Drácula vs. La momia: Batalla por Chicago, de Tony Jiménez

Buenas tardes, mis queridos Lectores Ausentes.

Hoy  os traemos Drácula vs La Momia: Batalla por Chicago,  el último trabajo de Tony Jiménez,  autor de la genial Cinco Tumbas sin Lápida (todo un homenaje a ese subgénero dentro del terror  con cabañas en el bosque y lugares malditos,  y cuyo mayor exponente es sin duda Evil Dead), quien vuelve a la carga bajo el mismo sello editorial, Tyrannosaurus Books.

Y es que Tony inaugura la nueva colección de esta  pequeña gran editorial, que no deja de sorprendernos por sus atrevidos, divertidos y arriesgados proyectos, apostando por ofrecer a los amantes del género fantástico algunas cositas que serían impensables en cualquier otra editorial

batallaporchicagoEn esta ocasión, se lanzan con Monsters Unleashed, una colección que intenta unir dos mundos tan cercanos y tan dispares como son el cine y literatura, adaptando al papel lo mejor del cine negro y mezclándolo con figuras arquetípicas y casi olvidadas (al menos en su esencia más pura y que fue la que les hiciera realmente populares) del cine de terror, en forma de novelas  pulp que recuperan la fuerza innegable del mito del monstruo clásico, jugando a introducir esa figura en un contexto que no les pertenece, en un escenario  ajeno a lo que sería habitual y muy distinto al que estamos acostumbrados a ver en las películas. Mezclar ambos conceptos supone el poder “leer” uno de esos maravillosos films de la Hammer, pero alejándonos del terror gótico que era marca de la casa y ubicando la acción en escenarios tan inesperados como atractivos, como puede ser en este caso, la ciudad de Chicago en plena época de la ley seca. Tony Jiménez ha apostado por involucrar en su novela lo mejor del cine negro:  Gánsters con sombrero de ala corta, ametralladoras Thompson, casinos y furcias, pistoleros a sueldo… y al mismísimo Conde Drácula y a quien será su más duro e implacable rival: La momia.

Sinopsis

 Chicago, años 30. La época de la ley seca, de las bandas organizadas y de algo más. Una serie de extraños asesinatos asolan Chicago. Las víctimas aparecen horriblemente mutiladas y desangradas mediante terribles mordeduras en el cuello. No son los únicos muertos con los que la ciudad debe lidiar. Brutales crímenes en los que los cadáveres son descubiertos sin piel ponen en alerta al periodista Samuel Parker, mientras la investigadora Jessica Kramer acepta un caso relacionado con los cuerpos desangrados. Antes de que ambos se den cuenta se ven inmersos en una red de intrigas que va más allá de lo que creían, y que supera por mucho a los crímenes normales que dominan Chicago. Dos criaturas sobrenaturales están convirtiendo la ciudad en su campo de batalla particular, dos seres que nadie cree que existan: una momia de miles de años de antigüedad, y un poderoso vampiro, el mismísimo Drácula.

¿Sorprendente, verdad? Resulta una imagen tan imprevisible como evocadora y atractiva. Pura literatura de evasión, máximo entretenimiento, diversión a raudales y por si fuera poco, con sustancia y bien escrita. ¿Se puede pedir más? Oye, ¡que sale hasta el mismo Al Capone!

Tony vuelve a demostrarnos que si algo le sobra, son tablas. La forma en que nos presenta la historia, el modo en que nos describe la ciudad y a quienes la habitan, ese estilo tan suyo, capaz de trasladarnos a una época en que los hombres eran auténticos tipos duros y las mujeres, bellas  y fogosas, aunque aparentemente recatadas, -auténticas femme fatale-, es algo delicioso.  Jugar a mantener esa aura, a caballo entre el terror y la visión que nos ha llegado de aquel periodo, de la imagen idealizada que tenemos de la misma, no resulta sencillo en absoluto y mucho menos cuando se trata de introducir en ella un historia de terror, en la que dos titanes aparentemente inmortales, luchan encarnizadamente entre sí por convertir el lugar en su nuevo reinado.

