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Momias y embalsamados, VVAA (Hermenaute Ed.)

Buenos días, mis queridos Lectores Ausentes.

MYE1Hoy venimos con la reseña de Momias y embalsamados, una antología de relatos que supone la carta de presentación de Hermenaute, una nueva editorial capitaneada por un viejo conocido y gran amigo de esta casa, Lluís Rueda.

Nuestro querido Lluís es un tipo incombustible, un culo inquieto que lleva ya muchos años metido en el mundo de la literatura y la cultura pop. Crítico de cine, articulista, director de Judex Fanzine, escritor y guionista… Ha tocado todos los palos y además, siempre con un criterio excelente, así que no  nos sorprende el que se haya embarcado en esta nueva aventura.

Con Momias y embalsamados, Lluís  pone su proyecto en marcha y lo hace con una obra que deja muy claras sus intenciones y su forma de entender la literatura.  La antología abre la colección Caronte, una línea que pretende albergar  obras de terror, thriller y fosco que brillen por su nivel de calidad y que al mismo tiempo, se salgan de los viejos tópicos del género, apostando por aquellos títulos que apuesten por la originalidad, que sean poco convencionales, que resulten difíciles de encasillar y que en definitiva, sean capaces de aportar nuevas ideas y planteamientos a sus lectores.

Y si esa es su intención, puedo dar fe de que empieza bien fuerte y arriesgando. Momias y embalsamados reúne, bajo esa curiosa portada creada por Alberto Rodríguez Modolell,  una serie de relatos que tienen a esa figura arquetípica como tema principal, pero evitando  caer en los mismos tópicos de siempre, alejándose de la imagen preconcebida del resucitado cubierto de vendas surgido de un sarcófago, y manteniendo maldiciones egipcias  tan lejos como han podido. Estoy muy de acuerdo con lo que comenta el propio Lluís en el prólogo y es que  la momia, como todos los grandes monstruos clásicos (al igual que sucede con Drácula, el hombre lobo, la criatura del lago y la de Frankenstein), es una imagen tan emblemática y ha arraigado tan fuerte en el subconsciente colectivo que se hace difícil verla de otra forma que no sea esa, la del cuerpo apergaminado y cubierto de vendas mohosas de un antiguo faraón, clamando venganza contra quienes han perturbado su paz al excavar donde no deben.  Lo cierto es que esa voluntad por innovar, por abrir nuevas vías y conceptos, es una de las mayores virtudes de la antología, ya que resulta todo un reto encontrar nuevos contextos donde ubicar el mito y lograr que este funcione. Los autores no solo lo consiguen, sino que además lo hacen con talento, creando unas historias tan inquietantes como bien escritas, que nos dejan un muy buen sabor de boca.

Como en cualquier antología que se precie, los hay que brillan más que otros, los que conectan más contigo pese a sus cosillas y alguno que no sabes muy bien qué, pero que sientes que a pesar de que te ha gustado, le falta algo para terminar de ser perfecto. Pero en general, como digo, el resultado es muy satisfactorio y todos ellos, de un modo u otro, aportan algo que vale la pena.

Vamos a hablar un poquito de cada uno de ellos.

-El Señor de la nada, de Víctor Blanco: Desierto de Atacama, un paraje duro, árido y desolador, en el que un grupo de conquistadores españoles buscan el tesoro mencionado en el diario de uno de los suyos, desaparecido en la zona. El nuevo mundo y sus misterios, sus nativos y sus secretos,  custodiados por una tierra inhóspita y algo más. Una forma perfecta de abrir la antología. Bien narrado, con voz propia y bien definida,  y con varios puntos tan crudos (el trato y opinión de los españoles sobre los indios son tan realistas como brutales), como divertidos por macabros.

