J. D. Barker cosechó un merecido éxito a raíz de su trilogía El cuarto mono y su trabajo posterior junto a James Patterson, Los crímenes de la carretera, que le convirtieron en uno de los autores de referencia dentro del thriller psicológico y policial. Con El último juego, Barker se mantiene en ese estatus, pero lo cierto es que este título, sin ser un mal libro en absoluto y habiéndome gustado, NO está a la misma altura que sus obras anteriores.

El autor parece haber querido escribir el libreto de una serie de televisión para HBO o el de una peli palomitera, más que una novela al uso. Y eso se nota cuando te enfrentas a un tocho considerable, de más de quinientas páginas, al que le sobra mucho material y se enreda sin necesidad, pero que se lee a toda leche gracias a sus capítulos cortos y un ritmo frenético, pese a que como digo, peca de exceso (en todos los sentidos) y le cuesta arrancar. Creo que esas son sus pegas, la extensión y el formato, sacrificando profundidad por espectáculo y pirotécnia.
Con todo, es una buena lectura y admito que tiene uno de esos finales de infarto que te dejan buen sabor de boca y hacen que el viaje haya valido la pena.