Paciente: David Jasso. Escritor. Unico acusado de los terribles hechos conocidos como «La Matanza del barrio de Santa Maria».
Historial: El paciente es remitido al centro a instancias del juzgado de Zaragotham para su ingreso en estas instalaciones, tras haber sido sometido a evaluacion. Segun la sentencia del Juzgado, debera quedar recluido bajo la tutela del centro hasta que la comision encargada revise el caso. Mientras tanto, la institucion se hara cargo de su reclusion y tratamiento.
El paciente ha sido instalado en la subplanta del ala norte, en la seccion de pacientes violentos y permanecera recluido en ella hasta nueva orden.
Diagnostico: El paciente presenta claros sintomas de esquizofrenia y paranoia ( alucinaciones opticas y auditivas,mania persecutoria, trastornos maniaco obsesivo-compulsivos, ataques de ira,insomnio cronico), complicada por episodios de transtorno de personalidad. Insiste en no recordar nada sobre los hechos que se le imputan, lo que nos lleva a plantearnos una supuesta amnesia parcial.
A continuacion, se ofrece un extracto de la entrevista con el interno, efectuada el pasado 3/06/2010 bajo la supervision de jefe de seguridad de su planta, tras contar con los permisos requeridos y el beneplacito de la direccion del centro:
( Sonido de la grabadora al ponerse en marcha)
1-AI -¿Quien es en realidad David Jasso?
DJ -En realidad, soy una víctima más. Tanto como esas pobres chicas a las que dice que maté. Ahora la medicación nubla mi mente y la mirada del enfermero tras el estrecho cristal blindado de mi celda acolchada me hace estremecer. Sé que aportaron las grabaciones de las cámaras de seguridad de varios cajeros del barrio de Santa María, e incluso yo mismo me reconozco en ellas andando tras algunas de las víctimas. Pero yo no las maté, de eso estoy casi seguro. No va conmigo. Creo que “El negro libro del horror”, ese antiguo manuscrito sobre el que me estaba documentando para mi nueva novela y que por fin había conseguido, puede tener algo que ver, pero nadie, nadie me cree, todos piensan que he perdido la cabeza. No se creen que los demonios fueron quienes en realidad realizaron la matanza. Pero, créeme, solo soy una víctima más.
2-AI- ¿De donde viene tu afición a la escritura?
DJ -No es una afición, es una necesidad. E incluso una terapia, el grupo de psiquiatras que me trata, me anima a plasmar en papel mis pesadillas y todas aquellas ensoñaciones que me torturan cada noche. Solo tengo miedo a que la policía pueda utilizar mis escritos como pruebas. Ya de jovencito, cuando comencé a escribir, la gente me miraba con expresión asustada, les desagradaban esas vívidas descripciones de desmembramientos y evisceraciones. Incluso aquellas que no eran auténticas.
3-AI -¿Que fue lo que te empujo a decidirte a escribir sobre estos géneros de terror y misterio en particular?
DJ -No es una elección. Cada uno escribe sobre aquello que conoce. Yo lo hago sobre mentes torturadas consumidas por la locura, así no preciso ningún tipo de documentación, me basta con cerrar los ojos y recordar. Por otra parte sé que hay otras muchas mentes enfermas que sintonizan con lo que yo escribo. Existe una especia de comunión mental entre todos los depravados, compartimos desviaciones y temores. Nos asustan las personas normales, son tan diferentes a nosotros… Por eso es reconfortante tenernos los unos a los otros.
4-AI- ¿Tienes algún autor favorito? ¿Alguien a quien tengas como referente?
DJ -Aquí en el sanatorio tengo vedadas las lecturas que me agradan, solo me permiten leer sobre vidas de santos. Me han dado varios volúmenes de la editorial “Cruz y fe”.
Lo que no imaginan es que yo sé que detrás de cada Santo hay un demonio escondido intentado pervertirle. Imagino la forma de convertir a esos santos en mártires, ¿cuánto sufrirían antes de renunciar a su dios?, ¿mantendrían su fe mientras sienten un aguja al rojo penetrar en su córnea?, ¿y si yo fuera quien se la introdujera, y la retorciera un poco?; elucubro sobre la manera de hacer enloquecer a esos santos ejemplares: ¿y si les hago ver que la voz que escuchan en su interior no procede de dios?, ¿y si escuchan varias voces diferentes que les transmiten mensajes contradictorios?, ¿y si su dios les dice “Mata”? Antes me gustaba otro tipo de literatura, desde King, hasta Barker, pasando por Robert McCammon o Curtis Garland. Pero ahora en estos libritos de “Cruz y fe” he descubierto un nuevo tipo de terror, mucho más sutil, más interior, más potente: el temor divino, el que implica sin ningún género de dudas la existencia del mal.