tony jimenezPersonajes bien construidos, hasta el punto de cubrir hasta los más mínimos detalles, sin importar si se trata de uno de los protagonistas o de un simple secundario.  Un ritmo ágil, como requieren este tipo de historias, pero sin dejar nada en el tintero, desarrollando a la perfección cada escena, cada acontecimiento. La atmósfera, la ambientación… Tony  utiliza con acierto todas las herramientas a su alcance, manipulando con precisión los elementos más representativos de ambos universos, para darles coherencia y conseguir ensamblarlos sin que resulte algo excesivamente extravagante o absurdo, sino todo lo contrario. El resultado, una obra entretenida, no solo amena, sino divertida y que hace que disfrutemos de un buen rato de lectura. A veces olvidamos cual es el verdadero fin, la función final y real de la literatura de género y Tony nos lo recuerda  con su novela. Disfrutar, evadirnos, desconectar del mundo real y sumergirnos por unas horas en un lugar donde todo es posible. Y a fe mía, que Tony cumple con su parte para que esto sea  así.

Me ha resultado curiosa la cantidad de menciones, referencias y guiños que uno puede encontrar en la novela. Destacan los continuos homenajes a King. Uno va leyendo y de repente, se detiene, pensando: “Este nombre me suena…” Samuel Parker, Jessica Kramer, la calle Crounch End, la enfermera Annie Wilkes, el pistolero a sueldo Roland… Curioso, como digo y además, ofrece la posibilidad de jugar a pillar todas las referencias.  Un detalle que aun sin ser demasiado importante, a mí me ha gustado.

Como apunte negativo, al menos en parte, es el pequeño bajón que sufre la historia llegando al final. No sé si es por la extensión de la novela, que a mi juicio peca de  alargarse en exceso  -teniendo en cuenta que hablamos de literatura pulp y que la historia que nos cuenta da para lo que da-  pero la fuerza inicial y que nos acompaña durante toda la lectura, parece perder consistencia al llegar al desenlace. Decae la intensidad, aunque no de manera alarmante. Como digo, quizás habiendo acortado camino, tomando algún atajo, se hubiera mantenido ese pulso endiablado que Tony ha sabido mantener hasta entonces. Me ha faltado chicha en el encuentro entre ambas criaturas. No sé qué esperaba, pero mis expectativas eran muy altas y aunque no me ha desagradado, me ha parecido que adolecía de falta de arrojo,  de algo realmente épico, de darlo todo en ese momento concreto, después de haber sido testigo de cómo Tony nos llevaba a él  de manera formidable. Ya digo que es una impresión mía, quizás fruto de mi devoción por ambos personajes, pero en ningún momento  considero que haga aguas o que desmerezca la novela.

Desde luego, salvo esos detalles, solo puedo decir que me ha encantado. Que me ha parecido una obra tan especial, tan distinta, tan bien elaborada, que no puedo hacer otra cosa que recomendárosla. Una apuesta arriesgada, tanto por parte de la editorial como del propio autor, pero que no solo sale indemne del desafío, si no que brilla con luz propia.

Destacar la maravillosa portada de Daniel Expósito, que como ya es habitual, nos ha dejado babeando. Una preciosidad, digna de ser enmarcada.

Haceros con ella. La disfrutaréis  desde la primera página y os lo pasaréis como enanos.

 

Drácula vs. La momia: Batalla por Chicago

Tony Jiménez

Editorial: Tyrannosaurus Books  (Colección Monsters Unleashed)

ISBN: 9788494102097

Páginas: 411 pág.

PVP:  17,95€

 

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Autor: Athman M. Charles

Pagano y jubilado, montañero retirado, boxeador vapuleado, fotógrafo desenfocado, jugón manco Old School, lector empedernido, juntaletras de medio pelo, casado y con hijos, calvo y barbudo. Legítimo heredero de la Casa de Cal Gallo de Montagut.

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