-Cuerpo de niña,  de Daniel P. Espinosa: Futuro distópico y desesperanzador, donde nuestra afición a las redes se ha convertido en una adicción total a la realidad virtual, hasta el punto de padecer síntomas físicos como si estuviésemos infectados y  con nuestra psique tan dañada que ya no hay diferencia entre lo real y la simulación. Un relato onírico, durísimo, sin medias tintas y si muy mala baba, que pone mal cuerpo y cuya ambientación es simplemente, soberbia.  Muy mal rollo y quizás, el que más me ha gustado por todo lo que me ha hecho sentir.

-En el nombre del musgo, Jesús Gordillo: Otro de mis favoritos, con diferencia.  Sebastián Medrano es un bandolero que huye de quien le quiere ajustar las cuentas. Dará con sus huesos en un pequeño pueblecito de León, creyendo dar esquinazo a sus perseguidores, pero lo que encontrará allí será mucho peor. Una extraña mezcla de Curro Jiménez, santería, vudú, fanatismo religioso y brujería, en las que no falta también un pequeño toque «a lo Víctor Frankenstein´´, pondrá a este hombre al límite y quizás ni siquiera sus arrestos y su navaja sean suficientes para salir de una pieza.  Me ha encantado el tono de la historia, la forma en que está narrada,  el cómo está construido el personaje (una verdadera gozada en ese aspecto) y por dónde van los tiros a medida que avanza la trama. Tiene un punto castizo que le sienta de lujo y otro de gore que tres cuartos de lo mismo.

-Papel maché,  de Luis Guallar: Con muchísimas reminiscencias a lo mejor de Stephen King y ese modo tan peculiar de contar historias, este relato colaría como uno más entre cualquiera de los aparecidos en alguna de las ediciones de Crepshow o incluso, en los de la serie Otros Límites. Con una estética muy definida y con un lenguaje muy visual, casi cinematográfico, brilla por su tono aterrador a la vez que un tanto gamberro, por la forma en que el autor trata a su personaje, con  perversidad y sin preocuparse en absoluto por el destino que le aguarda, casi complacido por ello. Un viejo parque de atracciones siempre es un lugar excelente para crear atmósfera malsana y si además, nos ubicamos justamente en su pasaje del terror, el escenario promete hacernos gozar de lo lindo, como es el caso. Eso sí, el desenlace puede resultar un tanto predecible para los lectores avezados y acostumbrados a este tipo de historias. De todos modos, eso no le quita mérito ninguno, ya que su lectura es igual de disfrutable.

-Carcasa,  de Jorge P. López: Un joven con amnesia intenta recuperar su memoria, siendo asistido por un extraño médico  cuyos métodos parecen más un interrogatorio en tercer grado que otra cosa. La sesión avanza y se adentra cada vez más en un terreno extraño y surrealista, logrando inquietar al lector, que asiste en silencio a la reconstrucción de unos hechos que no sabremos cómo explicar y que irán manteniéndonos en tensión hasta su desenlace.  Debido a su propia naturaleza y su propósito, la incógnita es la esencia misma del relato y en algún momento, sobre todo en su desenlace, puede llegar a resultar un tanto confuso e incluso no ser del agrado de todo el mundo, ya que la revelación final  romperá bastante los esquemas  y se sale de lo que uno pudiera suponer. A mí me ha pillado en bragas y he tardado en digerirlo, pero una vez asimilado, solo puedo quitarme el sombrero.

-Descenso a Duat, de Guillermo Tato: Un periodista de investigación persigue el rastro de un asesino en serie  apodado “El asesino anárquico”.  En su búsqueda por la verdad, por tener el artículo del año,  sus pesquisas le llevaran a toparse frente a frente ante él y descubrir así sus razones, junto a una extraña secta y su templo, oculto bajo las entrañas de la ciudad. Algún momento gore, pero necesario, son su mejor baza. Es quizás el relato que menos me ha llegado, ya que no he logrado encontrarle el punto. Se trata simplemente de una cuestión de gustos personales, ya que el tema de sectas, de elegidos para cumplir una misión y supuestos legados, nunca ha sido un tema que me seduzca exactamente. Dejando claro esto, el relato está bien escrito y tiene buen ritmo, aunque a mí me haya dejado bastante frío el argumento en sí.