El que prueba que el diablo habita en el interior de los cuerpos y solo escapa por las heridas de las saetas que acribillan el torso de San Sebastián.
5-AI- ¿Qué hace David Jasso cuando no escribe?
DJ -Ahora no me dejan escribir. Me limito a mirar la pared acolchada en silencio y a imaginar que la sangre comienza a empaparla, sucios goterones se deslizan por los rombos del acolchado y resbalan hasta el suelo para encharcarse en las esquinas. Cada vez se acumula más y más sangre. Entonces me pregunto si hay algo que se esconde dentro de ese charco, si en algún momento surgirá una mano de sus profundidades. Y sonrío. Paso las horas mirando la pared acolchada y soñando. Suelo acabar empapado en sangre.
6-AI- ¿Cómo fueron tus inicios en el mundo editorial? Cuéntanos cómo fueron tus primeros pasos y cómo fue la experiencia.
DJ -Yo solo escribía mis ensoñaciones por necesidad, porque me sentaba bien exteriorizar todo ese dolor, pero un día decidí que aún sería mejor si pudiera compartirlas con otras personas con mis mismas desviaciones. Muchos editores descartaron el material tachándolo de obsceno y enfermo. “Jamás publicaremos esa asquerosidad fruto de una mente purulenta”, me contestaron los de Random house. Pero siempre hay editoriales al filo de la ley, que publican material perverso y prohibido, una panda de degenerados que solo buscan el beneficio aprovechándose de la locura de unos cuantos. Fomentan la violencia y la extinción, transmiten mensajes sobre demonios e invocaciones.
Pacté con ellos y mis delirios comenzaron a hacerse públicos. Sé que hubo lectores que se suicidaron, otros han cometido hermosos actos de violencia extrema y los más se agitan todas las noches entre sábanas revueltas, incapaces de conciliar el sueño después de avistar algunas imágenes del infierno. Los editores se lucran, venden miles de ejemplares de mis confesiones, mientras yo no percibo ni un solo céntimo, debido a que me engañaron a la hora de firmar el contrato. La experiencia es traumática y enriquecedora, he descubierto una nueve forma de perversión y un nuevo extremo al que la maldad humana puede llegar: el de los editores.
7-AI- ¿En qué andas metido ahora? ¿Nos puedes decir cuáles son tus proyectos en este momento, aparte de la reciente publicación de tu último trabajo «Feral»?
DJ -Ahora estoy metido en los juicios por la Matanza del barrio de Santa María, como llamó la prensa sensacionalista a aquellos sucesos. A veces me sacan del sanatorio porque tengo que comparecer en los tribunales. Los peritos aportan numerosas pruebas forenses y todavía no ha habido nadie que haya podido explicar el diámetro de las mordeduras o la manera de arrancar tanta piel manteniendo a las víctimas con vida.
Precisamente una editorial va a aprovechar que salgo con frecuencia en los medios de comunicación para vender una novela de Ciencia ficción y terror, supuestamente escrita por mí. Se trata de una patraña más de esas editoriales sin escrúpulos que se aprovechan de las tragedias y del dolor para enriquecerse sin límite. Yo no tengo nada que ver con “Feral” ni trabajo en ningún otro proyecto, estoy demasiado medicado, me basta con mirar la sangre descender por las paredes de mi cuarto y releer la vida de los santos. Ambos aspectos se mezclan en mi mente mientras oigo risas.
8-AI- ¿Cómo te ves… digamos… dentro de 5 años?
DJ -Mal, muy mal. Dudo mucho que me dejen salir de aquí algún día, nadie me comprende. Yo no las maté. Fue “El negro libro del horror”, esos mensajes satánicos escritos sobre sus hojas de piel de dementes sacrificados en altares de roca oscura, esas invocaciones escritas con sangre procedente de violaciones de vírgenes.
Yo solo soy una víctima más. Solo dejé escapar el horror sin saberlo. Probablemente me encierren de por vida, en este antro, rodeado de locos aullantes y mentes vacías. Me siento como en casa.
9-AI- ¿Cuál es tu opinión referente al panorama actual de la literatura de genero? ¿Crees que poco a poco vamos avanzando? ¿Piensas que tanto las editoriales como el público están dándole por fin la importancia que se merece a estos géneros nuestros (Fantasía, Terror y Ciencia Ficción), tan denostados hasta hace bien poco o por el contrario, sigue siendo catalogados como géneros minoritarios ?
