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Doble sesión, de David G. Panadero

Por Soraya Murillo.

Antes que nada, mencionaré el trabajo de edición de la editorial Vernacci. Lo que recibieron en un primer momento fue Sin contraseñas. La editorial entendió que se podía sacar algo más y ahí es donde entra El último vagón. Esa unión de relatos criminales terminó siendo Doble sesión, tras darle algunas vueltas.

Nuestro autor es un gran enamorado de la novela negra. Aunque él sigue viviendo la vida con todo lo que esta le ofrece, son sus recuerdos los que le empujan a escribir. Aquí podemos contar las veces en que aparece el barrio de Vallekas junto a calles que tantas veces lo vieron caminar con o sin rumbo fijo. Música, libros, películas… Incluirá un poco de todo en su obra, porque, aunque mueva a sus personajes, en el fondo también nos deja parte de su persona.

Empezaremos con Sin contraseñas y continuaremos con El último vagón. Leyéndolos tenemos la extraña sensación de que no estamos en un libro de dos historias, sino ante una enorme pantalla de cine viendo una suerte de grindhouse nacional y género negro, con dos películas cortas donde el autor se sienta a nuestro lado y nos las va contando…

Ahí tenemos a José Tascón (bueno, uno de sus tantos nombres), un confidente de la policía que se infiltró en un centro social con los supervivientes que quedan de aquel 15-M. Allí conocerá a Gloria. Aunque todo empezó mucho más atrás, allá por los primeros años de la transición, la estrenada democracia. Los años en que la droga mataba sin compasión. Esa juventud que no terminaba de encontrar su camino, buscando sus sueños con una jeringuilla colgada del brazo. Por entonces nuestro protagonista era joven, tenía otro nombre y, desde luego, no soñaba con ser un confidente policial. La vida es así de cabrona; te da lo que ella quiere, no lo que tú le pides. 

Entre letras de Obus, canciones tristes de Triana, canutos y botellines de Mahou, nos irá relatando cómo terminó en ese nuevo mundo de las sombras, viviendo en el límite de esa frontera de la legalidad. Nombres, disfraces, haciéndose pasar por docenas de personas que, poco a poco, se comen su propia identidad. El saber infiltrarse bien, adoptar otra personalidad, mimetizarse para que no huelan el miedo. David G. Panadero, sabe cómo manejar a su personaje emocionalmente, olvidando quién fue, adaptándolo a su nuevo papel. Sí, hizo un buen trabajo, muy creíble. Una historia, un viaje, en el cual encontré mucho, incluido lo que no pensé encontrar.

En el segundo relato, El último vagón, conoceremos de la mano de su protagonista Antón, lo que es el mundo del graffiti y las pintadas en las calles. Regresaremos a los barrios de Madrid, de nuevo entraremos en Vallekas. Canciones en cintas, Metálica, Barricada, Bloque…

De pequeño se sentía intrigado por esas firmas que dejaban en las paredes. Cada vez que dejaba su firma nos da la sensación de que ya no es solo por divertirse, si no también una forma de sentirse vivo. Eso lo iremos entendiendo cuando sepamos que, en realidad, nunca ha dejado de perseguir un fantasma. Ya se sabe: nadie muere del todo si otro lo recuerda.

Los primeros cigarrillos liados, los amigos, los amores de verano. La vida sigue, aunque una película le marcará para siempre: La ley de la calle.

Siempre he dicho que me encanta cuando un libro me lleva a otro libro, pero algo en mí se paraliza cuando nombran esa película que pensaba que solo yo adoraba. 

La historia de Antón es una vida de recuerdos y sueños, que un buen día sin más, se encontrará de cara y se cuestionará, acariciará esa pared preguntándose quién es en realidad.

He disfrutado leyendo estos dos relatos, creo que me han gustado por su sencillez. Bien podrían ser dos historias de la calle, de esas que se viven sin llegar a molestar a nadie, como si no existieran. Barricada dijo una vez en una de sus canciones «Estás asustado, tu vida va en ello, pero alguien debe tirar de gatillo«. David G. Panadero lo entendió, dejándolo escrito de forma maravillosa. Entrad con él a esta Doble sesión. Permitid que se siente a vuestro lado en este cine improvisado. Tiene mucho que contaros…

https://www.edicionesvernacci.com/producto/doble-sesion/

 

 

Los viejos papeles, de David G. Panadero

 

Buenos dias, Lectores Ausentes.

El que una novela sea capaz , ya no solo de resultar entretenida y sorprender por su calidad, sino de hacer que el lector rememore sus incicios como tal, recordando sus primeras lecturas y en como germinó ese amor por la literatura, es a mi entender suficiente motivo para hablar de ella.