mye2-Expedición Newton-Jenney,  de Lluís Rueda: Un circo ambulante, un objeto único y el empeño de un comerciante en vendérselo al feriante, es la excusa para la increíble historia que el vendedor se saca de la manga para convencer al futuro comprador. Todo empieza con una expedición a las montañas, donde las leyendas cobran vida y  en la que los protagonistas conocieron el verdadero terror.  Lluís siempre fiel a su estilo pulcro y cuidado, con una prosa elegante y trabajada, avanzando de forma pausada pero intensa, forjando línea a línea el devenir  de la historia y cuidando las formas para, llegado el momento,  llevarnos allá donde ha querido desde el primer momento. Excelente forma de cerrar la antología y dejarnos con buen sabor de boca.

En definitiva, estamos ante una antología más que notable, con algunas historias que son verdaderas joyitas. Sin desmerecer al resto, que también cumplen con su cometido y que en líneas generales, dejan buen poso y  hacen de este recopilatorio una obra tan arriesgada como recomendable. Originalidad, diversidad de enfoques y buena calidad literaria para adentrarnos en un tema, el de las momias, que demuestra dar mucho más de sí de lo que nadie podíamos esperar. Dadle una oportunidad. Me lo agradeceréis…

 

Momias y embalsamados

VVAA

Editorial: Hermenaute

ISBN: 9788460821298

Páginas: 190 pág.

PVP: 13,99€

http://www.hermenaute.com/libro.php?id_libro=1

 

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Nekromanteia. Rituales de los Muertos, de Daniel Pérez Espinosa

Buenas tardes, mis queridos Lectores Ausentes.

portada nekromanteia rotulo4finalHoy venimos con Nekromanteia, el último trabajo de Daniel Pérez Espinosa, un autor con un estilo muy reconocible y una concepción del terror bastante fuera de lo común, profundizando en los aspectos más inherentes  de la naturaleza humana y explorando sus miedos más profundos y atávicos.

En esta ocasión, el autor apuesta por adentrarse en  la Nigromancia, la que quizás sea la más impía y desconocida de todas las ramas de la magia. Desde antiguos rituales egipcios, hasta ritos mencionados en la vieja tradición judeocristiana, -además de otras tantas referencias en  infinidad de distintos cultos arcaicos diseminados por todo el planeta desde el origen del hombre-, la posibilidad de devolver a la vida a aquellos que ya partieron para obtener de ellos un modo de descubrir el velo que nos oculta que hay al otro lado, los misterios y la naturaleza del universo, así como  adquirir ciertos conocimientos prohibidos que supuestamente otorgarían un poder inimaginable, ha sido una búsqueda constante por parte de unos pocos, una forma de magia prohibida y que la mayoría no se han atrevido a utilizar, al considerarlo algo no solo herético, sino antinatural y demoniaco.

Como digo, son apenas unos pocos los que se atreven a cruzar esa línea, so pena de terminar abocados a la más absoluta demencia y a que sus almas sean condenadas al infierno, sometidas a los más atroces tormentos hasta que no quede nada de ellas.

Etham Loss es uno de esos hombres. Un individuo solitario, misógino y hastiado del mundo en el que vivimos, conocedor de la verdad, del destino final que nos aguarda tras la Muerte y que tras el suicidio de su pareja, intentará devolverla a la vida a cualquier precio, aunque eso suponga desencadenar fuerzas que ni siquiera él sea capaz de afrontar. Una suerte de Constantine, el conocido personaje del cómic Hellblazer, pero llevado a su versión más sucia, ruin, oscura y abyecta.  Orgulloso, temerario, egoísta y arrogante, sin respeto por nada ni por nadie, no dudará en usar todos los medios a su alcance para lograr su propósito. Todo vale: Asesinar, recolectar y esclavizar almas, utilizar a todo aquel que se cruce por delante… No hay un límite ni existe regla alguna, humana, divina o demoniaca, que pueda detener su locura.

