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-CINE- LA PIEL FRÍA: NI ZOMBIES, NI LOVECRAFT

Por R. G. Wittener

 

La novela de Alberto Sánchez Piñol, que no llega ahora convertida en película, la leí hace ocho años. En aquel momento llamó mi interés gracias a las referencias lovecraftianas que le atribuían las reseñas, lo cual hacía imposible que ningún seguidor del «genio de Providence» se resistiera a leerla. Y debo decir que a mi, desde luego, no me defraudó en absoluto. Por eso, mi nivel de exigencia sobre la adaptación tenía el listón un poco alto. Y por eso creo que la co-producción hispano-francesa adolece de una falta de intensidad que impide darle algo más que un aprobado. De hecho, la publicidad de la película ha incidido en mostrar imágenes que la colocaban en la órbita de los apocalípsis zombie, con escenas de hordas de monstruos correteando en la oscuridad. Lo cual, me temo, ha jugado en su contra cuando los aficionados al género han comprobado que no era eso lo que estaban viendo; haciendo que también cosechase críticas negativas por ese lado.

Para empezar, no era La piel fría una novela «de sustos», aunque los tuviera, así que no podía ser esa la única baza de la película. La versión escrita navega por una zona que bordea Las aventuras de Arthur Gordon Pym, El corazón de las tinieblas, o El intruso; centrándose en el conflicto de qué define la humanidad de una persona y en la tensión entre sus personajes, donde los monstruos se erigen en un medio por el que desarrollar ese discurso. Al final, no son más que una excusa para mantener encerrados al farero y al joven marinero, y obligarlos a interactuar. Algo que, por desgracia, se ha diluido en la versión cinematográfica; dejándola en una tierra de nadie en la que no es eficaz para causar terror y necesitaría más tiempo para jugar con los dilemas que enfrentan a los protagonistas.

¿Qué es lo mejor de la película? A nivel visual, la recreación del inhóspito islote donde transcurre toda la acción; sobre todo, el faro-búnker que les sirve de hogar y fortaleza (dentro del cual se ha rodado con planos cortos y fijos, consiguiendo transmitir con eficiencia las estrecheces de los protagonistas). Un ambiente opresivo que el montaje se ha encargado de romper con varios planos generales de la isla, algunos de ellos aéreos, cuyo preciosismo va en contra del clima de tensión continuo que se le debería exigir a la cinta. Aparte de eso, la actuación de Aura Garrido me pareció sobresaliente (y no es porque, como «ministérico«, constituya uno de mis últimos fetiches de la pantalla): incluso bajo una capa de prostéticos que impiden reconocer ni uno solo de sus rasgos, y limitada a sonidos guturales, logra hacer evolucionar los gestos y el comportamiento de su monstruo, su «carasapo«, de forma que, desde un mero «perrito», acabamos contemplando a un ser que mira de igual a igual a los humanos.

A partir de ahí la adaptación resulta fallida porque el monstruo, en la novela, es un nivel de medida de la humanidad de cada personaje. Se nos presenta como una criatura agresiva y despiadada que acecha en la oscuridad de la noche pero, al empezar a convivir con el farero, el comportamiento de cada protagonista hacia la «carasapo» señala cómo de inhumanos pueden llegar a ser. Culminando en la empatía del narrador y la atracción por esa «piel fría», que al principio tanto lo ha repugnado, y que a la postre le acaba enfrentando con su compañero humano. Todo ello en un continuo estado de tensión cuasi paranoico (por el miedo a los ataques y por el recelo mutuo entre los hombres), que en la película ha quedado deslabazado.

Para acabar, insisto, todos mis reproches van en contra de la película como una obra inspirada por la novela. Quienes la vean sin conocer la versión literaria, pueden asombrarse con algunos de los giros argumentales, y disfrutar tanto del admirable maquillaje del monstruo como con esas vistas de la isla y sus acantilados azotados por el mar. No es una mala cinta. Pero, a quienes disfrutamos del texto, nos ha dejado fríos.