DJ -El género del terror verídico solo es comparable a las películas snuff, aquellas en las que se registran asesinatos reales. Lo que yo escribo no es mainstream, no está destinado al gran público, las personas normales no resisten su lectura, les asquea. Solo las mentes que conocen el verdadero horror pueden enfrentarse a mis escritos. Saben que todo lo que narro es real, que hay mundos que la gente corriente no puede siquiera concebir, que el terror se arrastra invisible y grosero a nuestro alrededor, como una gran y obscena serpiente.
Existe un mercado muy limitado para los escritos de fantasía ciencia ficción y terror, aunque cada vez tienen más salida. Pero lo mío es diferente, tan sórdido que nadie quiere acceder a mi producción. Tan real que produce locura. El día que mis escritos lleguen al gran público será un signo innegable de la degradación de la humanidad
10-AI- Si David Jasso no fuera escritor, ¿hubiera sido…?
DJ -Cadáver. Hubiera muerto hace años. Si no hubiera podido sacar de mi interior todo el horror que me corroe hubiera explotado de pura locura. Pero yo no me considero escritor, no escribo ficción, solo narro vivencias. Son confesiones, la expresión de mis temores y anhelos, la descripción de los actos de violencia a los que aspiro y la satisfacción de compartir algunos que ya he cometido.
11-AI- A David Jasso le asusta…
DJ -El tacto de las páginas resecas de “El negro libro del horror”, porque recogen los miedos de todas las víctimas de la injusticia, pero a veces no pueden contenerlos y rebosan como el zumo dulzón de una fresa pasada.
Los fantasmas que rugen en mi interior como viento huracanado, porque apenas puedo contenerlos, vuelan cada vez más alto y con más violencia, a veces me sacuden como una sábana tendida en una tormenta. Sé que las pinzas no la sostendrán mucho más.
Los demonios que veo en los ojos del hombre del espejo, el mismo que me odia y anhela destruirme; porque sé que ese no soy yo, pero… no sé quién es. Siempre me mira con esa media sonrisa en su rostro de idiota. Pero no puede disimular lo que se asoma a sus ojos.
La sonrisa de las muchachas bellas, porque hacen que mi corazón se encoja de dolor y se despierte algo que yace aletargado en mi interior; y las miro, y veo como se alejan; y el ser aúlla. Y las veo marchar. Algún día, me digo. Pero algún día ¿qué?
El ser humano. Capaz de las mayores mezquindades, una especie ruin por naturaleza. Temo a las personas con las que me cruzo en la calle, esas miradas de desprecio y odio. Me asusta coincidir con alguien en el ascensor y que sea capaz de descubrir la máscara sonriente que cubre mi rostro descompuesto. Odio a las personas, repudio a esta sociedad enferma, injusta y cruel. No me resigno a pertenecer a una especie que consiente que haya niños que mueren de hambre. El ser humano es una lacra, una vergüenza. La mayor prueba de que Dios también está loco.
12-AI- Por último… Cuéntanos cuál el último libro que has leído, la última peli que has visto y el último cd que has escuchado.
DJ -El último libro que he leído ha sido un cuadernillo de la serie “Acta martyrum” de la editorial Cruz y fe, sobre San Justino, que fue azotado, sometido a suplicio y decapitado. Casualmente cosas muy parecidas a las que acontecieron en “La matanza del barrio de Santa María” después de que lograra descifrar los mensajes de “El negro libro del horror”, y de las que estoy acusado.
No nos dejan ver la tele, pero desde mi celda he oído los diálogos insulsos de “Shutter Island”, donde se describe un manicomio supuestamente horrible, pero mucho mejor que éste en el que me hallo recluido. Una comedia simplona, que no me hizo sonreír ni una sola vez y me dejó frío.
No necesito escuchar música, siempre resuena algo en mi interior, en muchas ocasiones es un zumbido bajo y repetido, como el motor de un gran camión al ralentí, o gritos extrañamente acompasados. La música que me llena es la disfónica, la arrítmica y amelódica; la que está producida por secuencias percutivas sin pauta, los acordes asincrónicos, los armónicos que unen notas discordantes. La música vive en el grito de horror de una bella muchacha que sonreía pocos segundos antes. Como ocurrió en “La matanza del barrio de Santa María”. Como resuena en mi mente cada noche. Pero yo no las maté, soy inocente, fueron los demonios. Los mismos que se asoman a los ojos tristes del hombre que me mira en el espejo.
(Fin de la grabacion)