Y si a eso le sumamos que tras el evidente homenaje al genero Pulp, se esconde una historia palpitante, un autentico ejercicio de metaliteratura, con dos personajes intensos y totalmente reconocibles, quienes nos ofrecen la radiografia de una epoca convulsa y aparentemente olvidada (pero cercana y que forma parte de nuestra propia historia),pues entonces hay que recomendarla como la pequeña joya que es.

Como digo, «Los Viejos Papeles» es un homenaje. Un homenaje a esa literatura «menor», a veces ignorada, a veces despreciada, pero que supuso el acercamiento popular a la lectura y que cambio los habitos de muchos de nosotros, quienes entre pistoleros imbatibles, criaturas del espacio exterior, romances imposibles y agentes secretos, descubrimos el placer de dejarnos llevar por esas historias sencillas, pero estimulantes, cuya unica pretension era la de entretener.

Miro hacia atras en mi memoria y puedo ver perfectamente a mi abuela y a mi madre, despues de haber cenado, sentadas cada una en su butaca, leyendo con placer la novela de esa semana, compradas a cinco pesetas ( mas tarde, cuando yo me converti tambien en lector, pagaba por ellas cinco duritos o las intercambiaba en el kiosco). Yo era un crio y sentia una curiosidad enorme, que al poco, mi madre se encargo de saciar, prestandome su coleccion.

Silver kane. Marcial Lafuente Estefania. Clark Carrados. Keith Luger… ¡Que buenos ratos pasaba con ellos!

Autores que trabajaban a destajo, publicando entre cinco y diez novelas mensuales. Escritores que jamas saldrian mencionados en los grandes certamenes literarios y que han sido durante años ninguneados, pese haber sido, por definicion, los mas leidos por la gente de a pie. Maestros que vivian de sus papeles y cuya obra, considerada menor, pseudoliteratura en el mejor de los casos, lograron lo que los grandes autores, los autenticos literatos, no han conseguido jamas: Convertir la lectura en un habito popular, extendido y al alcance de todo el mundo.

Es por todo lo mencionado, que me he sentido tan sorprendido con «Los Viejos Papeles». No deja de ser fantastico el encontrarse a un escritor cuya novela es un claro tributo a esos autores y a ese genero tan especial, tanto en su forma, como en su contenido.
Pero lo mas maravilloso, lo que realmente sorprende, es que una editorial no solo lo publique, si no que convierta la novela en el estandarte de una nueva coleccion, que intenta ser tambien un homenaje al genero pulp, ofreciendo al lector un formato que emula con cariño a aquellas viejas obras, con un tamaño similar y una portada sencillamente magnifica, retro y con un sabor a serie negra que hace que te enamores de ella nada mas verla.

La editorial NGC Ficción sigue demostrando que hay otras formas de entender la literatura y lo demuestran con la creacion de esta coleccion tan singular. Lo cierto es que no podian haber escogido mejor titulo para inaugurarla, porque «Los Viejos Papeles» supone una autentica revelación, una historia en la que los personajes nos descubren mucho mas de lo que aparentan decir y cuya trama se desenreda a medida que estos van descubriendose ante el publico, como si de una obra de teatro se tratase.

La admiracion que siente un joven autor llamado Arturo Iglesias por Mateo Duque, un viejo escritor de novelas «de a duro», supondra el inico de una extraña relacion de amistad basada en la pasion por la literatura, el contar historias y sobretodo,los recuerdos.Y son esos recuerdos los que descubriran un secreto que antañe a ambos, algo que ocurrio en el pasado y que saldra ahora a la luz, de manera inesperada y afectando a los dos de manera irremediable. Durante esas interminables charlas , acompañadas por un vaso de licor y el humo de los cigarrillos, los recuerdos se convertiran en confesiones, transformando gradualmente a los personajes ante nuestros ojos.

David G. Panadero se sirve de los protagonistas de su novela para hablarnos de muchas cosas. Nos habla de otros tiempos. Nos habla de literatura. Nos habla de los recuerdos. Y nos habla de nosotros mismos, de las personas. De los secretos. De ese pasado que creemos olvidado, pero que sigue ahi, dispuesto a saltar sobre nosotros en cualquier momento.

Una narrativa mas que destacable nos demuestra el talento y la pasion puestas por David en su historia. Pero donde verdaderamente resulta brillante, es en los dialogos entre ambos personajes. Sobre ellos recae todo el peso de la trama y suponen los momentos mas intensos de toda la novela.

Parece mentira que en tan solo 162 paginas, David consiga tejer una historia tan especial, tan distinta y en la que aborda tantas cosas, de manera acertada y dejando tan buen sabor de boca.

Muy recomendable. Sobretodo, para aquellos con edad suficiente como para recordar….

Los viejos papeles
David G. Panadero
Editorial: NGC ficción! / Pequeña NGC
Año de la Edición 2010
ISBN: 978-84-937801-3-5
PVP: 8€