Tras varios intentos fallidos, Loss descubrirá que forma parte de una conspiración que desencadenará el apocalipsis, aunque eso a él no le importa lo más mínimo. En su investigación por encontrar la razón a la imposibilidad de hacer regresar a su antigua pareja, se enfrentará a otros nigromantes, además de vérselas con muertos resucitados, un ángel exterminador, espíritus enloquecidos que escapan a su control y a un individuo que es todo aquello que Loss aspira ser algún día.

Con semejante argumento, podéis entender que el libro promete. Lo curioso del caso es que la forma en que está narrado, el enfoque utilizado, se aleja bastante de lo que podríamos esperar a priori. Nekromanteia es una novela de magia y de nigromantes, en la que se le muestra un Más Allá mucho más complejo y aterrador de lo que uno le han enseñado. No hay esperanza. Como bien dice el propio protagonista en varias ocasiones, no somos más que bolsas de carne muerta. Y una vez que cruzamos el umbral, no nos espera nada más que el olvido, en el mejor de los casos.

Daniel logra crear una atmósfera asfixiante, tan  malsana, opresiva y fatalista, que resulta imposible no sentirse incomodo a medida que avanzamos en la lectura.  Nos sumerge en ese ambiente enrarecido, decrépito  y perverso que envuelve a la historia y consigue sugestionarnos hasta tal punto que se nos hace difícil continuar leyendo, viéndonos necesitados de parar un momento, salir afuera para que nos dé el aire y relajarnos antes de retomar la lectura. No exagero en absoluto. Hay momentos tan inquietantes, en los que la sensación de mal rollo es tan intensa, que me he sorprendido a mí mismo mirando hacia atrás por encima del hombro, convencido de que había alguien a mi espalda.

Y es que Nekromanteia produce eso: Sensaciones. Dejando a un lado la historia en sí misma,  que convence y atrapa, todo lo que nos cuenta y el modo en que lo hace consigue influir en nuestro ánimo.  Y eso, amigos míos, no suele suceder demasiado a menudo.

971274_459626054129028_825411389_nCabe destacar el colosal trabajo de investigación y documentación realizado por el autor para la novela. La mención a antiguos textos sagrados y malditos, sellos, libros y documentos, ritos, símbolos y referencias, es increíble y dota a la obra de una base real, dentro de la ficción que se desarrolla en ella, que impresiona.  Los rituales que aparecen en la obra están sacados de grimorios reales, así como de otros legajos y documentos que Daniel ha tenido a bien investigar para la ocasión. Aunque como ya comenta el autor, se ha cuidado de modificarlos antes de incluirlos en la novela, por si las moscas….

Si he de ser sincero, me ha sorprendido ver a este título incluido en la Linea Z de Dolmen, ya que aunque aparecen muertos vivientes- en este caso, cadáveres revividos por alguien con un fin-, lo cierto es que la novela es mucho más que eso. Como digo, hay  pocas lecturas que hayan logrado hacerme sentir incomodo, invadido por una sensación extraña, asfixiante, de malestar, inquieto y totalmente sugestionado por lo que estaba leyendo. Un punto para la editorial y para el autor, por haberse atrevido a publicar una obra arriesgada y que resulta difícil de definir, pero que cumple con creces su sometido.

 

Nekromanteia: Rituales de los muertos

Daniel P. Espinosa

Editorial: Dolmen

ISBN: 9788415296928

Páginas: 414 pág.

Portada: Daniel Expósito

PVP: 18,95€

 

 

Festival de cinema Fantástic de Sitges: Diario de a bordo -Día 4 y despedida-

13/10/2012

Tras una llamada telefónica a horas intempestivas, que ha supuesto una noticia excelente y que me hizo acostarme con una sonrisa imbécil en la cara, me levanto de muy buen humor. Toca ir recogiendo y hacer las maletas para volver a casa.  Abandono el cuchitril, dejando el zulo en el que he maldormido estos días y cargado de nuevo como un mulo, me acerco a dejar el equipaje en el coche. Esto es el fin, amigos. Pero antes, queda un largo día por delante y vamos a disfrutarlo.

