Una crítica de Rozikas.
FICHA
Película: La hora más oscura. Título original: The darkest hour. Dirección: Chris Gorak. País: USA y Rusia. Año: 2011. Duración: 91 min. Género: Acción, ciencia-ficción, terror. Interpretación: Emile Hirsch (Sean), Olivia Thirlby (Natalie), Max Minghella (Ben), Rachael Taylor (Anne), Joel Kinnaman (Skyler). Guion: Jon Spaihts; basado en un argumento de Leslie Bohem, M.T. Ahern y Jon Spaihts. Producción: Timur Bekmambetov y Tom Jacobson. Música: Tyler Bates. Fotografía: Scott Kevan. Montaje: Fernando Villena y Priscilla Nedd Friendly. Diseño de producción: Valeri Viktorov. Vestuario: Varya Avdyushko. Distribuidora: Hispano Foxfilm. Estreno en USA: 25 Diciembre 2011. Estreno en España: 13 Enero 2012. Calificación por edades: No recomendada para menores de 7 años.
SINOPSIS
Un grupo de americanos viaja a Moscú coincidiendo con una invasión alienígena de la ciudad. Los termómetros marcan 40 grados durante la ola de calor más intensa de la historia de Moscú. Dos jóvenes buscan cobertura bajo un coche de policía abandonado en la Plaza Roja, ahora completamente desierta. No están buscando una sombra para resguardarse del sofocante calor. Tratan de evitar que les localicen unos alienígenas camuflados que han colonizado la ciudad. Desde hace algunos días, estos jóvenes y sus compañeros se han visto obligados a buscar refugio bajo tierra, ya que la ciudad, como el resto del mundo, ha sido diezmada por una amenaza alienígena. Ahora han de esconderse, cuentan con pocos suministros y buscan desesperadamente seguridad, algo difícil de encontrar incluso en la mayor atracción turística moscovita.
EL CRITICÓN DE CINE dice:
Sin rodeos ni paños calientes, queridos cinéfilos; estamos ante el típico Blockbuster palomitero que entremezcla la más que repetida trama de la invasión alienígena con actores jovencitos e insulsos, más planos y con los rictus más inexpresivos que la cara de Espinete.
El director, Chris Gorak, nos sumerge enseguida en un Moscú apocalíptico, completamente arrasado; un escenario inusual en este tipo de americanadas cercanas al scifi (¡no estamos en USA, qué gran alivio!). Los aliens que han llegado a nuestro planeta, al parecer, se alimentan de energía y volatilizan, o algo así, a todo bicho terrícola que se cruce en su camino. Un comienzo fuerte, prometedor, que con toda la novedad y el impacto visual que suponen los momentos en los que caen los rayos destructores, simplemente se queda en un gancho, en una mera excusa para que no lancemos nuestro cubo lleno de palomitas unas cuantas filas más adelante y salgamos raudos y abochornados del cine.
Conforme avanza la película se torna estúpida e inverosímil, repleta de frikadas y momentos absurdos que podría “espoilear” perfectamente, pero que os ahorraré porque seréis gente de buen gusto y no os merecéis eso.
En pocas palabras, miedo, lo que se dice miedo, auténtico temor ante una invasión extraterrestre de estas características, ni un simple escalofrío. Esa es la diferencia entre una buena peli de invasores como “La Guerra de los Mundos”, de Spielberg, y este bodrio de serie B como el de Gorak. “La hora más oscura” no sólo carece de tensión, sino que además desperdicia el atractivo de su premisa −la huida de unos seres invisibles que lo destruyen todo− con escenas estereotipadas y personajes excesivamente planos (Emile Hirsch y Max Minghella parecen sacados de un museo de cera).
Si por otro lado os preguntáis qué demonios puede salir de una colaboración entre los “viejos enemigos” USA y Rusia, simplemente os diré que los héroes son muy héroes al estilo norteamericano, y los rusos, que son los otros, altamente extravagantes, para variar. El buenrollismo entre naciones es tan exagerado e insistente como hermoso es el escenario que luce la capital rusa. Y a eso se reduce todo.
Mala de verdad. Hora y media de insulsez y nadería con un final deplorable. Un argumento que cualquiera mejoraría. La olvidaréis en cuanto acabe y seguramente os avergonzareis ante vuestros semejantes de haberla visionado. Es muy triste decir esto pero, por películas como esta, hay gente que rechaza de lleno la ciencia-ficción.
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