Por Soraya Murillo.
Increíble, maravilloso. Es la única manera de empezar para hablaros del cómic que me he terminado de leer. Es verdad que no soy mucho de esa clase de lecturas, pero mi amigo David (gran lector de cómics) me lo advirtió: Cuando tengas uno muy bueno en tus manos, lo sabrás al momento de abrirlo.
Desde luego no es a lo que yo estaba acostumbrada. El hecho de que ves la acción en tiempo real, ver las expresiones y sentimientos de los personajes al momento, cuando en una novela se van unos segundos en imaginártelo, ya es un gran cambio. La viñeta en sí te lo da todo mascado. Me comentó sobre los diálogos y los dibujos: Se tienen que complementar a la perfección. Si un personaje tiene el ceño fruncido, el diálogo tiene que expresar que el personaje está molesto. Las facciones del mismo o lo que muestra la viñeta tiene que ir con un diálogo que exprese lo que vemos.
En el cómic Anatomía del caos, todo se complementaba. Un buen guion, dibujos cuidados hasta el más mínimo detalle. Tus ojos querrán captarlo todo, seguir las formas, los colores que estallan en cada página, puro placer para la vista, pero deberás tranquilizarte. Hay mucho que ver, no es tan sencillo pasar a la siguiente viñeta. Incluso terminando de leer el tremendo guion que lo acompaña, te quedarás unos momentos más, mirando, asimilando, como unas manos pueden contar tanto sin palabras.
En sí no sé qué deciros para que entendáis lo fascinada que quedé; no conocía nada de los dibujantes, pero ambos me eclipsaron con sus estilos. Dr Zomun, a nivel de decorado y exteriores es más detallista, sus composiciones son más atípicas con muchas páginas completas e incluso dobles, hay veces que unas viñetas se funden con otras. En cambio, Miguel Cáceres, lleva mejor la historia, hay muchas más viñetas en Cáceres y a mí personalmente me gustan más, se ajustan a la realidad que yo conozco, o como diría un buen amigo mío, si viera la mujer desnuda del capítulo titulado Ira: Eso sí es una hermosa mujer.
Y ahora vamos a por su guionista, Manuel Amaro Parrado y qué es lo que nos dejó allí.
Pues nada más ni nada menos que siete historias que, como ya dije anteriormente, están muy bien complementadas con los dibujos. Una letra grande, hermosa, fácil de leer. Diálogos cortos, precisos, directos a la historia, sabiendo en todo momento que la fuerza tremenda de las viñetas ya habla por sí sola. Pero Manuel ya demostró que sabe escribir, que domina este arte y supo dejar su trabajo a la altura que se esperaba.
Leerlo para mí ha sido como regresar a sus novelas, a esas historias que le rondan por su cabeza donde da la sensación que busca lo que nosotros no queremos hallar, el poder, la tragedia, el drama, lo que escondemos…
Abriremos el cómic con:
Máscaras. Manuel Amaro, DR. Zonum
Un circo de seres insólitos ha llegado de forma misteriosa. El hombre de la máscara sospecha, decidiendo investigar. Lo que verá, cambiara para siempre su vida.
Sujeto Darwin. Manuel Amaro, Ángel Cáceres.
Es el único de todo el cómic que antes formó parte de un relato escrito. Fue en inicio un relato para la gran novela de Manuel Amaro, Dioses y corderos. Si conocéis dicho libro, deciros que el final del cómic es inédito, nada que ver con lo que en su día leísteis. Aquí entenderemos que a veces el caos no tiene por qué ser el fin, también puede ser el principio de algo…
Cava dos tumbas. Manuel Amaro, Dr. Zomun.
Lo primero que vamos a leer será la palabra venganza. Luego nos dejaremos llevar por unos hermosos colores del espacio exterior donde el protagonista contará su historia. Dos amigos, una sola vida para salvarse, ¿qué harías tú? La grandiosidad del espacio se convertirá en una tragedia cuando la nave se vea arrastrada dentro del campo de atracción de un agujero negro. Un final donde una triste canción cerrara la viñeta.
Ira. Manuel Amaro, Ángel Cáceres.
Personalmente, la historia que entendí más claramente, por aquello que no estuvo dibujado. Ángel, fue consciente de que tampoco todo puede ni debe dejarse dibujado, también nuestra vista debe trabajar para entender.
Una chica relata que desde siempre fue despreciada por un problema glandular congénito. Dice sufrir unas terribles pesadillas, donde un poder le ayudará a desatar su ira contra todos aquellos que la rechazaron…
Novilunio. Manuel Amaro, Dr, Zomun, Killerwhite.
Consta de tres fases.
-Fase 1: Invasión.
Un verde fantasmagórico nos adentrará en un bosque donde dos cazadores y Leo, el hijo de uno de ellos, se encontrarán con algo que no parece ser de este mundo.
-Fase 2: Infiltración.
Leo, adora la soledad, leer tranquilo en su cuarto, pero sabe que nada es como antes, los otros niños están desapareciendo.
-Fase 3: Metástasis.
Dos humanos huyendo, Leo se ofrece ayudarlos…
Deciros que en estas páginas la cantidad de colores y dibujos os abrumarán de tal manera, que os sentiréis obligados a dejar de leer, para ver todo lo que se dejó. La historia es perturbadora, pero las viñetas, joder, joder.
Simón Órdago. Manuel Amaro, Ángel Cáceres.
Cuando vi el personaje de Simón, algo no me cuadraba, a diferencia de los otros, lo vi con demasiada vida. Así que me informé, ya os he dicho que soy nueva en este mundo del cómic y supe que lleva existiendo veinte años. Lo creo Ángel Cáceres y es su personaje emblema.
Manuel Amaro, tuvo el honor de escribir aquí lo que sería su origen, de donde surgió, como consiguió su nombre, como consigo sus botas destructoras… ¿Os parece poco tener este privilegio exclusivo? Por el amor de Dios, si hasta yo que no soy muy entendida, estoy emocionada.
¿Quién es aquí Simón? Nuestro guionista lo asemejó al clásico de Frankenstein. El propio Simón se pregunta por su existencia. Esa fusión de tres cerebros (humano, alienígena y cibernético), lo hace un personaje totalmente desquiciado, el propio caos en sí.
Y terminamos, cerramos, dejamos que nuestra vista, cabeza, cerebro, descanse de tanta explosión de colores con :
Ira 2. Manuel Amaro, Ángel Cáceres.
La chica que con su omnipoder destruye todo lo que la rodea, regresará para poner el final, y es que Dios dijo: Hágase la luz. Y la luz se hizo. Y Dios vio que la luz era buena. ¿Que qué tienen que ver estas palabras de la Biblia? Ah, bueno, eso lo sabréis cuando cerréis el cómic.
Bien, aprendí que el lenguaje del cómic es diferente al de los libros, requiere un poco más de adaptación. Aprendí que cuando algo es muy bueno, no necesito buscar más palabras para convencer a nadie. Este cómic simplemente es fantástico, solo tenerlo cerrado entre las manos y ver su portada ya creo que es suficiente, abrirlo es orgasmar de placer, es tener que deciros que este país no puede sacar algo que lo iguale, en verdad os juro que si este cómic no acaba premiándose, no voy a entender que más queréis como lectores. Mi amigo, David, tenía razón, supe que tenía algo muy bueno nada más abrirlo.
Compradlo, abridlo y luego enseñadlo, prestadlo, regaladlo… Lo que sea, pero que vuestros amigos y familiares lo conozcan. No es un cómic, es el Cómic.
Una vez más solo puedo decir: Maravilloso, maravilloso, maravilloso.
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