He quedado con Carlos Sisí para desayunar juntos antes de nuestra próxima cita. Damos un paseo hasta el Auditori, donde debo recoger unas entradas. Durante la caminata, nos da tiempo de hablar de mil cosas, en una charla que teníamos pendiente el maestro y este calvo que les habla.

Tengo un hambre atroz y como tenemos tiempo, decidimos que ya es hora de ese desayuno prometido.  Lo hacemos en una terracita frente al mar, en el Paseo Marítimo, justo al lado de los stands. Nos atienden dos chicas súper amables y encantadoras y mientras doy cuenta de unas deliciosas tostadas con mermelada y un humeante café con leche, mi acompañante tiene el detallazo de hacer su magia y dejarme flipado. Pedazo dedicatoria me regala en un ejemplar de su novela, todita toda para mi y nadie más. ¿Cómo no voy a querer a este tío?  Siempre me deja rendido ante su generosidad, su nobleza y lo buena gente que es.

Antes de que aparezca el Sr. Lobo y diga algo referente a “chuparnos las pollas”, nos levantamos y acudimos raudos al siguiente evento.

Presentación de la editorial 23 Escalones, con la presencia de Miguel Aguerralde y su novela Última Parada: La Casa de MuñecasDaniel Pérez Espinosa, con Aplaudan al Salir. Poquito público, pero valió mucho la pena el descubrir los detalles que se esconden tras ambas obras y como fue su concepción. Me resulta fascinante  conocer los entresijos que surgen en el periodo de creación y como afrontan los autores esos retos  desde los inicios en que la obra ha tomado forma  hasta su resultado definitivo.

Fomentado por Juande Garduño, quien participaba como presentador (a pesar de haber llegado tarde), se inicia un intenso debate  acerca de los distintos rostros del terror y las muchas formas en las que este puede hacerse presente. Los monstruos como reflejo de los miedos que acechan al hombre desde el inicio de los tiempos, su temor a lo desconocido y a aquello que no entiende, frente a la realidad más cruda y visceral, aquella que surge de nuestra faceta más siniestra, de ese oscuro pasajero que todos llevamos dentro y que en ocasiones, escapa a nuestro control, dando tristes titulares en las páginas de sucesos de cualquier periódico.

Posterior firma de ejemplares en el stand de Imagen DEATH, en el Paseo marítimo y después, hora de tomar un refrigerio con los autores y los asistentes a la charla. Un par de compras para mis enanos (Para Erik, un recopilatorio de los primeros cómics de Hulk publicados nuestro país que le ha encantado y que no ha soltado desde que se lo he dado al llegar a casa y para el peque, un muñecote de Batman articulado con el que se lo está pasando pipa). Se nos unen Marta y Albert, quienes se apuntan en cuanto salen de sus respectivas proyecciones.

Tras una divertida sesión de fotos, risas  y cafés reconstituyentes, nos despedimos de los autores y del resto de acompañantes (Un beso, Eli) y nos vamos a comer a toda prisa, para llegar a tiempo a nuestra siguiente sesión.

¡Que pelo más guay! (Borja Echeverría ESPAÑA 82´. Santiago Molero y Rulo Pardo. Basada en la obra de teatro del grupo Sexpeare). La que sin duda, ha sido la experiencia cinematográfica más divertida y que más he disfrutado en estos días. Metaficción y humor de mano de unos tipos que saben muy bien lo que hacen. La sorpresa del festival. Sin medios, pero con un talento increíble, surge una historia tan divertida como inteligente que se hace con el favor del público y le permite disfrutar de una experiencia más allá del cine. Un ejemplo de lo que significa romper la cuarta pared y lo que es el metacine en todo su esplendor, con un estilo tan peculiar como hilarante.  Imprescindible, de verdad. ¡Que buen rato hemos pasado y que gente más maja y profesional! ¡Una joya que no os podéis perder si tenéis ocasión de verla

http://www.youtube.com/watch?v=nTajYpm9ZSc

 