 

 

CINE: Regresión, de Alejandro Amenábar

Un artículo de Cristina Béjar aka Mitsuko Cinéfila

Título original: Regression

Año: 2015

Duración: 106 minutos

País: España

Director: Alejandro Amenábar

Guión: Alejandro Amenábar

Música: Roque Baños

Fotografía: Daniel Aranyó

Reparto: Ethan Hawke, Emma Watson, Aaron Ashmore, Devon Bostick, David Thewlis, Dale Dickey, Aaron Abrams, Adam Butcher, David Dencik, Kristian Bruun, Matija Matovic Mondi, Janet Porter, Goran Stjepanovic

Productora: Coproducción España-Canadá; MOD / Himenóptero / First Generation Films / Telecinco Cinema

Género: Thriller

Tráiler: https://www.youtube.com/watch?v=-qJXX32U3Bk

Sinopsis:

«Minnesota, 1990. El detective Bruce Kenner (Ethan Hawke) investiga el caso de la joven Angela (Emma Watson), que acusa a su padre, John Gray (David Dencik), de abusar sexualmente de ella. John admite su culpa, aún sin recordar nada. El psicólogo Raines (David Thewlis) intentará sacar a flote esos recuerdos reprimidos a través de la «Regresión» una técnica basada en la hipnosis. Poco a poco se desentrañará una historia con misas negras y sectas satánicas.»

Muy buenas Incoherentes, antes de la reseña sobre «Seven«, quiero hablaros sobre la última de Amenábar: «Regresión», una historia basada en hechos reales. He leído varias críticas sobre la película, las cuales me disuadían mucho de ir a verla, la tildaban de aburrida, lenta, o que simplemente decepcionaba. Así que con cierta reticencia, acudí al cine.

Después de ver la película, lo que pensé es que el tráiler nos vende una cosa y luego cuando vamos a la sala de cine, vemos algo que no nos esperábamos y por ello nos «decepcionamos», pero en cambio, cuando no sabes nada de la película y vas con la mente limpia, la cosa cambia. El tráiler te vende el film como de terror, pues no, esto es un thriller policíaco y muy bien llevado. Los personajes son típicos, es cierto, pero son creíbles, son normales, podría pasar, de hecho pasó.

Ese es un punto fuerte a la hora de hacer cine, al menos para mí. Si me creo el personaje y me puedo poner en su lugar, conseguiré conectar con la película (siempre que hablemos de géneros que lo permitan), además el caso que se expone en el film lo conocía, de casualidad, por eso. Realicé una ruta guiada por Barcelona con la empresa GoBcn (sí, es un poco de publicidad subliminal, pero es que son muy buenos y si tenéis oportunidad de hacer una ruta con ellos, ni lo dudéis), quienes nos hablaron sobre misas negras y sectas satánicas y unos casos que se dieron durante los años 90 en norteamerica.

Me ha resultado muy curioso, hablar sobre ese tema y al poco ver una película que habla sobre ese hecho concreto. Por desgracia no os puedo desvelar el qué, porque sino os destriparía la peli, pero es algo que sucedió y que hoy en día no se sabe porqué. Y lo mejor de todo, para mí, es destacar que Amenábar no es un director con finales convencionales y aquí no es una excepción y eso es de agradecer. El pensar, ya sé como acaba, porque el cine siempre manda que tal o cual historia debe acabar así, él no lo hace. Juega con lo atípico, pero de una forma elegante.

Quizá en este caso podamos decir que la realidad supera a la ficción, pero la historia tiene mucho de fantástico, lo cual nos recuerda lo increíble que puede ser el comportamiento humano. «Regresión» es una película que no hay que dejar escapar, que hay que ver en detalle, y disfrutar del incombustible Ethan Hawke, cuya interpretación me ha gustado particularmente quizá por la naturaleza del personaje. No os digo más, porque realmente deseo que vayáis a verla.