Regresamos al centro y tras una cervecita en uno de los bares más concurridos de la zona,  quiero acercarme a mi tartana a dejar las compras de última hora, con lo que Marta aprovecha para hacer lo propio y quedar con una vieja amiga. Cuando termino, ¡Oh, sorpresa! Me topo por casualidad con el director y los actores de ¡Que pelo más guay!, que están celebrando el éxito en un bar de tapas, enfrascados en plena fiesta en la terracita que tiene el local en la calle. Me reconocen como el calvorota que les ha dado la brasa en la rueda de prensa y me obligan a la fuerza a tomarme algo con ellos.  Borja, Santi y Rulo son unos tipos estupendos. Gente con tablas, curtida en el mundillo de la interpretación y que saben mucho del tema. Da gusto oírles hablar y verles tan felices. Divertidos y cachondos como ellos solos, hacen que me sienta como si los conociera de toda la vida. Cuando la cosa tenía pinta de enredarse y convertirse en una de esas noches salvajes en las que cualquier cosa puede pasar, recibo un mensaje de Marta, quien sin saberlo me salva de caer en la tentación de quedarme a ver como acaba la velada en tan buena compañía. Tras las despedidas de rigor, intercambio de emails y concertar una entrevista, los dejo disfrutando de su momento y acudo veloz al encuentro con Marta, para ver la que ya, ahora si, es nuestra última película de este festival.

When the lights went out (Pat Holden UK 87’. Kate Ashfield y Steven Waddington). Película de fantasmas a la vieja usanza y supuestamente basada en hechos reales, que con una excelente ambientación setentera nos deja con la boca abierta y cumple con dignidad su cometido.

Interpretaciones correctas, en las que destaca la de Kate Ashfield  en el papel de la madre de la protagonista. Por su parte,  Tasha Connor resulta muy creíble y consigue la empatía del espectador.

Entretenida, la película cumple con su cometido. Bien dirigida y utilizando correctamente los recursos típicos del género, su único fallo es pretender un final poco acorde con el resto de la historia, tan fuera de lugar como unos fuegos artificiales en un entierro, que no  encaja de ningún modo con la esencia del film ni con ese tono con el que ya nos había convencido.

http://www.youtube.com/watch?v=GYKz11JtD0A

 

Y hasta aquí nuestra aventura festivalera este año. Menos de lo que queríamos, más de lo que esperábamos, pero siempre con ese buen sabor de boca que nos queda tras pasar  por allí. Sitges es una ciudad que no se concibe sin el festival y lo mismo ocurre a la inversa. Los bocatas en las colas, el “corre que no llegamos”, las cabezaditas en cualquier sitio para aguantar despierto después de horas entrando y saliendo sesión tras sesión, la gente que va y viene, las caras conocidas, las incontables subidas hasta el Auditori, las interminables charlas con amigos y compañeros en cualquier terraza frente al mar. El festival de Sitges es único e inimitable, un lugar al que cualquier amante del fantástico encuentra su sitio.

El mejor escaparate del mundo para aquellas películas que han convertido el terror, la ciencia ficción y la fantasía en un género reconocido y de calidad, más allá de perjuicios y etiquetas, demostrando que no solo somos legión los aficionados que acudimos a nuestra cita anual, sino que aun queda mucho por descubrir y disfrutar, en un evento que  año tras año no deja de sorprendernos por su calidad, su saber hacer y todo lo que representa.

Sin apenas tiempo de haber deshecho la maleta, ya contamos cuanto falta para volver.

 

 

Aplaudan al salir, de Daniel P. Espinosa

Buenas noches, queridos Lectores Ausentes.

La novela de hoy es difícil de clasificar. Su lectura ha sido una de las experiencias más estimulantes que he tenido a lo largo de este año y quiero compartir con vosotros las sensaciones que me ha producido.

Estamos hablando de Aplaudan al Salir, de Daniel P. Espinosa, una obra que ha logrado provocarme sentimientos tan dispares y tan intensos, que aun me pregunto como demonios puede alguien tramar una historia como la que nos atañe y jugar con el lector del modo en que lo hace.

Un argumento que en apariencia ha sido utilizado en multitud de ocasiones, pero que Daniel enfoca de un modo distinto, desde una perspectiva tan intimista como opresiva, logrando una atmosfera tan onírica como claustrofóbica y demencial, en la que nos vamos sumergiendo y de la que seremos incapaces de librarnos incluso después de terminar su lectura. Si David Lynch tuviese oportunidad de leerla, no dudo en absoluto que la encontraría muy, muy apetecible y es que Daniel logra llevar los conceptos de metaliteratura y surrealismo a un nivel que no había visto antes.

La incapacidad de discernir entre lo que es real y lo que no. Esa realidad que se diluye en situaciones cotidianas, que se tornan aparentemente absurdas e incomprensibles. La sensación asfixiante de que todo a nuestro alrededor es ficticio y que somos espectadores de nuestra propia vida, como si el resto del mundo fuera solo un escenario y la gente que nos rodea, actores interpretando su papel….Algo que ya hemos visto con anterioridad, pero no tratado como en este caso.

¿Quien no se ha sentido así alguna vez?  ¿Quien no se ha sentido arrastrado por los acontecimientos, sin modo de decidir o de alterar lo que parece ser un guion previamente escrito? ¿Quién no ha sentido esa sensación en alguna ocasión, en  que la vida no es más que una función de teatro en la que uno  simplemente se limitaba a cumplir con su papel, con el rol que se le ha asignado, aun con la certeza de que nada tiene sentido y no hay posibilidad de improvisar ni de huir?

Imaginad que esa sensación no solo es continua, sino palpable. Imaginad que las cosas más normales, aquellas que os hacen ser quienes sois, se tornan absurdas, incomprensibles, hasta el punto de que no sois capaces ni de reconocerlas. Que todo se vuelve tan predecible como repetitivo, en un bucle sin sentido que te impide saber donde estas, quienes son la gente que te rodea y quien demonios eres tú.

Lo que en un principio parecía ser una historia de misterio al uso, va transformándose página a página en un rompecabezas agobiante, que va complicándose  a medida que vamos adentrándonos en una  perversa incertidumbre donde no hay respuestas.  El ambiente se enrarece cada vez más, mientras nos hundimos en la desesperación que embarga a nuestro protagonista, quien va perdiendo la cordura, incapaz de comprender que es lo que ocurre.

El surrealismo y la paranoia terminan por hacerse dueños de la situación, contagiando al lector. La angustia se torna insoportable,  en una búsqueda infructuosa que terminará por desquiciarnos.

Más allá de lo perturbador de la historia, hay que destacar la excelente forma en que está narrada.  La disociación que sufre el protagonista, la incapacidad de comprender ni asimilar la situación y lo inquietante que resulta todo ello se plasma de una forma tan poco convencional como conseguida.  Una lectura compleja en la que el lector deberá ir desgranado capa a capa sus múltiples interpretaciones, en lo que resulta una metáfora difícil de describir, pero que todos comprendemos de un modo u otro.

Reseñar también lo que supone la puntilla, la guinda del pastel: Esos breves, pero imprescindibles incisos en los que ciertos personajes, de forma paralela a la trama (pero siendo a la vez  parte fundamental de la misma), se descubren ante el lector y le dan sentido a toda la historia.

En definitiva, una lectura atípica y desconcertante, de una profundidad inesperada, altamente recomendable y que os recomiendo si  buscáis algo distinto y de calidad.

 

Aplaudan al salir

Daniel P. Espinosa

Editorial: 23 Escalones

ISBN: 978-84-15104-60-5

Páginas: 132 pág.

PVP: 14, 50€